P2. Administración de Medicamentos

Principios de la Administración de Medicamentos

En todas las formas de administración de medicamentos

  • Explicar el procedimiento al paciente, preguntarle si tiene alguna alergia o si ha presentado alguna reacción alérgica a este o a otros medicamentos, sustancias o alimentos, como los huevos, que se utilizan como excipiente en algunos fármacos, y obtener su consentimiento (esto no siempre es posible: ej. cuando el paciente está inconsciente) para informar al paciente sobre el procedimiento, comentar cualquier preocupación o duda, **identificar alguna alergia conocida y asegurarse de que el enfermo conozca sus derechos como tal.
  • Lavarse las manos para reducir el riesgo de infecciones cruzadas.
  • Seleccionar una superficie limpia adecuada y preparar el equipo para disponer de una superficie de trabajo protegida y adecuada.
  • Observar al paciente durante todo este procedimiento para identificar cualquier posible reacción al medicamento.
  • Identificar en la receta el medicamento que se va a administrar. La receta debe ser completa y legible para garantizar que se puedan identificar claramente todos los detalles relacionados con el medicamento.
  • Verificar que no se haya administrado ya el fármaco y asegurarse de que se administre únicamente una dosis de éste.
  • Seleccionar el fármaco apropiado teniendo en cuenta la receta para garantizar que se administre el medicamento correcto.
  • Revisar el nombre, la dosis, el horario y la fecha de caducidad del medicamento. Si se proporcionó el fármaco a un paciente específico, verificar que el recipiente contenga su nombre para asegurarse de que todos los detalles pertinentes están enunciados en el recipiente del medicamento.
  • Retirar del recipiente la dosis prescrita para garantizar que sea la cantidad adecuada del fármaco.
  • Verificar la receta y la dosis comparándola con el recipiente del medicamento para asegurarse de que coincidan los detalles del medicamento.
  • Identificar al paciente a quien se administrará el medicamento. En una institución, esto se suele hacer verificando los detalles en el brazalete de identificación del paciente. En el ámbito extrahospitalario se obtendrá la verificación verbal del paciente o del profesional sanitario para garantizar que se administre el medicamento al paciente correcto.
  • Administrar el medicamento por la vía prescrita.
  • Asegurarse de que el paciente esté cómodo tras la administración del medicamento para identificar cualquier reacción al medicamento o a la vía de administración seleccionada.
  • Observar la normativa local en relación con el período en que una enfermera debe permanecer con un paciente tras la administración de determinados medicamentos. E sto es muy importante cuando se está administrando el medicamento en el propio hogar del paciente o en la sala de tratamiento para asegurar el reconocimiento rápido y el tratamiento de alguna reacción al medicamento.
  • Registrar los detalles del medicamento en la documentación del paciente, vigilar cualquier efecto secundario y notificar de inmediato alguna anomalía para garantizar que haya un registro permanente de la administración del medicamento y que se comunique cualquier efecto secundario al personal médico.
  • Eliminar el equipo contaminado de acuerdo con la normativa de las autoridades sanitarias para evitar la transmisión de infecciones o la intoxicación de otras personas y para permitir la verificación si el paciente tiene una reacción adversa.
  • Si el paciente tiene dificultades para deglutir un preparado oral, la enfermera debe solicitar que el medicamento se proporcione en otra forma farmacéutica. Se consultará al farmacéutico antes de triturar o partir por la mitad algún comprimido (ya que esto afecta a la composición o la absorción del fármaco). Las pastillas, cápsulas y obleas habrán de suministrarse en la dosis especificada en la receta.
  • Al llevar a cabo este procedimiento, las enfermeras son responsables de sus acciones, de la calidad de la asistencia que brindan y del mantenimiento de los registros de acuerdo con el Código de conducta profesional, las Directrices para la Administración de Medicamentos y las Directrices para Registros y Mantenimiento de Registros.

Medicamentos controlados

Ámbito institucional

La administración de un medicamento controlado en un entorno institucional debe involucrar a dos enfermeras o a una enfermera y otro profesional autorizado, como un médico o un profesional de un servicio operativo. Una enfermera debe ser una enfermera cualificada y puede ser necesario, de acuerdo con la normativa local, que sea empleada dentro de ese centro sanitario. Se lleva un registro de fármacos controlados en cada pabellón o servicio, en el que se muestran detalles de los fármacos controlados que se guardan y que se administran.

