Persona y factores que constituyen su naturaleza

Reflexión sobre los profesionales y las profesiones relacionadas con la salud:

  • Es una actividad que se lleva a cabo siempre en relación con personas.
  • El desarrollo de ésta actividad implica componentes éticos.
  • Debe atender a la diversidad que caracteriza a las personas, sin perder de vista la individualidad, sabiendo que cada una de ellas es única e irrepetible.

Juan M. Burgos Velasco (Presidente de la Asociación Española de Personalismo):

“La característica definitoria de toda filosofía personalista es que el concepto de persona constituye el elemento central de la antropología, lo cual significa, no solamente que se menciona o se utiliza, sino que constituye el pilar central de la arquitectura conceptual o, en otros términos, que el resto de las dimensiones humanas se establecen en dependencia del concepto de persona”

La persona es esencialmente distinta de los animales y de las cosas, incluso en aquellas dimensiones en las que pueden parecer más similares, como las físicas o sensibles, difieren profundamente. Por eso, la persona humana necesita unas categorías filosóficas propias y exclusivas.

Las etapas históricas y sus filósofos

Sócrates (470-399 a.C.)

Filósofo griego.

No dejo documentos escritos, aunque tuvo numerosos discípulos y seguidores. De hecho, las llamadas Escuelas Socráticas fueron creadas por la iniciativa de sus discípulos, no por el propio filósofo.

El pensador para enseñar a sus discípulos desarrolló un método práctico basado en el diálogo/conversación, es la llamada “Dialéctica Socrática“.

Según el filósofo, respecto a las personas y la adquisición del conocimiento: se puede alcanzar la definición universal de los términos objeto de investigación a través del razonamiento.

Dicho método constaba de dos fases, la ironía y la mayéutica.

En la primera fase el objetivo fundamental es reconocer la ignorancia a través del análisis práctico de definiciones concretas, darse cuenta del desconocimiento de la definición que estamos buscando.

Sólo reconocida la ignorancia se está en condiciones de buscar la verdad, es lo que se conoce como Ironía socrática (en los Diálogos, Sócrates simulaba ignorancia durante la discusión, formulando preguntas aparentemente inocuas a su interlocutor, hasta que este incurría en un error, y así podía rebatirlo).

La segunda fase consistiría propiamente en la búsqueda de esa verdad, a través de la llamada mayéutica socrática que era un método que consistía en realizar preguntas (bien dirigidas) a una persona hasta que ésta mediante el razonamiento llegase a descubrir los conceptos que estaban latentes u ocultos en su mente.

La técnica de la mayéutica socrática presupone que la verdad se encuentra oculta en la mente de cada persona, y a través de la dialéctica, el propio individuo va desarrollando nuevos conceptos a partir de sus propias respuestas.

La idea básica del método socrático de enseñanza consiste en que el maestro no inculca al alumno el conocimiento, pues rechaza que su mente sea un receptáculo o cajón vacío en el que se puedan introducir las distintas verdades; para Sócrates, es el discípulo quien extrae de sí mismo el conocimiento (se basa en que lo razonado se aprende mejor que lo memorizado).

Sócrates también habla de la ética y respecto a esta dice:

el conocimiento se busca como un medio para dirigir adecuadamente la acción. De modo que, en caso de conocer lo “bueno", deberíamos actuar conforme a eso (identificando virtud con saber), y cuando no lo hacemos, la falta de virtud en nuestras acciones debe ser identificada como ignorancia.

Respecto a la muerte de Sócrates: el filósofo fue juzgado en la plaza publica, acusado de quebrantar las leyes de la ciudad negando la existencia de los múltiples dioses a los que se rendía culto en su época y de obrar contra las mismas leyes corrompiendo con ello a la juventud. El castigo impuesto por tales hechos fue la pena de muerte.

Sócrates pudo hacer una contrapropuesta de la pena y recibir el castigo de una multa (que hubiese podido pagar fácilmente tomando el dinero que sus amigos ricos le ofrecían), cosa que los jueces habrían aceptado. Pero no quiso hacerlo, ya que eso hubiese ido contra su propia ética y fue encarcelado. Pocas semanas después se ejecutó la pena, y Sócrates debió quitarse la vida bebiendo una copa de cicuta (planta silvestre venenosa que causa una muerte por depresión del sistema respiratorio).

