Fármacos para los trastornos de los ojos y los oídos

El ojo es vulnerable a gran cantidad de trastornos, muchos de las cuales pueden prevenirse, controlarse o revertirse con un adecuado tratamiento. Un simple arañazo puede causar al paciente un gran malestar y un gran temor al efecto que esta lesión puede tener sobre su visión. Otras alteraciones oculares pueden ser mejor soportadas, pero resultan extremadamente peligrosas como el glaucoma, una de las principales causas de ceguera en el mundo. La primera parte de este capítulo cubre varios fármacos para el tratamiento del glaucoma. También se analizan los fármacos rutinariamente empleados por los oftalmólogos. La parte final del capítulo se dedica a presentar los fármacos de uso común en el tratamiento de enfermedades óticas frecuentes, incluyendo infecciones, inflamaciones y los tapones de cera.

Conceptos clave

Los conceptos clave numerados proporcionan un breve resumen de los aspectos más importantes de cada uno de los apartados correspondientes dentro del capítulo. Si alguno de estos puntos no está claro, acuda al apartado correspondiente para su revisión.

  1. El conocimiento de la anatomía básica del ojo es fundamental para comprender las enfermedades oculares y la farmacoterapia.
  2. El glaucoma se produce porque el flujo del humor acuoso hacia la cavidad anterior se interrumpe aumentando la presión intraocular. Los dos tipos principales de glaucoma son el de ángulo cerrado y el de ángulo abierto. La terapia del glaucoma agudo puede necesitar cirugía láser para corregir la patología subyacente.
  3. El objetivo de la farmacoterapia del glaucoma es prevenir la lesión del nervio óptico disminuyendo la PIO. Para conseguir este objetivo se requiere a menudo el uso de tratamientos combinados.
  4. Los fármacos antiglaucoma disminuyen la PIO aumentando el flujo de salida del humor acuoso o disminuyendo su producción. Los distintos tipos de fármacos utilizados son: prostaglandinas, bloqueantes beta-adrenérgicos, agonistas alfa2-adrenérgicos, inhibidores de la anhidrasa carbónica, simpaticomiméticos no selectivos agonistas colinérgicos y diuréticos osmóticos.
  5. Los fármacos rutinariamente utilizados en las exploraciones oculares incluyen los midriáticos, que dilatan la pupila y los cicloplégicos que además de dilatar la pupila paralizan el músculo ciliar.
  6. Las preparaciones óticas se utilizan para tratar infecciones, inflamaciones y para retirar el cerumen que obstruye el conducto auditivo.

Anatomía del ojo

Se requiere un perfecto conocimiento de la anatomía básica ocular para la comprensión de las enfermedades del ojo y su farmacoterapia. Un líquido denominado humor acuoso se encuentra en la cavidad anterior que tiene dos divisiones. La cámara anterior se extiende desde la córnea hasta la cara anterior del iris; la posterior desde la cara posterior del iris hasta el cristalino. El humor acuoso se origina en la cámara posterior desde una estructura muscular denominada el cuerpo ciliar.

El humor acuoso ayuda a mantener la forma del ojo y circula para llevar nutrientes y retirar desechos. Desde su origen en el cuerpo ciliar, el humor acuoso fluye desde la cámara posterior a través de la pupila hacia la cámara anterior. Dentro de la cámara anterior y alrededor de la periferia encontramos un tejido conectivo esponjoso denominado malla trabecular que contiene una abertura o canal de Schlemm. El humor acuoso drena por el canal de Schlemm y sale de la cámara anterior hacia los sistemas venosos, completando así su circulación. En circunstancias normales la velocidad de producción de humor acuoso es igual que su salida manteniéndose la presión intraocular (PIO) en rango normal. La interferencia con la producción y con la eliminación del humor acuoso ocasiona un aumento de la PIO.

Glaucoma

El glaucoma aparece cuando la PIO aumenta lo suficiente como para dañar al nervio óptico, produciendo pérdida del campo visual y si el proceso avanza, incluso la ceguera. La media de PIO en la población general se encuentra entre 15 y 16 mm Hg, aunque puede variar según la edad, las actividades de la vida diaria e incluso en un mismo paciente a lo largo del día. Como norma, una PIO por encima de 21 mm Hg se considera anormal. Sin embargo muchos pacientes toleran PIO entre 20 y 29 mm Hg sin daños en el nervio óptico. Las PIO por encima de 30 mm Hg requieren tratamiento porque se asocian a alteraciones visuales permanentes. Algunos pacientes de origen asiático pueden sufrir glaucoma incluso con PIO por debajo de 21 mm Hg, consideradas «normales» para otros pacientes.