  • Se observan los mismos pasos que en el apartado «Todas las formas de administración de medicamentos» hasta la directriz «Verificar que no se haya administrado ya el fármaco».
  • Se retira el medicamento apropiado del almacén de fármacos controlados, se coteja el número de lote con el número detallado en el registro, junto con otra enfermera, para garantizar que la cantidad de fármacos que haya en la caja coincida con el número que consta en el registro.
  • Se verifica la fecha de la receta para garantizar que el medicamento se administró en la fecha correcta.
  • Se verifica el horario de administración para asegurar que el medicamento se administró a la hora correcta.
  • Se verifica el método de administración para garantizar la vía correcta de administración.
  • Se retira la dosis apropiada del depósito de medicamentos controlados, verificando el nombre y la dosis con la segunda enfermera. Se verifica y se registra el número de lote del medicamento controlado restante para garantizar que se retiró la dosis correcta del depósito y se registró el saldo remanente.
  • En el formulario de registro de medicamentos controlados se anotan los detalles apropiados para asegurarse de un registro permanente de los detalles relacionados con la administración (fecha, horario, nombre del paciente, dosis del fármaco y firma del personal).
  • Se continúa con los pasos descritos en el apartado «Todas las formas de administración de medicamentos».

Ámbito comunitario

La administración de un medicamento controlado en el propio hogar del paciente puede llevarla a cabo el mismo paciente o quien lo atiende (si éste es el procedimiento normal para los medicamentos en forma de comprimido o líquido). Cuando se administran los medicamentos mediante una inyección o en un supositorio o con una bomba de infusión con jeringa, esto normalmente lo lleva a cabo la enfermera. El número y la categoría del personal dependen de la normativa de las autoridades sanitarias.

Los medicamentos controlados pertenecen al paciente y permanecen en su hogar. Se brindará consejo al paciente o a quien lo atiende sobre la forma de almacenar de forma segura estos medicamentos. Un formulario para registro de medicamentos controlados en el que se asienten los detalles de cualquier medicamento que administre una enfermera y un balance de la reserva se colocará en la casa del paciente, junto con una hoja de receta especial para medicamentos controlados (completada y firmada por el médico general o un especialista del hospital a cargo de la atención al paciente). En el Reino Unido se dispone de una guía sobre los procedimientos apropiados para el manejo de medicamentos controlados en la atención primaria a través del Centro de Prescripción Nacional.

  • Se observan los mismos pasos descritos en el apartado «Todas las formas de administración de medicamentos» hasta la directriz «Verificar que no se haya administrado ya el fármaco».
  • Se verifica el número de lote de los medicamentos cotejando con el número detallado en el formulario del registro de medicamentos controlados para asegurar que el número de medicamentos que hay en el depósito se corresponda con el número que consta en el registro de medicamentos.
  • Se verifica la fecha de la receta para asegurar que el medicamento se administra en la fecha correcta.
  • Se verifica el horario de administración para asegurarse de que el medicamento se administre en el horario correcto.
  • Se verifica el método de administración para confirmar que la vía de administración es la correcta.
  • Se retira la dosis apropiada del depósito de fármacos controlados, verificando el nombre y la dosis. Se verifica y se registra el número de lote de los medicamentos controlados remanentes para garantizar que se retire la dosis correcta del depósito y se registre el saldo remanente.
  • Se consignan en el formulario del registro de medicamentos controlados los datos apropiados para garantizar un registro permanente de los detalles de la administración (fecha, horario, dosis del fármaco y firma del personal).
  • Se continúa con los pasos descritos en el apartado «Todas las formas de administración del medicamento».