Platón (427-347 a.C.)

Filósofo griego, discípulo de Sócrates.

Según la metafísica platónica:

“La realidad del hombre consiste en la unión de dos elementos reales, el alma inmortal (o “principio vital” que pertenece al mundo eterno) y el cuerpo mortal (pertenece al mundo transitorio y está relacionado con el mundo sensible)”.

Para el filósofo lo más propiamente humano que hay en el hombre es su alma, a la que le corresponde la función de gobernar, dirigir, la vida humana. El alma es el principio vital de los seres: todo lo que tiene alma tiene vida, y la vida acompaña necesariamente al alma (“la filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma en torno al ser”).

El filósofo llega a la conclusión de que debe existir algo distinto de lo transitorio (lo material, de “las cosas”), de lo percibido por nuestros sentidos que no cambie incesantemente, ese algo inmaterial, inmutable y eterno, es lo que Platón llama “ideas”.

La “idea” para el filósofo pertenece al mundo de lo eterno y es algo objetivo y universal, la esencia pura desprovista de toda individualidad material, algo que debe existir independientemente de la mente que lo concibe (ese concepto de idea de Platón no tiene nada que ver con el concepto de idea que tenemos en la actualidad, como aquello que puede atribuirse a los objetos a los que representa y en lo que tienen de común, por ej.: la idea de manzana, ya que eso para el pensador formaría parte del mundo de lo material y transitorio).

El mundo del “verdadero ser” para el filosofo es el de las ideas, mientras que el mundo de las experiencias que nos rodean está sometido a continuo cambio y degeneración. La idea es susceptible de un verdadero conocimiento o “episteme”, mientras que la realidad sensible, las cosas que pueden cambiar, solo son susceptibles de opinión o “doxa“.

Platón insiste frente a las teorías de su época, sobre un universo caótico y sin finalidad ninguna, en la visión de un “cosmos ordenado”, ofreciendo una explicación teleológica o de finalidad del universo. El hombre, según el filósofo, solo puede conseguir la felicidad mediante el ejercicio continuado de las virtudes, justicia, sabiduría de la razón, fortaleza del animo y templanza de los apetitos.

Dado que la mayor parte de la doctrina de Sócrates es conocida por mediación de Platón, es difícil delimitar lo que corresponde a cada uno de estos filósofos. Lo que se atribuye a Platón a menudo es también atribuido a Sócrates.

“Solo sé, que no sé nada” y “Conócete a ti mismo”

El mito de la caverna de Platón:

Pretende sugerir lo que Platón piensa sobre la doxa de las cosas concretas y materiales de este mundo.

La condición humana es semejante a la de unos prisioneros que desde su infancia estuviesen prisioneros y encadenados en una oscura caverna, obligados a mirar a la pared del fondo y de espaldas a la entrada de la cueva.

Por delante del fuego que se refleja en la pared del fondo de la caverna pasan seres diversos, los resplandores de la hoguera proyectan sobre la pared las sombras vacilantes de todo aquello que pasa por delante. Los encadenados que solo pueden ver la pared del fondo solo conocerán las sombras, esa será su realidad material y a eso que ven le darán el nombre de las cosas mismas, no creyendo que exista ninguna otra realidad.

Aristóteles (384-323 a.C.)

Fue el llamado “discípulo aventajado” de Platón.

Para este filósofo cada cosa ha sido hecha del mismo modo, como el escultor hace la estatua, como el carpintero hace la mesa, como el herrero hace la herradura. Todas las cosas en el universo, todo lo que existe, ha tenido que ser hecho por una causa inteligente que ha pensado el “telos”, la forma, y la ha impreso en la materia (esta metafísica de Aristóteles desemboca inevitablemente en una teología, en una teoría sobre Dios).

Según Aristóteles:

“Los dos elementos que conforman la naturaleza humana sólo pueden separarse mediante la imaginación”.

