P18. Aspiración Gástrica

Indicaciones y fundamentos de la aspiración gástrica

La aspiración gástrica se utiliza para mantener vacío el estómago mediante la introducción de una sonda y aplicando algún tipo de aspiración. Por lo general se lleva a cabo en las siguientes circunstancias:

  • Obstrucción intestinal.
  • Íleo paralítico.
  • En el período preoperatorio para una intervención gástrica o abdominal (ej. úlcera gástrica perforada o varices esofágicas y gástricas).
  • En el período postoperatorio (ej. gastrectomía parcial o colecistectomía).

Equipo y material

  1. Carrito.
  2. Guantes desechables.
  3. Cubierta protectora para el paciente.
  4. Recipiente para prótesis dentales.
  5. Equipo para la limpieza de las fosas nasales si es necesario.
  6. Sonda nasogástrica.
  7. Lubricante (ej. agua helada o jalea hidrosoluble).
  8. Agua para dar sorbos.
  9. Jeringa para la punta del catéter.
  10. Papel tornasolado.
  11. Tiras o papel indicador de pH.
  12. Recipiente para el líquido aspirado.
  13. Recipiente para los materiales desechables utilizados.
  14. Cinta hipoarlergénica.
  15. Estetoscopio.
  16. Bomba de succión.
  17. Bolsa de drenaje o espita.
  18. Gráfica para balance de líquidos.

El tamaño de la sonda que se escoja dependerá de la talla y la edad del paciente; los tamaños que más se utilizan en el adulto promedio son 14FG y 16FG.

Directrices y propósito de este procedimiento de Enfermería

  • Reunir y preparar el equipo y asegurarse de que está actuando satisfactoriamente para fomentar la seguridad y la eficiencia del procedimiento.
  • Lavarse las manos para fomentar el control de las infecciones.
  • Explicar el procedimiento de enfermería al paciente y asegurarse de que comprenda el procedimiento para obtener su consentimiento y cooperación. Alentar a los pacientes para que sean colaboradores activos en su cuidado.
  • Explicar al paciente que hay un leve riesgo de hemorragia nasal durante el procedimiento.
  • Asegurar la privacidad del paciente para mantener la dignidad y su sentido de individualidad.
  • Ayudar al paciente a adoptar una posición cómoda y relajada en la medida de lo posible, para que se siente erguido e inclinado hacia delante, sea en la cama o en una silla, con objeto de facilitar la inserción del tubo.
  • Observar al paciente durante toda esta actividad para detectar cualquier signo de malestar o ansiedad.
  • Medir la distancia aproximada desde la nariz del paciente hasta su estómago y poner una marca en la sonda nasogástrica de manera que se pueda tener un indicio de cuándo el tubo se encuentra en la región del estómago.
  • Ponerse los guantes.
  • Retirar las prótesis dentales al paciente, si las lleva, y colocarlas en un recipiente marcado.
  • Pedir al paciente que sople por la nariz y que aspire por cada fosa nasal a la vez, o que se limpie las fosas nasales si es necesario para facilitar la introducción de la sonda.
  • Verificar si el paciente tiene algún defecto nasal, hipersensibilidad o antecedentes de un procedimiento quirúrgico nasal; cambiar a la otra fosa nasal si la primera parece estar bloqueada. No utilizar demasiada fuerza, ya que esto puede lesionar la mucosa nasal.
  • Lubricar el tubo.
  • Pedir al paciente que se relaje en la medida de lo posible mientras se introduce el tubo. Esto facilita la introducción de la sonda.
  • Insertar la sonda y deslizarla con suavidad pero con firmeza hacia dentro y atrás a lo largo del suelo de la nariz hasta la nasofaringe.
  • Pedir al paciente que trague y respire a través de la boca cuando el tubo llegue a la faringe, y que mantenga el mentón hacia abajo y la cabeza hacia delante, para poder ayudar a la introducción del tubo. Esto se realiza para tratar de superar el reflejo nauseoso de la faringe. La deglución ayuda al paso del tubo por el peristaltismo.
  • Si la sonda se atora, girarla lentamente y avanzar en dirección hacia el oído, sin forzarla, o retraerla con suavidad y comenzar de nuevo. Pedir al paciente que abra la boca para tratar de que el tubo no se enrolle en la parte posterior de la garganta.
  • Si el paciente comienza a toser, hay un cambio en su estado respiratorio o cianosis, retirar el tubo, ya que esto indica que se ha introducido en las vías respiratorias.
  • Cuando el tubo ha llegado a la distancia marcada, confirmar, mediante una prueba, que se encuentra en el estómago.
  • Fijar el tubo a la nariz con cinta una vez confirmada su ubicación en el estómago.
  • Aspirar el contenido gástrico. El médico indicará succión continua o intermitente.
  • Asegurarse de que el paciente se sienta lo más cómodo posible, para mantener la calidad de este procedimiento.
  • Eliminar con seguridad el equipo para reducir cualquier riesgo sanitario.
  • Documentar de forma apropiada este procedimiento de enfermería, vigilar los efectos secundarios y comunicar de inmediato cualquier dato anormal, proporcionando un registro escrito y ayudando a la implementación de cualquier medida necesaria en caso de que se advierta alguna anomalía o una reacción adversa al procedimiento.

