La experiencia de la pérdida, la muerte y el duelo

Conceptos clave

Al atender a pacientes que han sufrido una pérdida, hay que facilitar el proceso de duelo ayudando a los supervivientes a sentir la pérdida, a expresarla y a avanzar en su duelo.

La pérdida sucede de muchas formas, sobre la base de los valores y las prioridades aprendidos dentro del ámbito de influencia de una persona (es decir, familia, amigos, religión, sociedad y cultura).

El tipo y la percepción de la pérdida influyen en cómo una persona experimenta el duelo.

La muerte es difícil para la persona en fase terminal y la familia de la persona, los amigos y los cuidadores.

Los teóricos describen el duelo en etapas, tareas y procesos emprendidos por los supervivientes para superar su pesar y adaptarse a la vida con una pérdida.

Los supervivientes avanzan y retroceden en una serie de etapas y/o de tareas muchas veces, que se extienden posiblemente durante un largo período de tiempo.

Las personas en duelo utilizan su propia y única historia, contexto y recursos para darle sentido a sus experiencias de pérdida. Hay que escuchar cómo los pacientes comparten la experiencia a su manera.

El conocimiento de los tipos de duelo ayuda a las enfermeras a identificar las intervenciones apropiadas.

El desarrollo de una persona, las estrategias de afrontamiento, el estatus socioeconómico, las relaciones personales, la naturaleza de la pérdida y las creencias culturales y espirituales influyen en la manera en que perciben y responden al duelo.

Las intervenciones de enfermería implican reforzar los mecanismos de afrontamiento acertados de los pacientes e introducir nuevos métodos de afrontamiento cuando sea necesario.

Valorar los deseos del paciente terminal y la familia para los cuidados del final de la vida, incluyendo el lugar preferido para la muerte, el nivel de intervención deseado y las expectativas para el control del dolor y los síntomas.

Se debe establecer una presencia afectiva y utilizar estrategias efectivas de comunicación para animar a los pacientes a compartir hasta el punto en que se encuentren cómodos.

Los cuidados paliativos permiten que los pacientes tomen decisiones más informadas, logren un mejor alivio de los síntomas y tengan una calidad de vida mayor a lo largo de la experiencia de la enfermedad o la muerte.

Los cuidados basados en el movimiento hospice no se dan en un solo lugar, sino que es una filosofía de atención centrada en la familia y la persona completa al final de la vida.

Hay que practicar el autocuidado, pedir y aceptar ayuda, y reflexionar sobre el significado de las experiencias enfermeras del cuidado del paciente terminal y la familia.

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