El alma y el cuerpo son un solo compuesto que forma al hombre. Hay hombre porque hay cuerpo y alma, el hombre no es ni lo uno ni lo otro por separado, esa unidad es la totalidad de lo que es el hombre.

El autor estudio términos como «sustancia», «esencia» y «forma», y fue un prodigioso sintetizador del saber, tan atento a las generalizaciones que constituyen la ciencia como a las diferencias que no sólo distinguen a los individuos entre sí, sino que impiden la reducción de los grandes géneros a las ciencias que los estudian.

Para el filósofo, los sentidos son la fuente de conocimiento, y así describe los grados del saber:

  • Arte o técnica (saber cómo): es un “saber hacer adquirido mediante la repetición” de experiencias adecuadas. Nos da cierta universalidad y por ello se puede aprender y enseñar.
  • Experiencia (saber qué): es el conocimiento personal que “adquirimos en nuestro contacto directo” con las cosas particulares, individuales, y que por ello no se puede enseñar.
  • Sabiduría (saber por qué): es el saber pleno, este nos dice lo que son las cosas y por qué son. Consiste básicamente en la aplicación de la inteligencia y el conocimiento a la experiencia.

Desgraciadamente las obras de este gran filósofo, como las del resto de la cultura greco-romana desaparecieron durante muchos años. Fueron recuperadas algunas de ellas bien entrado el siglo XIII. Del total de 170 obras que los catálogos antiguos recogían del filósofo, se salvaron únicamente 30, las cuales vienen a ocupar unas 2.000 páginas impresas.

Descartes (1596-1650)

Este filósofo inaugura una nueva época, la llamada Modernidad, es el padre de la filosofía moderna, la cual se caracteriza por sus pretensiones revolucionarias de la autonomía de la razón.

Para Descartes toda realidad debe entenderse desde la razón y solo se puede llegar a la verdad cuando se llega a una realidad de la que no podemos dudar, algo de lo que tengamos absoluta certeza.

La filosofía moderna se desenvuelve en este nuevo escenario al que nos forzó Descartes: la mente descubriéndose a sí misma y justificando mediante la acción de su propio pensamiento el conocimiento y el ser, aunque todo ello desde la fragilidad. Ya que el pensador decía que la lógica y las matemáticas son las únicas ciencias verificables, pero reconociendo que no explican la realidad.

La filosofía del autor es que el individuo en soledad, se encuentra en la casi desesperada tarea de buscar un suelo firme en el que hacer descansar sus convicciones, y el resultado de ese afán desesperado se concentra en su celebre frase “sólo sé que pienso, luego existo".

Boecio (siglo V d.C), y Kant (siglo XVIII)

Gracias a Boecio la idea de persona alcanza su madurez filosófica en el inicio de la edad media. El pensador definió la “persona humana como sustancia individual de naturaleza racional”. Para él la persona es una sustancia/esencia cualitativamente superior al resto de las sustancias, pues posee racionalidad y la racionalidad es privativa de la naturaleza humana.

Mientras Boecio destaca la naturaleza racional e individual de la persona, Kant subraya su capacidad moral y su autonomía.

Kant definió el sentido filosófico moderno del término persona: “la persona humana es un agente racional y moral”, tal como escribe en su “Fundamentación de la metafísica de las costumbres” (1785). Según el autor se puede reconocer la moralidad de una acción cuando, además de su obligatoriedad subjetiva, es susceptible de validez universal (si miento para evitar un daño debo preguntarme si se podría vivir en un mundo donde todos mintiesen, si no es viable un mundo donde todos roben y asesinen, yo no debo robar y asesinar).

Según Kant, la categoría de persona convierte al ser humano en un fin en sí mismo, es decir, en alguien que no puede ser usado como medio para obtener otro fin, y que por lo tanto, merece todo respeto y reconocimiento.

La autonomía de un ser racional y moral es el fundamento de la dignidad ontológica de ese ser, y dicha dignidad es el valor que tiene toda persona por el solo hecho de ser persona. Esto hace que el valor de toda persona sea absoluto, esto es, un valor en sí mismo.