Vías de Administración de Medicamentos

Preparados orales

  • Se siguen los mismos pasos descritos en el apartado «Todas las formas de administración de medicamentos» hasta la directriz que empieza con «Retirar del recipiente la dosis prescrita».
  • Se retira el número necesario de comprimidos, pastillas u obleas de la caja de medicamentos sin contaminar el preparado. Se coloca en el vaso de medicamentos o en la cuchara de medicamentos para asegurarse de que se dispense la dosis correcta del medicamento. o
  • Se agita bien el preparado líquido del medicamento. Se vierte en el recipiente apropiado a la altura de la vista y sobre una superficie plana sólida, vertiéndolo lejos de la etiqueta, para conservar la etiqueta y permitir el reconocimiento futuro del contenido. Se limpia el frasco (para evitar la contaminación). Si el medicamento es un polvo que debe mezclarse con agua, se siguen las instrucciones del envase para garantizar que el medicamento se desplace eficazmente por el esófago hacia el estómago. o
  • Se retira con una jeringa para asegurarse de la dosis exacta del medicamento.
  • Se verifica la receta y la dosis del medicamento cotejándola con el envase para garantizar que se haya dispensado el medicamento y la dosis correctos.
  • Se identifica al paciente de acuerdo con la normativa local para garantizar que se administre el medicamento a la persona correcta.
  • Se administra el medicamento y se ofrece al paciente agua (si está permitido) para ayudar a la deglución de un preparado oral.
  • Se continúa con los pasos descritos en el apartado «Todas las formas de administración de medicamentos».

Preparados inyectables – vías de administración intramuscular y subcutánea

Equipo y material

  1. Agujas de tamaño apropiado (21G, 23G y 25G) y jeringas.
  2. Torunda impregnada de alcohol.
  3. Ampolla o vial del medicamento.
  4. Dispositivo para romper la ampolla.
  5. Diluyente si es necesario.
  6. Lima.
  7. Guantes desechables.
  8. Gasa.
  9. Cinta adhesiva estéril (si es necesario).

Directrices y propósito de las inyecciones

  • Se ponen en práctica las directrices descritas en el apartado «Todas las formas de administración de medicamentos» hasta la directriz que comienza con «Revisar el nombre, la dosis, el horario y la fecha de caducidad del medicamento».
  • Se colocan guantes para evitar la contaminación por el medicamento y para protegerse de las infecciones de transmisión sanguínea.

Ampolla

  • Se golpea el cuello de la ampolla utilizando una gasa o un dispositivo para romperla, procurando no herirse con las astillas en caso de que la ampolla sea de vidrio.
  • Si entra algo de vidrio en la ampolla, se desecha ésta y se comienza el proceso con una nueva, ya que las partículas de vidrio pueden haber contaminado el medicamento en algunas áreas clínicas; por ejemplo, en salas de hospitalización de niños se pueden utilizar agujas con filtro para retirar el medicamento y de esta manera evitar las astillas de vidrio.
  • Si todavía queda solución en la ampolla, se retira con la jeringa la cantidad necesaria del medicamento.
  • Si la forma farmacéutica del medicamento es en polvo, se retira la cantidad necesaria de diluyente y se inyecta con lentitud en el polvo dentro del frasco para que el medicamento se disuelva en el disolvente.
  • Se gira suavemente la ampolla y se inspecciona para detectar cualquier partícula visible de polvo no disuelto y asegurarse de que el polvo está completamente disuelto.
  • Se retira con la jeringa la cantidad necesaria de la solución del medicamento asegurándose de que se dispense la cantidad correcta del medicamento.
  • Se golpea suavemente el lado del cilindro con el dedo para eliminar cualquier burbuja de aire hacia el cuello de la jeringa con el fin de que se puedan expulsar antes de inyectar la solución.

