01. Aspectos generales de las alteraciones de la función endocrina

Hipofunción e hiperfunción

Los trastornos de la función endocrina por lo general pueden dividirse en 2 categorías: hipofunción e hiperfunción.

La hipofunción de una glándula endocrina puede deberse a distintas causas, como la ausencia o las anomalías del desarrollo de la glándula, o la insuficiencia o carencia de una enzima que se requiere para la síntesis hormonal. La glándula puede ser destruida por la interrupción del flujo sanguíneo, infección, inflamación, respuestas autoinmunitarias o por un crecimiento neoplásico. Puede mostrar descenso de la función con el envejecimiento o la glándula puede atrofiarse como consecuencia del tratamiento medicamentos o por causas desconocidas. Algunos estados de insuficiencia endocrina se relacionan con defectos de los receptores. Los receptores de hormonas pueden estar ausentes, pueden existir de efectos para la unión de las hormonas al receptor o la capacidad de respuesta celular a la hormona puede encontrarse comprometida. Se sospecha que en algunos casos una glándula es capaz de sintetizar una hormona carente de actividad biológica o que los anticuerpos circulantes pueden destruir a una hormona activa antes de que ejerza su acción.

La hiperfunción suele relacionarse con una síntesis excesiva de hormonas. Esto podría deberse a una estimulación excesiva y a la hiperplasia de la glándula endocrina, o a un tumor productor de hormonas. Un tumor puede producir hormonas cuya secreción no es normal en el tejido a partir del cual deriva la lesión (producción hormonal ectópica). Por ejemplo, ciertos tumores broncogénicos y otros de tipo canceroso sintetizan hormonas como la hormona antidiurética (HAD) y la hormona adrenocorticotrópica (HACT). Un ejemplo clínico de este fenómeno se identifica en el caso de una mujer con un carcinoma de células pequeñas de la vagina que también presentaba síndrome de Cushing. Después de realizar estudios, se determinó que el tumor secretaba HACT.

Trastornos primarios, secundarios y terciarios

Los trastornos endocrinos en general pueden dividirse en primarios, secundarios y terciarios.

Los trastornos primarios de la función endocrina se originan en la glándula blanco responsable de la producción de la hormona.

En los trastornos secundarios de la función endocrina, la glándula blanco es en esencia normal, pero las insuficiencias de los niveles de hormonas estimulantes o de factores liberadores a partir del sistema hipofisario alteran su función. Por ejemplo, la tiroidectomía total genera una insuficiencia primaria de hormonas tiroideas. La extirpación o la destrucción de la glándula hipofisaria eliminan la estimulación de HACT sobre la corteza suprarrenal y dan origen a una insuficiencia secundaria.

Un trastorno terciario se genera por una disfunción hipotalámica (como pudiera ocurrir en los craneofaringiomas o en la radiación cerebral). Así, tanto la hipófisis como el órgano blanco reciben una estimulación subóptima.

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