El glaucoma aparece con frecuencia como trastorno primario sin estar asociado a otra enfermedad identificable en personas mayores de 60 años. En algunos casos esta enfermedad tiene predisposición genética y aparece en niños. El glaucoma también puede ser secundario a traumatismo ocular, infecciones, diabetes, inflamación, hemorragia, tumor o cataratas.

Algunos fármacos pueden contribuir al desarrollo o la progresión del glaucoma y entre ellos están el uso prolongado de glucocorticoides tópicos, algunos antihipertensivos, antihistamínicos y antidepresivos. Otros factores de riesgo importantes son el aumento de la presión arterial, las migrañas, alteraciones de la refracción con alto grado de miopía o hipermetropía y la presbiopia. El glaucoma es la principal causa de ceguera prevenible.

Tipos de glaucoma

El diagnóstico de glaucoma puede ser complicado porque los pacientes habitualmente están asintomáticos y por tanto no acuden a su médico. El glaucoma puede producirse tan gradualmente que el paciente no se da cuenta del problema hasta que el proceso está realmente avanzado.

La tonometría es la principal técnica oftalmológica para el diagnóstico del glaucoma y consiste en la medida de la PIO. Los pacientes con córneas inusualmente engrosadas o adelgazadas pueden dar falsos negativos o falsos positivos en la medición.

En los pacientes sometidos a cirugía corneal mediante láser para eliminar tejido corneal y corregir la miopía, la PIO puede parecer normal y tener realmente un glaucoma. Otras pruebas visuales y refractivas de rutina se utilizan para descubrir signos de glaucoma.

Los dos tipos principales de glaucoma son el glaucoma de ángulo cerrado y el glaucoma de ángulo abierto. Ambas alteraciones dan como resultado el mismo problema: una acumulación de humor acuoso en la cavidad anterior. Esta acumulación se produce tanto por excesiva producción de humor acuoso como por bloqueo de la salida del mismo. En cualquiera de los dos casos aumenta la PIO produciendo una afectación progresiva del nervio óptico. A medida que el nervio óptico degenera, el paciente empieza a notar los primeros síntomas, como pérdida de parte del campo visual, inicialmente central y finalmente desarrolla una ceguera total.

Las principales diferencias de los dos tipos de glaucoma, de ángulo cerrado y abierto son la rapidez de incremento de la PIO y el ángulo formado entre el iris y la córnea (estrechado o no).

El glaucoma de ángulo cerrado también denominado glaucoma agudo o de ángulo estrecho supone solamente el 5% de los glaucomas primarios. Su incidencia es mayor en ancianos y en personas de origen asiático. Está típicamente causado por el engrosamiento normal del cristalino y puede desarrollarse de manera continua durante varios años. Este tipo de glaucoma suele ser unilateral y puede estar ocasionado por estrés, lesión por impacto o medicación. La presión en el interior de la cámara aumenta súbitamente porque el iris es empujado hacia la zona de drenaje del humor acuoso. Este desplazamiento del iris se debe en parte a la dilatación pupilar o a la acomodación del cristalino, que determina que el ángulo formado entre la parte posterior de la córnea y el iris anterior se estreche o se cierre.

Los signos y síntomas de la obstrucción aguda del flujo de humor acuoso de ojo incluyen dolor ocular intenso, cefaleas, ojo hemorrágico, visión nebulosa con halos rodeando las luces brillantes e iris protuberante. El dolor ocular puede ser tan intenso que determina vómitos. Una vez que el flujo de humor acuoso está totalmente bloqueado, este tipo de glaucoma es una urgencia quirúrgica y se necesita cirugía láser o convencional. Entre las opciones quirúrgicas están la iridectomía, la trabeculoplastia, trabeculectomía y la implantación de drenajes.

El glaucoma de ángulo abierto es el tipo más frecuente y representa más del 90% de los casos. Normalmente es bilateral y la presión intraocular aumenta a lo largo de varios años. Muchos pacientes permanecen asintomáticos. Se denomina «de ángulo abierto» porque el iris no cubre la malla trabecular, por lo que permanece abierta. La mayoría de los pacientes con glaucoma de ángulo abierto reciben tratamiento médico exclusivamente.

Principios generales de la farmacoterapia del glaucoma

Algunos profesionales comienzan la farmacoterapia del glaucoma en todos los pacientes con PIO mayor de 21 mm Hg.