Vial

  • Se retira el tapón protector y se limpia el tapón de caucho con una torunda impregnada de alcohol para limpiar el punto de entrada.
  • Se inserta la primera aguja, asegurándose de que la punta quede por encima del nivel de líquido para liberar el vacío dentro del vial.
  • Se retira aire hacia la jeringa conectada a la segunda aguja en una cantidad igual a la solución que se va a retirar del vial para facilitar la retirada de la solución del vial.
  • Se inserta la segunda agua conectada a la jeringa y se expulsa el aire en el vial. Se retira la cantidad necesaria del medicamento, expulsando cualquier burbuja de aire antes de retirar la aguja del vial para evitar atomizar la solución del medicamento hacia la atmósfera al retirar la aguja.
  • Si la forma farmacéutica del medicamento es en polvo, se retira la cantidad necesaria del diluyente y se inyecta con lentitud hacia el polvo dentro del vial para poder disolver el medicamento en el diluyente.
  • Se hace girar suavemente el vial y se inspecciona para detectar cualquier partícula visible de polvo no disuelto; asegurarse de que se disolvió por entero el polvo.
  • Se cambia la aguja al tamaño necesario para la vía de administración; si se va a administrar una inyección intramuscular, una aguja limpia evitará la irritación del tejido subcutáneo al insertar la aguja en el músculo.
  • Se coloca la jeringa preparada y la ampolla o vial vacíos en una bandeja con papel de aluminio para mantener el envase del fármaco original de manera que se pueda realizar una verificación final antes de administrar el medicamento.
  • Se identifica al paciente a quien se va a administrar el medicamento y se cotejan una vez más los detalles de la receta con el medicamento, el envase y la dosis retirada con la jeringa para garantizar que se administre el medicamento correcto al paciente correcto.
  • Se asegura la privacidad del paciente.
  • Se limpia la superficie de la piel (si es necesario); la normativa sobre el aseo de la piel antes de la inyección varía según la autoridad sanitaria pertinente. En los pacientes que reciben inyecciones de insulina no se debe asear la zona de inyección con una torunda impregnada de alcohol, ya que esto, con el tiempo, endurecerá la piel.
  • Se descubre el sitio seleccionado y se inyecta el medicamento.

Inyección intramuscular

En la figura 2-1 se muestran los sitios para la inyección intramuscular. Rodger y King sugieren cinco sitios de inyección, incluido el sitio ventroglúteo; sin embargo, pese a sus ventajas, su uso todavía es muy limitado. El empleo de la técnica del trayecto «en Z» (fig. 2-2) es indispensable con determinados medicamentos que pueden manchar la piel o que son muy irritantes; de hecho, en la actualidad se recomienda su uso para todas las inyecciones intramusculares.

Fig. 2-1

Fig. 2-1. Administración de medicamentos: sitios utilizados para la inyección intramuscular. A. Cuadrante superior externo de la nalga. B. Superficie anterolateral del muslo. C. Región deltoidea del brazo.
  • Con la mano no dominante se estira la piel sobre la zona de inyección; con la mano dominante se inserta la aguja a dos tercios de su longitud, a un ángulo de 90°, para asegurarse de que la aguja quede insertada en el músculo.
  • Se retrae el émbolo de la jeringa. Si sale sangre hacia la jeringa, se retiran la aguja y la jeringa del tejido del paciente. Se comienza el procedimiento de nuevo para evitar inyectar el medicamento en un vaso sanguíneo.
  • Si no sale sangre hacia la jeringa, se inyecta con lentitud la solución a una velocidad de 1 ml/10 s para reducir el malestar del paciente o la lesión a los tejidos, o ambas cosas a la vez.

Fig. 2-2

Fig. 2-2. Técnica del trayecto «en Z».

Inyección subcutánea

En la figura 2-3 se muestran los sitios para la inyección subcutánea.

Fig. 2-3

Fig. 2-3. Sitios utilizados para la inyección subcutánea. A. Superficie anterior. B. Superficie posterior.
  • Utilizando una técnica del «pellizco de la piel», según se muestra en la figura 2-4, se introduce la aguja a un ángulo de 90° y se asegura que el fármaco se administre hacia el tejido subcutáneo.

Fig. 2-4

Fig. 2-4. Técnica del «pellizco de la piel».

Para las inyecciones subcutáneas no es necesario retraer el émbolo de la jeringa, ya que el tamaño de la aguja y la técnica del pellizco de la piel evitarán que se introduzca la aguja en un vaso sanguíneo.

  • Si el paciente va a recibir inyecciones subcutáneas durante un período, habrá que rotar el sitio de la inyección para reducir la irritación del tejido subcutáneo y mantener la tasa de absorción del medicamento.