Al llevar a cabo este procedimiento, las enfermeras son responsables de sus acciones, de la calidad de la atención que brindan y del mantenimiento de los registros de acuerdo con el Código de conducta profesional: normas de conducta, desempeño y ética y conforme a las Directrices para registros y mantenimiento de registros.

Información adicional

La prueba recomendada para confirmar que la sonda se encuentra en el estómago es la aspiración de parte del contenido gástrico, utilizando una jeringa insertada en el extremo de la sonda, y su análisis de acidez con papel tornasolado, tiras o papel indicadores de pH con un intervalo de 0 a 6 con graduación en medios puntos. Si el aspirado proviene del estómago, la acidez hará que el papel tornasolado de color azul adopte un color rosado. Se utiliza la gráfica indicadora suministrada con la tira reactiva de pH para comparar el cambio de color con la tira, y así identificar el pH del contenido gástrico y la colocación correcta del tubo. Las tiras o el papel indicadores de pH deben mantenerse limpios y secos y guardarse en un depósito sellado para garantizar su fiabilidad. Si no es posible aspirar suficiente contenido gástrico para realizar un análisis, será necesario llevar a cabo una radiografía torácica para confirmar la posición del tubo.

Se puede realizar la aspiración constante con algún tipo de bomba y la presión de aspiración recomendada es de 20 a 25 mmHg. Una presión más baja es ineficaz y una más elevada puede lesionar la mucosa gástrica. En ocasiones, por lo general después de una operación, se adapta una bolsa de drenaje y un tubo al extremo de la sonda nasogástrica.

Si la bolsa de drenaje se coloca a un nivel más bajo que el estómago del paciente, el contenido gástrico se vaciará en la bolsa.

Se pude realizar la aspiración intermitente mediante bomba o jeringa conectada al extremo de la sonda. Entre las aspiraciones se insertará una espita limpia en el extremo del tubo.

La presencia del tubo puede predisponer a la sequedad de las mucosas de la nariz y la boca, de manera que será necesaria la higiene frecuente de la cavidad oral y nasal.

Educación del paciente/cuidador

En colaboración con el paciente y/o el cuidador, asegurarse de que puedan llevar a cabo cualquier procedimiento necesario. Brindar información sobre el personal apropiado con el cual establecer contacto si surgiese alguna duda o inquietud.

Explicar al paciente por qué necesita el tubo le ayudará a tolerar el malestar que ocasiona.

Explicar al paciente la importancia de no interferir en el tubo, pero si experimenta dolor o malestar extremo, deberá notificarlo a alguien. La vigilancia de la posición del tubo se lleva a cabo de forma sistemática para garantizar que no se desplace fuera del estómago. Asimismo, se explicará que debido a que el paciente no puede consumir alimentos ni beber, es posible que experimente sequedad de boca, pero que el personal le facilitará enjuagues bucales y hielo para chupar.

Anterior
Siguiente