Como los tratamientos son caros y determinan posibles reacciones adversas, otros médicos valoran cuidadosamente a los pacientes mediante exploraciones regulares y esperan hasta que la PIO aumente hasta 28 a 30 mm Hg para empezar la farmacoterapia. Si aparecen signos de afectación del nervio óptico o las alteraciones del campo visual son evidentes, se realiza tratamiento independientemente de la PIO.

Una vez que se ha comenzado la farmacoterapia, se debe revalorar al paciente a los 2-4 meses para evidenciar la eficacia de la misma. Algunas de las medicaciones tardan en alcanzar su pico de efecto terapéutico hasta 6-8 semanas. Si no se consiguen los objetivos terapéuticos con un solo fármaco, es frecuente añadir un segundo fármaco de otra clase para conseguir un efecto aditivo y disminuir así la PIO.

Algunos de los medicamentos utilizados pueden tener efectos incluso entre 2 y 4 semanas después de haber sido retirados. Los fármacos antiglaucoma actúan por uno de dos mecanismos: aumento de la salida de humor acuoso hacia el canal de Schlemm o disminución de la formación de humor acuoso a nivel del cuerpo ciliar. Muchos de los agentes antiglaucoma actúan afectando al sistema nervioso autónomo.

Fármacos antiglaucoma

Existen muchos fármacos antiglaucoma disponibles. Los medicamentos de uso tópico son los prescritos con más frecuencia, aunque también están disponibles preparaciones para su administración oral, para los casos graes. Los fármacos antiglaucoma incluyen las siguientes clases:

  • Prostaglandinas
  • Bloqueantes beta-adrenérgicos
  • Agonistas alfa2-adrenérgicos
  • Inhibidores de la anhidrasa carbónica
  • Agonistas colinérgicos
  • Simpaticomiméticos no selectivos
  • Diuréticos osmóticos

Prostaglandinas

Los análogos de prostaglandinas constituyen un nuevo tratamiento para el glaucoma y uno de los tipos de fármacos más eficaces. Con frecuencia son los fármacos de elección para el glaucoma, porque tienen una duración de la acción prolongada y producen menos efectos adversos que los bloqueantes beta-adrenérgicos.

Los análogos de prostaglandinas disminuyen la PIO aumentando el flujo de salida del humor acuoso. El latanoprost, disponible como solución ocular al 0,005%, es uno de los fármacos más utilizados y es el fármaco prototípico en este capítulo.

Recientemente han sido aprobadas para su uso ocular otras nuevas prostaglandinas como el bimatoprost, el travaprost y la unoprostona. Un efecto adverso ocasional de estas medicaciones es el aumento de la pigmentación, que transforma un color azul en marrón. Muchos pacientes adquieren unas pestañas más largas y espesas. Estos fármacos producen irritación local, escozor de los ojos y enrojecimiento durante el primer mes de tratamiento. Por estos efectos, la medicación debe ser administrada al acostarse.

Bloqueantes beta-adrenérgicos

Antes del hallazgo de los análogos de prostaglandinas, los bloqueantes beta-adrenérgicos eran los fármacos de elección para el tratamiento del glaucoma de ángulo abierto. Estos fármacos actúan disminuyendo la producción de humor acuoso por parte del cuerpo ciliar, por lo que disminuyen la PIO.

Las soluciones oftálmicas que contienen compuestos de este tipo incluyen el betaxolol, el carteolol, el lovobunolol, el metipranolol y el timolol. Generalmente producen menos efectos adversos que los agonistas colinérgicos o los simpaticomiméticos. En la mayoría de los pacientes la administración tópica de beta-bloqueantes no implica absorción sistémica. Sin embargo si esta ocurre, podrían producirse efectos sistémicos como broncoconstricción, arritmias e hipotensión. Debido al potencial de producir efectos sistémicos estos fármacos deben utilizarse con precaución en pacientes con asma o insuficiencia cardíaca.

Agonistas alfa2-adrenérgicos

Los agonistas alfa2-adrenérgicos disminuyen la producción de humor acuoso. La apraclonidina se utiliza con poca frecuencia en tratamientos cortos durante la cirugía ocular. La brimonidina se prescribe con mayor frecuencia tanto en monoterapia como en combinación con otros fármacos. Estos tratamientos producen pocos efectos adversos de tipo cardiovascular o pulmonar. Los efectos más significativos son cefalea, mareo, sequedad de mucosas, visión borrosa e irritación de los párpados.