Todas las inyecciones

  • Se mantiene la aguja colocada durante 10 s para que el fármaco se pueda difundir hacia los tejidos.
  • Se retira suavemente la aguja. Para evitar una lesión por punción con la aguja, no se vuelve a colocar el tapón a ésta.
  • Se aplica presión en la zona de la inyección utilizando una bolita de algodón o una gasa. Si ocurre hemorragia, se aplica una pequeña cinta adhesiva para evitar la filtración de sangre.
  • Se continúa con los mismos pasos descritos en el apartado «Todas las formas de administración de medicamentos».

Siempre se deberán seguir las instrucciones para la administración especial que proporcione el fabricante.

La enfermera siempre tendrá presente la posibilidad de anafilaxia después de la administración de medicamentos. Se observará la normativa de las autoridades sanitarias en lo referente al tiempo durante el cual habrá de vigilarse al paciente tras administrarle el medicamento. Esto es muy importante en quienes reciben medicamentos en un ámbito comunitario. Véase más información en «Anafilaxia».

Administración de insulina

La insulina puede administrarse a través de jeringas de insulina especiales o mediante un dispositivo de pluma para insulina y aplicarse en forma subcutánea. En los pacientes que se autoadministran insulina, el sistema de la pluma suele ser más práctico, ya que el vial en la pluma contiene suficiente insulina para varias dosis. Algunos sistemas de pluma están provistos de una aguja de una longitud más corta que la estándar utilizada para las inyecciones subcutáneas. Diversos fabricantes recomiendan que se introduzca la pluma a un ángulo de 90°, pero hay dudas respecto a si esta técnica hace que la insulina se inyecte en el músculo y no en el tejido subcutáneo (en pacientes que tienen un tejido subcutáneo con un espesor de menos de 10 mm), aumentando así la rapidez de absorción. A los pacientes que se inyectan insulina se les enseñará la técnica recomendada por el especialista en diabetes de acuerdo con las autoridades sanitarias.

A algunos diabéticos les resulta más cómodo inyectarse la insulina a través de una capa de tela cuando están socializando, por ejemplo, que con la técnica estándar que requiere descubrir la piel. Se pueden encontrar más detalles visitando la página web del Royal College of Nursing.

Vía intradérmica

La administración transdérmica del medicamento ha sido una de las innovaciones más importantes y ofrece una serie de ventajas respecto de la vía oral. Cuando se utiliza para la inmunización de BCG (bacilo Calmette-Guerin, que protege contra la enfermedad de la tuberculosis), por ejemplo, la enfermera debe cumplir con los criterios para la inmunización antes de administrar esta o cualquier otra vacuna por esta vía. La inyección intradérmica de un medicamento es una técnica de inyección que requiere habilidad. Los sitios donde se puede administrar las inyecciones varían según el tipo de vacunación que se aplique; por tanto, habrá de observarse la normativa de las autoridades sanitarias locales. El Departamento de Salud del Reino Unido proporciona información más detallada sobre esta técnica en su página web.

Aplicación tópica

Cada vez es mayor la tendencia a la administración de determinados medicamentos por vía tópica, por lo general mediante un «parche cutáneo». Algunos medicamentos que se pueden administrar por este método incluyen los que se utilizan para la terapia hormonal sustitutiva y determinados analgésicos.

Los parches en condiciones normales se aplicarán en la piel limpia y no húmeda. El período durante el que deben portarse depende del fármaco que se va a administrar, por lo que deberán seguirse las instrucciones del laboratorio fabricante. El sitio de aplicación del parche se rotará para reducir el riesgo de una reacción cutánea y se tendrá cuidado en aplicar sólo un parche cada vez y asegurar así la administración de la dosis correcta del medicamento. Cada laboratorio fabricante proporciona información adicional sobre los medicamentos que se administran por esta vía.