El materialismo del siglo XIX

El materialismo afirma la existencia de una sola realidad: la materia.

Para esta corriente, el ser humano es solo y exclusivamente el resultado de la interacción de átomos y moléculas, o de acciones y reacciones bioquímicas.

El hombre es solamente una realidad material, producto de un proceso evolutivo de la naturaleza. Afirman que la persona humana es materia complejamente organizada, pero sólo eso.

Es cierto que la ciencia llega a una verdad, la vida está en la célula, en el código genético, pero los científicos solo miden aquellas “cosas” de la naturaleza que son medibles…

El punto de vista materialista realmente es cierto, y por supuesto que se deben respetar todos los ámbitos de la verdad, también el materialismo de la ciencia, pero no se puede ignorar la existencia del resto de dimensiones humanas (el hecho de no ser capaces de explicarlas mediante el método científico no quiere decir que no existan).

Nuestra naturaleza, siendo una realidad objetiva, es tan compleja que da origen a interpretaciones subjetivas muy dispares.

Nadie puede negar que somos animales racionales, libres, sociales, sentimentales…

Pero la interpretación de esos datos ciertos es incierta, múltiple y contradictoria, lo que da lugar a distintas concepciones del ser humano, según la época y el autor que lo analiza. Así, podemos hablar del idealismo de Platón, del realismo de Aristóteles, del racionalismo de Descartes, del personalismo de Mounier,…

Por fortuna, en última instancia, todas las posibles lecturas de la naturaleza humana se tienen que ocupar como mínimo, de las dos formas últimas de entendernos a nosotros mismos: el materialismo y la trascendencia.

El materialismo piensa que el ser humano es, como escribe Borges:

“Uñas, carne, sudor, vísceras, dientes”

Y su destino, según leemos en otro célebre verso de Quevedo, es acabar

“En tierra, en polvo, en humo, en sombra, en nada”

Concepto de persona en los distintos modelos de cuidados enfermeros

Distintos significados del término “MODELO”:

  • Un modelo es la representación de una realidad material.
  • Un modelo también es una abstracción, una imagen mental que nos ayuda a comprender algo.
  • Un modelo también puede ser un referente o ideal que representa de manera simplificada una teoría concreta.

¿Y qué es un Modelo Conceptual?

Es el conjunto de conceptos y teorías base de una disciplina, que son relevantes para su comprensión, los cuales conforman las ideas universales o de interés para la disciplina que describa o el fin a lograr.

Finalmente, si hablamos del Modelo Conceptual de Enfermería, lo entenderemos como un conjunto de conceptos construidos sistemáticamente y basados en la ciencia que identifican los componentes esenciales de la profesión de enfermería.

La primera Teoría o Modelo Conceptual de Enfermería nace con una enfermera, Florence Nightingale (1820), a partir de ese momento comienzan a surgir otros modelos, cada uno de los cuales aportará una filosofía de entender la profesión de enfermería y el cuidado de la persona. Ella fue la fundadora de las Escuelas de Enfermería Profesionales.

El objetivo fundamental de este modelo es conservar la energía vital del paciente, pero sin perder de vista la acción que ejerce la naturaleza sobre los individuos, situándolos ante ella en las mejores condiciones posibles.

Su teoría se centró en el medio ambiente, afirmaba que un entorno saludable era necesario para aplicar unos adecuados cuidados de enfermería,

“… hay cinco puntos esenciales para asegurar la salubridad de las viviendas: el aire puro, agua pura, desagües eficaces, limpieza y luz”

Otra aportación importante de este modelo, es la que hace referencia a la necesidad de la atención domiciliaria.

Escuelas/modelos de Enfermería

Escuela de necesidades:

  • Virginia Henderson: Principios de los cuidados básicos
  • D. OREM: Teoría del déficit de autocuidado

Escuela de interacción:

  • H. PEPLAU: Relaciones interpersonales en enfermería
  • I. KING: Teoría para el logro del objetivos

Escuela de objetivos:

  • M. ROGERS: Ciencia de los seres humanos
  • C. ROY: Modelo de adaptación

Escuela de las necesidades

Virginia Henderson

Modelo de las necesidades humanas: parte de la teoría de las necesidades humanas para la vida y la salud como núcleo para la acción de enfermería.