Inhibidores de la anahidrasa carbónica

Los inhibidores de la anhidrasa carbónica pueden administrarse de forma tópica o sistémica para reducir la PIO en pacientes con glaucoma de ángulo abierto. Actúan disminuyendo la producción de humor acuoso.

Los fármacos de esta clase se dividen en los de uso tópico y los de uso oral. La dorzolamida es un medicamento tópico de uso frecuente en el glaucoma en monoterapia o en combinación y es bien tolerado con pocos efectos adversos. Entre los fármacos de este grupo de uso oral, la acetazolamida reduce de forma muy eficaz la PIO, pero produce bastantes efectos indeseados por lo que su uso es muy limitado. Estas medicaciones contienen azufre y pueden ocasionar reacciones alérgicas. Las formulaciones orales disminuyen la PIO muy rápidamente y tienen además un efecto diurético por lo que deben monitorizarse los electrólitos en suero durante el tratamiento.

Agonistas colinérgicos (mióticos)

Los fármacos cuyo mecanismo de acción consiste en activar los receptores colinérgicos oculares producen miosis o contracción de la pupila y contracción del músculo ciliar. Estas acciones estrechan físicamente la malla trabecular y permite un mayor flujo de humor acuoso favoreciendo la disminución de la PIO.

La pilocarpina es el agente antiglaucoma de este tipo más frecuentemente prescrito y actúa directamente sobre los receptores colinérgicos. Debido a su gran toxicidad estos fármacos tópicos se utilizan únicamente en pacientes con glaucoma de ángulo abierto que no responden a otros tratamientos. Entre las reacciones adversas se encuentran cefalea, miopía inducida y disminución visual en condiciones de poca luminosidad.

Simpaticomiméticos no selectivos

Los simpaticomiméticos activan el sistema nervioso simpático.

La dipivefrina y el epinefril borato son simpaticomiméticos no selectivos de administración tópica para el tratamiento del glaucoma de ángulo abierto. La adrenalina produce midriasis o dilatación pupilar y aumenta el flujo de salida del humor acuoso disminuyendo levemente la PIO. La dipivefrina se convierte en adrenalina en el ojo. Si la adrenalina alcanza la circulación sistémica, eleva la presión arterial y la frecuencia cardíaca.

Dados sus potenciales efectos sistémicos, este grupo de fármacos son agentes de segunda elección para el tratamiento del glaucoma.

Diuréticos osmóticos

Los diuréticos osmóticos pueden utilizarse preoperatoriamente antes de la cirugía ocular o durante los ataques agudos de glaucoma de ángulo cerrado. En este grupo encontramos la glicerina anhidra, la isosorbida y el manitol. Dada su capacidad de disminuir rápidamente el volumen plasmático, estos fármacos disminuyen la producción de humor acuoso.

Entre los efectos adversos se incluyen cefalea, temblor, mareo, boca seca, alteraciones hidroelectrolíticas y tromboflebitis o formación de trombos cerca del sitio de administración intravenosa.

Consideraciones de enfermería

El papel del profesional de enfermería en el tratamiento farmacológico del glaucoma incluye una monitorización cuidadosa del estado del paciente así como ofrecerle información respecto al tratamiento prescrito. La valoración inicial del paciente debe incluir una anamnesis general para evidenciar los antecedentes actuales y previos de enfermedades y toma de medicamentos. Se debe determinar si el paciente presenta bloqueo cardíaco de segundo o tercer grado, bradicardia, insuficiencia cardíaca o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Los fármacos antiglaucoma que afectan al sistema nervioso autónomo, pueden estar contraindicados en pacientes con estas enfermedades por la posible absorción sistémica de los mismos.

Algunas preparaciones antiglaucoma tienen riesgo potencial de efectos cardiorrespiratorios si se absorben sistémicamente.

Antes de iniciar el tratamiento deben establecerse la presión arterial y la frecuencia cardíaca basales. Cuando se prescriba un beta-bloqueante, informe al paciente cómo monitorizarse el pulso y la presión arterial antes de la administración. Revise los parámetros de pulso y presión arterial con el paciente y sus familiares para establecer recomendaciones para notificarlos al médico. Como no ha sido establecida la seguridad de las preparaciones oftalmológicas durante el embarazo y la lactancia, obtenga información en las pacientes sobre la existencia de embarazo o lactancia o la posibilidad de quedarse embarazada durante el tratamiento.