Inmunización

Las enfermeras que trabajan tanto en atención primaria como en atención especializada cada vez participan más en las tareas de inmunización. Esto puede incluir esquemas de inmunización infantil, vacunaciones para viajes al extranjero y la administración de vacunas contra la gripe, el tétanos o la hepatitis B en las unidades de urgencia y durante la atención a accidentados o en las salas de tratamiento. El Royal College of Nursing analiza algunos de los aspectos legales y profesionales de la inmunización por el personal de enfermería y describe el empleo de las «instrucciones para grupos de pacientes» respecto a este procedimiento. Las enfermeras que participan en algún programa de inmunización deben cumplir con los siguientes criterios (esto se ha establecido en el «Libro verde» sobre inmunización contra las enfermedades infecciosas del Departamento de Salud del Reino Unido, 1996). Se encontrará información más exhaustiva, actualizada y exacta sobre las vacunas, así como sobre las enfermedades y las inmunizaciones en el Reino Unido, en National Health Service. El Royal College of Nursing también dispone de una serie de publicaciones sobre vacunas y técnicas de inyección. Asimismo, es indispensable el conocimiento de las «instrucciones para grupos de pacientes», establecidas por el Centro de Prescripción Nacional del NHS.

Es necesario que:

  • Reciban una capacitación adicional en inmunizaciones.
  • Se capaciten en el tratamiento de la anafilaxia.
  • Sean competentes en los procedimientos de inmunización y puedan reconocer contraindicaciones para la vacunación.
  • Sean responsables de sus prácticas.

Anafilaxia

La anafilaxia puede deberse a una reacción anafiláctica (una reacción a una sustancia a la cual el organismo ha estado previamente expuesto y se ha sensibilizado) o a una respuesta anafilactoide (en la cual no ha habido una exposición previa). Una reacción anafiláctica puede desencadenar dificultad respiratoria, shock, paro cardíaco o muerte, y puede presentarse en cualquier momento. Es indispensable que todas las enfermeras que administran medicamentos conozcan los síntomas de una reacción anafiláctica. Es muy importante que las enfermeras que trabajan en un ámbito extrahospitalario tengan la capacidad para reconocer y tratar la anafilaxia; se está proporcionando capacitación adicional al personal con el fin de que puedan llevar a cabo este procedimiento.

Una reacción a un medicamento puede presentarse en cualquier momento después de la administración: no hay un límite de tiempo específico. Ewan (1998) informa de que una reacción a menudo se presenta a los pocos minutos de que el paciente recibe la inyección (aunque puede ocurrir tras la ingestión de medicamentos o de determinados alimentos o por el contacto cutáneo), pero también puede retrasarse hasta varias horas después de la administración.

La información que se proporciona en esta sección está basada en las directrices proporcionadas por el Departamento de Salud (1996), el Royal College of Nursing (2001b) y el Resuscitation Council, pero las autoridades sanitarias individuales brindan directrices adicionales para el personal sanitario.

Características de la presentación

  • Obstrucción de las vías respiratorias que se manifiesta por sibilancias a causa de broncoespasmo y edema laríngeo, disnea y estridor.
  • Prurito, rubefacción, urticaria y angioedema.
  • Cambio en el color de la piel, es decir, congestión o palidez.
  • Ansiedad extrema y una sensación de «muerte inminente».
  • Hipotensión.
  • Taquicardia seguida de bradicardia (consecutiva a una hipotensión intensa).

Si no se trata, el paciente tarde o temprano sufrirá paro respiratorio y cardíaco.

Tratamiento de la anafilaxia

  • Si el paciente todavía tiene un gasto cardíaco adecuado, se coloca en la posición de recuperación y se inserta una cánula artificial para mantener una vía respiratoria permeable si es que no presenta reflejo nauseoso.
  • En un ámbito institucional: se sigue atendiendo al paciente pero se obtiene ayuda urgente de otro personal médico y de enfermería (en la mayoría de las unidades, será necesario llamar al equipo de atención al paro cardíaco). Cuando llega la ayuda, se informa al personal experimentado sobre el medicamento que recibió el paciente antes del shock para iniciarle el tratamiento y mantenerlo vivo.
  • En un ámbito comunitario: primero se solicita ayuda llamando a la línea telefónica de urgencia para pedir una ambulancia; luego se continúa atentiendo al paciente y se comienza el tratamiento lo más pronto posible. Cuando es factible, se envía a alguien por ayuda médica.

Se siguen las directrices del Resuscitation Council del Reino Unido; véanse algoritmos del tratamiento (fig. 2-5).