Pertenece a la Teoría de Suplencia o Ayuda, y concibe el papel de la enfermera como la realización de las acciones que el paciente no puede realizar en un determinado momento de su ciclo de vital (enfermedad, niñez, vejez), fomentando en mayor o menor grado el autocuidado por parte del paciente.

Se ubica esta teoría en la categoría de enfermería humanística como arte y ciencia.

Concepto de persona para Virginia Henderson:

Individuo que necesita ayuda para recuperar su salud, su independencia o una muerte tranquila, en él, el cuerpo y el alma son inseparables. Además, contempla al paciente y a la familia como una unidad.

Dorotea Orem

La enfermera actúa cuando el individuo por cualquier razón no puede autocuidarse.

Define su modelo como una teoría general de enfermería que se compone de otras tres relacionadas entre sí:

a) Teoría del Autocuidado: explica el concepto de autocuidado como una contribución constante del individuo a su propia existencia.

“El autocuidado es una actividad aprendida por los individuos, y orientada hacia un objetivo”.

  • Autocuidado universal: eliminación, actividad, descanso…
  • Autocuidado del desarrollo: trata de promover las condiciones necesarias durante el desarrollo y la maduración (niñez, adolescencia, adulto y vejez).
  • Autocuidado de desviación de la salud: en la enfermedad, en el diagnóstico y el tratamiento médico.

Cuando un cambio en el estado de salud produce una dependencia total o parcial del individuo, la persona pasa de ser agente de autocuidado a ser paciente o receptor de cuidado.

b) Teoría del déficit de autocuidado: Los individuos sometidos a limitaciones a causa de su salud, no pueden asumir el autocuidado.

c) Teoría de los sistemas de enfermería: En la que se explican los modos en que las enfermeras pueden atender a los individuos, identificando tres tipos de sistemas:

  • Sistemas enfermería totalmente compensadores.
  • Sistemas enfermería parcialmente compensadores.
  • Sistemas de enfermería de apoyo-educación.

Concepto de persona para Dorotea Orem:

Una persona es un todo integrado que funciona biológica, simbólica y socialmente.

La agencia de autocuidado variará de una persona a otra en función de su individualidad.

Escuela de la interacción

Hildegart Peplau

La atención en este modelo se centra en la personalidad del individuo, e insiste, en que los cuidados han de ser individualizados, y concede gran importancia a lo que ocurre en el contexto de la relación paciente-enfermera.

Concepto de persona para Hildegart Peplau:

La persona es un ser global, de componente filosófico-humanístico con visión holística, y con necesidades y características individuales y comunes, que experimenta cambios y se relaciona consigo mismo, con otras personas y con su entorno.

Imogene King

Es conocida por la “Teoría del logro de metas” cuyos conceptos principales asociados son: interacción, percepción, comunicación, rol, estrés, crecimiento o desarrollo, tiempo y espacio, todo ello a nivel personal, relacional y social del individuo.

Concepto de persona para Imogene King:

Las personas son seres sociales, conscientes, racionales, que reaccionan, perciben, tienen metas, que están orientados en la acción y el tiempo.

Las personas tienen 3 necesidades básicas relacionadas con su salud que son fundamentales:

  • Tener información útil acerca de la salud
  • Saber cuales son los cuidados necesarios para prevenir la enfermedad
  • Recibir los cuidados necesarios, cuando no pueden cuidarse ellos mismos.

Escuela de objetivos

Callista Roy

La persona para la autora es un ser bio-psico-social y trascendente, que está en relación constante con un entorno cambiante, y, que usa mecanismos innatos y adquiridos para adaptarse a los cambios.

La enfermería promueve el ajuste de las personas a los retos que puedan encontrarse respecto a la salud y la enfermedad. A este ajuste lo llama “adaptación” y a los retos “estímulos”.