Un factor clave para prevenir otras patologías oculares es el no cumplimiento correcto del tratamiento. Determine cualquier factor que pudiese afectar al cumplimiento, como problemas económicos, falta de conocimiento de la enfermedad, falta de destreza para echarse las gotas o dificultad para memorizar el programa de las dosis. Cuando el paciente es diagnosticado de glaucoma, es normal que sienta ansiedad y miedo a perder la visión. Es crucial que el paciente tenga la oportunidad de expresar sus sentimientos, por lo que debe proporcionarse al paciente y a su familia apoyo psicológico. La explicación por parte del profesional de enfermería sobre la posibilidad de controlar la enfermedad puede aliviar la ansiedad y facilitar el correcto cumplimiento del tratamiento.

Educación del paciente

En relación a la farmacoterapia del glaucoma la información a los pacientes debe incluir los objetivos del tratamiento, las razones para obtener datos de base, como las constantes vitales o la existencia de enfermedades de base cardíacas o respiratorias, así como los efectos adversos de los fármacos. Con frecuencia la persona con glaucoma es anciana, así que el tratamiento ocular se lo administrará su cuidador. Incluya los siguientes aspectos en la información al paciente respecto a las soluciones oculares:

  • Eliminar los obstáculos que pueda tener en su domicilio y que pudieran provocar accidentes por tener afectada la visión.
  • Retirarse las lentes de contacto antes de ponerse las gotas y esperar al menos 15 minutos después del tratamiento para volver a colocárselas.
  • Permanecer en reposo después de ponerse las gotas hasta que disminuya la visión borrosa.
  • Comunicar inmediatamente la aparición de irritación del ojo, edema conjuntival, quemazón, escozor, enrojecimiento, visión borrosa, dolor, irritación, picor, sensación de cuerpo extraño, fotofobia o alteraciones visuales.
  • Comunicar reacciones adversas a la medicación así como la posible existencia de embarazo.

Farmacoterapia para las exploraciones oculares y las alteraciones oculares leves

Se utilizan distintos fármacos para mejorar las exploraciones oculares.

Los fármacos midriáticos dilatan la pupila para observar mejor las estructuras retinianas.

Los fármacos cicloplégicos no solo dilatan la pupila, sino que también paralizan el músculo ciliar y evitan que el cristalino se mueva durante la exploración. Entre los fármacos utilizados están los anticolinérgicos, como la atropina y la tropicamida, y los simpaticomiméticos, como la fenilefrina. Los fármacos midriáticos producen fotofobia intensa y dolor como respuesta a la luz intensa. Además pueden empeorar el glaucoma impidiendo el flujo del humor acuoso y aumentando por tanto la PIO. Además, altas concentraciones de anticolinérgicos pueden afectar al sistema nervioso central y ocasionar confusión, inestabilidad o mareo. Los cicloplégicos producen visión borrosa importante y pérdida de la visión cercana. La escopolamina es un anticolinérgico que se utiliza para prevenir la cinetosis y puede producir visión borrosa y ataques de glaucoma de ángulo cerrado por su efecto cicloplégico.

Los fármacos para las irritaciones oculares leves y la sequedad ocular son de distintas clases. Algunos solamente lubrican la superficie del ojo mientras otros están diseñados para penetrar en las distintas zonas oculares. Se utilizan vasoconstrictores como fenilefrina, nafazolina y tetrahidrozolina para las irritaciones leves. Estos fármacos tienen escasos efectos adversos (visión borrosa, lagrimeo, cefalea y vasodilatación de rebote con enrojecimiento). Recientemente se ha aprobado un nuevo fármaco para el tratamiento del picor, el enrojecimiento y el lagrimeo producidos por la conjuntivitis alérgica, el pemirolast.

Alteraciones del oído

El oído tiene dos funciones sensoriales principales: la audición y el mantenimiento del equilibrio. Podemos distinguir tres zonas estructurales, el oído externo, el oído medio y el oído interno encargadas de desarrollar las mencionadas funciones.

La otitis o inflamación del oído ocurre con más frecuencia en el oído externo y en el medio. La otitis externa comúnmente denominada otitis del nadador es la inflamación del oído externo que se suele relacionar con la exposición al agua. La otitis media es la inflamación del oído medio y con frecuencia se asocia a infecciones respiratorias, alergias y a irritación tubárica. De todas las infecciones las más difíciles de tratar son las del oído interno. La mastoiditis o inflamación del seno mastoideo puede ser un problema grave ya que si no se trata puede ocasionar pérdida de la audición.

