Estrés y Adaptación

El estrés es un tema cada vez más discutido en el mundo actual. El concepto se analiza de forma extensa en los campos de la atención de la salud y se encuentra en la economía, la ciencia política, la actividad empresarial y la educación. En la prensa popular, la respuesta fisiológica al estrés suele implicarse como un factor que contribuye a diversos retos físicos y mentales individuales, así como a problemas sociales. Alrededor del 25% de los estadounidenses percibe su nivel de estrés como elevado, lo que corresponde a una calificación de 8 a 10 en una escala de 10 puntos. El 50% de los estadounidenses percibe que sus niveles de estrés son moderados, lo que corresponde a una calificación de 4 a 7 en esta escala de 10 puntos. El restante 25% no se toma en consideración en cuanto a su percepción del estrés porque siente que no es elevado, moderado o bajo de manera continua. Los factores actuales que generan estrés incluyen el terrorismo, el pago de deudas, el mantenimiento de la salud personal, la conservación del empleo y la economía.

En 1910, cuando Sir William Osler entregó sus Lumleian Lectures sobre la «angor pectoris», describió la relación entre el estrés y la tensión con la angina de pecho. Alrededor de 15 años después, Walter Cannon, bien conocido por su trabajo en fisiología, comenzó a utilizar la palabra estrés en relación con sus experimentos de laboratorio sobre la respuesta de «lucha o huida». Parece posible que el término surgiera de su trabajo sobre las características homeostáticas de los organismos vivientes y su tendencia a «presentar rebote» y «resistirse a la disrupción» al enfrentar la acción de una «fuerza externa». Casi al mismo tiempo, Hans Selye, quien se hizo conocido por su investigación y sus publicaciones sobre el estrés, comenzó a utilizar el término estrés de un modo muy especial para referirse a una serie orquestada de respuestas corporales a cualquier variante de estímulo nocivo.

El contenido de este capítulo se organiza en 3 secciones: homeostasis, respuesta y adaptación al estrés, y trastornos de la respuesta al estrés.

Conceptos clave

Los conceptos clave proporcionan un breve resumen de los aspectos más importantes de cada uno de los apartados correspondientes dentro del capítulo. Si alguno de estos puntos no está claro, acuda al apartado correspondiente para su revisión.

  1. Homeostasis es el mantenimiento intencional de un ambiente interno estable por procesos fisiológicos coordinados que se oponen al cambio.
  2. Los sistemas de control fisiológico que se oponen al cambio operan por mecanismos de retroalimentación negativa que consisten en un sensor que detecta el cambio, un integrador/comparador que suma y compara los datos entrantes con un punto de ajuste y un sistema efector que devuelve la función detectada dentro del rango del punto de ajuste.
  3. El estrés es un estado que se manifiesta por síntomas que surgen de la activación coordinada de los sistemas neuroendocrino e inmunitario, que Seyle denominó síndrome general de adaptación.
  4. Las hormonas y los neurotransmisores (catecolaminas y cortisol) que se liberan durante la respuesta al estrés sirven para alertar al individuo respecto a una amenaza o reto a la homeostasis, para intensificar la actividad cardiovascular y metabólica con el objetivo de controlar el factor que genera estrés y para concentrar la energía del organismo al suprimir la actividad de otros sistemas que no se requieren de manera inmediata.
  5. La capacidad para adaptarse está influida por el aprendizaje previo, la reserva fisiológica, el tiempo, las peculiaridades genéticas, la edad, el estado de salud y nutrición, los ciclos sueño-vigilia y los factores psicosociales.

Resumen

Este apartado es un resumen del capítulo que le ayudará a repasar los aspectos relevantes de la materia de cara a un hipotético examen.

Homeostasis

La adaptación fisiológica y psicológica implica la capacidad para mantener la constancia del ambiente interno (homeostasis), así como el comportamiento ante una gran diversidad de cambios en los ambientes interno y externo. Comprende sistemas de control y retroalimentación negativa que modulan la función celular, controlan los procesos de vida, regulan el comportamiento e integran la función de los distintos sistemas corporales.