  • Se inicia el procedimiento de reanimación si el paciente ha tenido un paro respiratorio o cardíaco, o ambos a la vez, para instaurar el tratamiento lo antes posible y mantener vivo al paciente.
  • Todo individuo que experimente una reacción anafiláctica tendrá que ser hospitalizado lo antes posible para poder controlar sus signos vitales. Fisher advierte de que una reacción secundaria puede presentarse hasta 72 h después del incidente anafiláctico inicial.

Fig. 2-5 Fig. 2-5b

Fig. 2-5. Algoritmos para la anafilaxia del Resuscitation Council (Reino Unido).

Bombas de infusión con jeringa

Indicaciones y fundamentos del empleo de la bomba de infusión con jeringa

En un paciente que necesita una dosis constante de medicamento, éste se puede administrar a través de una bomba de infusión con jeringa; esto facilita un control satisfactorio de los síntomas y representa una escasa inconveniencia o malestar para el paciente.

Se obtendrá más información del British National Formulary (Cuadro Básico Nacional Británico).

Se puede utilizar una bomba:

  • Cuando el paciente no puede tolerar los medicamentos por vía oral (ej. a causa de una lesión, náuseas o vómitos no resueltos o una reducción en el nivel de conciencia).
  • Cuando no se puede lograr el control adecuado del dolor mediante medicamentos por vía oral.
  • Cuando es necesario administrar el medicamento por vía subcutánea durante algún período.

Descripción del procedimiento

Mediante la bomba de infusión con jeringa se administra una cantidad constante de un medicamento recetado por vía subcutánea durante un período establecido (ej. 24 h). Puede utilizarse cuando es necesaria una infusión constante de un medicamento, por ejemplo, para tratar el dolor postoperatorio o para controlar los síntomas durante la etapa terminal de una enfermedad. Por esta vía se puede administrar más de un medicamento a la vez. Es muy útil en pacientes atendidos en un ámbito comunitario por cuanto permite un ajuste más preciso de las dosis de los fármacos y, por tanto, un control más eficaz de los síntomas.

En muchos ámbitos, este procedimiento deben realizarlo dos personas, si bien la normativa varía en el contexto de cada lugar. En un medio institucional, el medicamento puede haberse ya reconstituido en la jeringa por el farmacéutico o el médico. En el contexto comunitario, es probable que el medicamento sea preparado por la enfermera en el propio hogar del paciente. Las autoridades sanitarias tienen diferentes normativas, que deberán tenerse en cuenta.

Se dispone de diferentes métodos de bombas de infusión con jeringa, los cuales tienen diferentes instrucciones de uso, por lo que es esencial que toda enfermera que trabaje con ellos conozca bien las instrucciones de cada fabricante. Por tanto, aquí sólo se podrán brindar algunas directrices generales, que habrán de considerarse junto con la normativa de la autoridad sanitaria y las instrucciones del fabricante. Otro recurso de información útil es la página web de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios.

Equipo y material

  1. Bomba de infusión con jeringa y baterías (si son necesarias).
  2. Instrucciones del fabricante para el uso de la bomba de infusión con jeringa.
  3. Receta y documentos de registro del paciente.
  4. Carrito, bandeja o superficie de trabajo adecuada para el equipo y el material.
  5. El medicamento que se va a administrar (lo que incluye los diluyentes).
  6. Cánula «en mariposa» 22G y equipo de administración.
  7. Jeringas (el tipo y el tamaño deben ser los especificados por el fabricante de la bomba de infusión con jeringa).
  8. Agujas estériles.
  9. Guantes desechables.
  10. Algodón.
  11. Tela adhesiva semipermeable.
  12. Contenedor para desechar instrumentos punzocortantes.
  13. Recipiente para el material que se haya utilizado.
  14. Etiqueta adhesiva.

Directrices y propósito de este procedimiento

Se llevarán a cabo los siguientes pasos de acuerdo con la normativa local y las instrucciones del fabricante de la bomba de infusión con jeringa.