Farmacoterapia con preparaciones óticas

El tratamiento básico para las infecciones óticas son los antibióticos tópicos en forma de gotas.

Los antibióticos óticos de uso tópico más comunes son el cloranfenicol y el ciprofloxacino. Para las otitis externas extensas y las otitis media e interna, se hace necesario el uso de antibióticos sistémicos.

En los casos de otitis media, pueden ser necesarios fármacos para el dolor el edema y el picor. Los glucocorticoides se combinan con antibióticos u otros fármacos cuando se presenta inflamación.

La mastoiditis es resultado de infección bacteriana crónica o recurrente del oído medio. La infección alcanza el hueso y las estructuras que rodean el oído medio. Se suelen tratar con antibióticos inicialmente en prueba. Si los antibióticos no son eficaces es necesario recurrir a la cirugía realizando mastoidectomía o meatoplastia.

Las sustancias que ablandan el cerumen son de uso común en el mantenimiento de la higiene ótica. Cuando el cerumen se acumula el conducto auditivo, este se estrecha y puede producirse disminución de la audición. Para eliminar el tapón de cera normalmente se instila la sustancia ablandadora y posteriormente se realiza lavado con agua tibia mediante jeringa aséptica. Puede utilizarse un instrumento denominado asa ótica para retirar el tapón de cerumen, pero solamente debe hacerlo el personal entrenado para ello.

Consideraciones de enfermería

El papel del profesional de enfermería en la farmacoterapia con preparaciones óticas debe incluir la monitorización cuidadosa del estado del paciente y ofrecerle asesoramiento en relación al tratamiento prescrito. Antes de administrar cualquier preparación ótica, valore la audición de base del paciente, la existencia de síntomas o cualquier otra enfermedad que presente.

Obtenga información en relación con la posible hipersensibilidad a hidrocortisona, sulfato de neomicina o polimixina B.

El uso de estos medicamentos está contraindicado en presencia de tímpano perforado. Las gotas del cloranfenicol están contraindicadas si existe hipersensibilidad al fármaco o perforación del tímpano. Como efectos secundarios pueden aparecer quemazón, enrojecimiento, erupción, hinchazón y otros signos de irritación tópica.

Cuando instile preparaciones óticas limpie primero el oído y retire el cerumen mediante lavados. Las preparaciones deben ser atemperadas a la temperatura corporal (pero no más calientes) antes de ser instiladas. Administre los emulsionantes del cerumen de acuerdo a las instrucciones del fabricante o como le indique el médico.

Consideraciones por edades

Los pacientes geriátricos y pediátricos sufren con frecuencia infecciones de oído (especialmente otitis media en niños). Se necesitan instrucciones para la correcta administración: en adultos y en niños mayores de 3 años el pabellón auricular debe empujarse suavemente hacia atrás y hacia arriba durante la instilación. En niños menores de 3 años, por el contrario, la oreja debe empujarse hacia atrás y hacia abajo. Cuando se acumula el cerumen, el canal auditivo se estrecha y puede interferir con la audición. Esto es especialmente frecuente en pacientes ancianos y puede ser parte de los cambios que aparecen con la edad. Los cuidadores de las personas ancianas deben conocer la forma adecuada de retirar el cerumen. Recomiende a los pacientes no realizar retirada del tapón de cerumen, especialmente en los niños. Las gotas óticas pueden alcanzar la circulación sistémica y pasar al feto o al recién nacido si se trata a una mujer embarazada o en el período de lactancia.

Educación del paciente

En relación a las preparaciones óticas la información al paciente debe incluir los objetivos de la terapia, las razones para obtener datos de base como audiometrías así como la existencia de enfermedades de base y posibles reacciones adversas. Incluya los siguientes aspectos:

  • Tumbarse mientras se instila gotas de cloranfenicol, ya que puede aparecer mareo.
  • Administrar las preparaciones óticas a la temperatura corporal calentando el frasco con el grifo de agua caliente.
  • En adultos y niños mayores de 3 años empujr el pabellón auricular hacia atrás y hacia arriba para una correcta instilación.
  • En niños menores de 3 años empujar el pabellón auricular hacia atrás y hacia abajo para una correcta instilación.
  • Evitar que el gotero toque el oído.
  • Masajear el área alrededor del oído suavemente después de la instilación para favorecer que el producto se deslice por el conducto auditivo.
  • Tumbarse del lado contrario al oído afectado durante 5 minutos después de la instilación.
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