Estrés y adaptación

La respuesta al estrés implica la activación de varios sistemas fisiológicos (sistema nervioso simpático, eje HHS y sistema inmunitario) que actúan de manera coordinada para proteger el organismo contra el daño que deriva de las demandas intensas que se le imponen. Selye denominó esta respuesta síndrome general de adaptación. La respuesta al estrés se divide en 3 fases:

  1. fase de alarma, con activación del sistema nervioso simpático y el eje HHS;
  2. fase de resistencia, durante la cual el cuerpo selecciona las defensas más efectivas; y
  3. fase de agotamiento, durante la cual los recursos fisiológicos se agotan y aparecen signos de daño sistémico.

La activación y el control de la respuesta al estrés están mediados por los esfuerzos combinados de los sistemas nervioso y endocrino. Los sistemas neuroendocrinos integran señales que reciben a través de vías neurosensitivas y mediadores circulantes que son llevados por el torrente sanguíneo. Además, el sistema inmunitario afecta y se ve afectado por la respuesta al estrés.

La adaptación recibe influencia de distintos factores, entre los que se encuentran la experiencia y el aprendizaje previo, la rapidez con la que se presenta la necesidad de adaptarse, la provisión genética y la edad, el estado de salud, la nutrición, los ciclos sueño-vigilia, la fortaleza y los factores psicosociales.

Trastornos de la respuesta al estrés

El estrés por sí mismo no es negativo o deletéreo para la salud. La respuesta al estrés está diseñada para tener un límite temporal y ser protectora, pero en situaciones en que la activación de la respuesta es prolongada como consecuencia de la presencia de factores de estrés excesivos o crónicos, podría ocasionar daño a la salud. El TEPT es un ejemplo de activación crónica de la respuesta al estrés, que se deriva de la experimentación de un trauma intenso. En este trastorno, la memoria del suceso traumático parece intensificarse. Los recuerdos del suceso se acompañan de una activación intensa del sistema neuroendocrino.

El tratamiento del estrés debe dirigirse a ayudar a las personas a evitar comportamientos de afrontamiento que afecten en sentido adverso su salud y proveerlas con otras estrategias para reducir el estrés. Las técnicas no farmacológicas usadas para el manejo del estrés incluyen las que producen relajación, la formación guiada de imágenes, la terapia con música, las técnicas de masaje y la biorretroalimentación.

La investigación en torno al estrés se ha concentrado en las referencias personales de la situación de estrés y las respuestas fisiológicas al mismo. Se dispone de distintas guías para entrevista e instrumentos escritos para cuantificar las respuestas personales a los factores estresantes agudos y crónicos.

Entre los métodos que se utilizan para el estudio de las manifestaciones fisiológicas de la respuesta al estrés se encuentran:

  • el registro electrocardiográfico de la frecuencia cardíaca,
  • la cuantificación de la presión arterial,
  • la medición de la resistencia eléctrica de la piel relacionada con la sudoración, y
  • los análisis bioquímicos para medir las concentraciones hormonales.

Leer más:

  • 01. Homeostasis

    Los conceptos de estrés y adaptación tienen su origen en la complejidad del cuerpo humano y las interacciones entre las células y sus muchos sistemas orgánicos. Estas interacciones hacen necesario un nivel de homeostasis o constancia, que ha de mantenerse durante los múltiples cambios que ocurren en los ambientes interno y externo.

  • 02. Respuesta y adaptación al estrés

    El estrés puede contribuir de modo directo a la producción o exacerbación de una enfermedad o favorecer el desarrollo de conductas como el tabaquismo, el consumo alimentario excesivo y el abuso de drogas, que incrementan el riesgo de enfermedad.

  • 03. Trastornos de la respuesta al estrés

    En su mayor parte, la respuesta al estrés pretende ser aguda y limitada en tiempo. La naturaleza limitada en tiempo del proceso convierte los efectos metabólicos e inmunosupresores acompañantes en una ventaja.