Concepto de persona para Callista Roy:

La persona es adaptativa, y se requieren constantes ajustes para poder sobrevivir.

El objetivo de Enfermería consiste en ayudar a la persona a adaptarse a los cambios que se producen en todas sus áreas, teniendo en cuenta, que hay que promover la adaptación de la persona en la salud y la enfermedad manteniendo su integridad.

Marta Rogers

Las personas y su entorno son conceptos inseparables, y su integración mutua produce el despliegue de todos los procesos necesarios para que pueda llevarse a cabo el desarrollo de la persona.

Este modelo de enfermería es eminentemente filosófico e impulsa a las enfermeras a extender su interés hacia todo lo que pueda afectar al paciente como ser humano.

Concepto de persona para Marta Rogers:

Las personas son “un todo” unificado irreductible e inseparable de su entorno, cuyo desarrollo se orienta hacia una creciente complejidad y diversidad. Se diferencian de los otros seres vivos por su capacidad de cambiar este entorno y de hacer elecciones que le permitan desarrollar su potencial. De la armonía de la persona con su entorno dependerá su salud y bienestar.

La hermenéutica humanista personalista

Desde la disciplina de Antropología se trata de entender cual es la adecuada “interpretación del hombre”, su hermenéutica, pues todo ser humano vive con una u otra “interpretación de sí mismo” y de sus congéneres. Y así, la pregunta que debemos responder es ¿Quiénes somos?

Hay una realidad científica sobre el hombre que no se obtiene desde la filosofía, y una filosofía o hermenéutica de la vida del hombre que no se puede obtener desde la ciencia.

Esa interpretación de sí mismo que hace el ser humano incluye tanto “lo que es” como “lo que debe ser” el ser humano. Y precisamente esa interpretación de lo que somos y de lo que debemos ser, es lo que condiciona de manera decisiva nuestras acciones.

La Antropología adecuada busca comprender e interpretar al hombre en lo que es esencialmente humano, pretende algo más que dar cuenta de la mayor o menor diversidad que existe, y además de querer conocer las interpretaciones de quién y qué somos los seres humanos, quiere alcanzar la “adecuada imagen del hombre”, según Juan Pablo II:

“…busca comprender e interpretar al hombre en lo que es esencialmente humano”

¿Todos los seres humanos somos personas?

Sí, todos los seres humanos somos personas.

Lo que entendemos por el concepto de persona es un tipo de entidad tal que, que tanto se le pueden adscribir estados de conciencia, como características corpóreas, y ambos estados le son igualmente aplicables a un solo individuo de este tipo único.

El término persona proviene:

  • Del griego (prósopon), que significa “máscara”, el rostro que caracteriza a un ser vivo y lo exterioriza del modo más inmediato.
  • Del latín cuyo significado es palabra, razón, espíritu o expresión.

De la unión de ambos significados podemos interpretar el término persona como un rostro dotado de razón, el rostro de un “animal racional“.

En esa interpretación de lo que es “la persona humana” no debemos olvidar los dos polos en torno a los cuales gira todo:

  • Un polo constituye la animalidad. El hombre pertenece a la naturaleza animal. Es materia, un cuerpo, un ser vivo y sensible con todas las propiedades que le corresponden por ser una especie animal.
  • El otro polo lo constituye su trascendentalidad. Y aquí nos tropezamos con la subjetividad, con Descartes, con el “yo” que condiciona trascendentalmente todo.

Y desde este punto de vista, la persona humana es siempre una “existencia en paradoja“, ya que es la síntesis de:

  • Infinitud y finitud
  • Temporalidad e intemporalidad
  • Libertad y necesidad

Por una parte el espíritu es nuestro verdadero ser, nosotros mismos, nuestra verdadera mismidad (Aristóteles), y por otra, contemplamos la luz del mundo “entre heces y orina“, (inter faeces et urinam) como dice San Agustín (354-430 d.C). El hombre es una persona corpórea en la unidad de ambas realidades, cuerpo y espíritu.

Miguel de Unamuno definió a la persona enferma como:

“un ser humano, de carne y hueso, que sufre, ama, piensa y sueña”

Características que una adecuada explicación del “ser persona” ha de incluir:

  1. Irrepetibilidad
  2. Dignidad
  3. Libre albedrío
  4. Interpersonalidad

Irrepetibilidad: Cada persona es única e irrepetible.

De manera que, aunque tenga en común con el resto de personas su naturaleza humana, sin embargo es distinta al resto de los miembros de la especie humana.

Podemos afirmar que cada persona es una versión única de la especie humana.

Dignidad: La dignidad que es propia de cada persona humana se debe al hecho de subsistir en una naturaleza peculiar, que es la naturaleza humana, y los derechos humanos derivan de este supuesto.

En esa naturaleza humana, que como sabemos es una unidad compleja, podemos hablar de tres dimensiones propias:

  • Espiritual (pensamientos y voliciones)
  • Psicológica (emociones y sentimientos)
  • Física (tendencias instintivas)

¿Cómo se explica esta Dignidad? Los griegos, explican la dignidad de la persona por la presencia de un elemento divino en ella. El cristianismo, le confiere la dignidad al ser humano por su condición de Creatura, como el artesano que realiza un cuadro que primero concibió en su mente, lo que es el cuadro y su esencia, proceden de la mente del artista. Lo mismo ocurre con la Creatura, su esencia procede de la mente del Creador, lo que significa que la estructura del mundo lleva la impronta de su “condición creatura”, de algo creado. De aquí se explica que el hombre es único por su origen y su destino, y que cada ser humano es un ser sagrado.

Libre albedrío (capacidad de autodeterminación): Cualquier individuo de cualquier especie vegetal o animal es diferente a los miembros de su misma especie, pero hay un rasgo es propio de las personas humanas, es ese dinamismo espiritual que constituye su naturaleza. Pero, los hombres no son absorbidos por esa naturaleza como el resto de las especies, “persona sería alguien que es lo que es, de otro modo a como las demás cosas y seres vivos son lo que son…, el hombre no es hombre del mismo modo que el perro es perro…”. De manera que, las personas disponen de su naturaleza como ningún otro ser, están dotados de la posibilidad de elegir, de libre albedrío, de libertad interior.

Condiciones del libre albedrío:

  1. Autodeterminación: es la capacidad de determinarse uno mismo al obrar (elegir)
  2. Principio de posibilidades alternativas: se entiende como la capacidad de poder actuar de otro modo del que lo hicimos.

Si se dan el punto 1 y 2, se da el acto libre, no determinado, aunque sí condicionado, debido a que nuestra capacidad de actuar no se ejercita en el vacío, está condicionada por nuestra naturaleza humana y por nuestras relaciones interpersonales próximas y remotas.

En el ejercicio de ese libre albedrío es muy importante el Ordo Amoris, la arquitectura de nuestros amores, o lo que es lo mismo, nuestra jerarquía de amores.

Interpersonalidad o relaciones: Para entender a una persona hay que analizarla en sus relaciones interpersonales y aunque existen muchos tipos de relaciones interpersonales, la más importante es el amor.

El enorme alcance del tema de la jerarquía de amores, que cada persona es, se descubre al advertir la asimilación que provoca el amor en quienes se aman.

La construcción del yo no ocurre al margen de la contribución de quienes nos aman y a quienes amamos. Ser racional e individual no es autosuficiente, la persona humana necesita de la ayuda y el cuidado de los demás miembros de su especie, de su interrelación, es decir, tiene que vivir en sociedad para satisfacer sus necesidades físicas y psíquicas y espirituales.

La pertenencia a la especie humana es ya un tipo especial de relación, todo individuo es dinámico, tiene presencia activa, inmerso en una red de relaciones respecto a otros seres que pueblan su entorno.

No hay persona sin personas, la filiación es la relación que más profundamente nos condiciona a los seres humanos, por encima de cualquier otra cosa, buscamos ser amados y amar (ens amans).Y en ese sentido, las acciones son como textos, gracias a los cuales las personas se descubren a los demás y a sí mismos…

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