  • Se efectúan los pasos descritos en el apartado «Todas las formas de administración de medicamentos» hasta la directriz «Verificar que no se haya administrado ya el fármaco». Si se va a administrar un fármaco controlado, se observarán las directrices expuestas en el apartado «Medicamentos controlados».
  • Se verificará el funcionamiento de la bomba de infusión con jeringa revisando el procedimiento recomendado por el fabricante y la autoridad sanitaria. Esto habitualmente implica colocar la batería o conectar la bomba de infusión a la fuente de energía y asegurarse de que se encienda la luz indicadora. Cuando es aplicable, se lleva a cabo la verificación del sistema de alarma integrado para verificar cualquier seguridad recomendada.
  • En un ámbito institucional: se obtiene la jeringa preparada de antemano que contenga el medicamento recetado y se verifican los detalles relacionados con la jeringa (nombre del paciente y número de hospital, fecha, nombre del medicamento y diluyente, dosis, volumen total del líquido en la jeringa, tiempo en que se comienza la administración y fecha de caducidad). Esta información se cotejará con los detalles consignados en el formulario de la receta del paciente para garantizar que los detalles del medicamento en la jeringa coincidan con los de la receta.
  • En un ámbito comunitario: se prepara el medicamento para la administración teniendo en cuenta la receta del paciente (aunque la dosis del medicamento será la misma sea cual sea la bomba que se utilice, puede ser diferente el volumen del diluyente). Se pegará una etiqueta al cilindro de la jeringa donde se especifique información sobre el contenido de la jeringa (fecha, nombre y dosis del medicamento, volumen del medicamento y el diluyente, tiempo de inicio de administración y firma de la enfermera) con el fin de que se identifique claramente el contenido.
  • Se conecta el equipo de administración a la jeringa y se preparan los tubos de manera que se expulse todo el aire del interior de los tubos.
  • Se determina la duración de la administración, ya que esto afectará a la rapidez de la administración.
  • Se establece la velocidad prescrita de acuerdo con las instrucciones del fabricante para asegurarse de que la tasa de infusión sea la correcta.
  • Se selecciona la zona para la infusión (la misma que para la «inyección subcutánea»); sin embargo, se inserta la aguja o el juego de inclusión a un ángulo de 45° (pág. 23).
  • Se fija la aguja con la cinta adhesiva para evitar que se salga y poder visualizar sin obstáculos el sitio de entrada.
  • Se conecta la jeringa al propulsor, asegurándose de que el mecanismo del émbolo quede colocado correctamente y de que las cintas de fijación estén bien colocadas para permitir la administración del medicamento, y asegurarse de que la jeringa no se salga de la bomba de infusión.
  • Se activa el propulsor de la jeringa y se observa durante el tiempo especificado por la autoridad sanitaria para garantizar que el propulsor esté funcionando adecuadamente.
  • Se coloca el propulsor en una posición segura (habitualmente se dispone de un «estuche transporte» para los pacientes que se movilizan) y se comprueba que no se moje para evitar que el equipo de infusión salga del propulsor de la jeringa y para no averiar el aparato.
  • Se verificará con regularidad el propulsor de jeringa y se documentarán datos como la longitud del volumen de líquido (la longitud del líquido en el cilindro de la jeringa, medida normalmente en milímetros), recordando que las revisiones y su frecuencia variarán según la normativa de la autoridad sanitaria, para garantizar su funcionamiento correcto y continuo.
  • Se examina con regularidad la zona de infusión y se informa de cualquier signo de dolor localizado, inflamación o edema; en el ámbito comunitario, el paciente o el profesional deben recibir instrucciones respecto a cómo revisar la zona de inyección. Si ocurre algún problema, entonces se colocará el equipo de infusión en otro sitio para identificar y tratar en una etapa inicial cualquier reacción cutánea localizada.
  • Se observan los síntomas del paciente para vigilar la eficacia de la farmacoterapia.

Al realizar este procedimiento, las enfermeras son responsables de sus acciones, de la calidad de la atención que brindan y del mantenimiento de los registros de acuerdo con el Código de conducta profesional, las Directrices para la administración de medicamentos y las Directrices para los registros y el mantenimiento de los registros.

Es indispensable que la autoridad sanitaria o el fabricante revisen y calibren la bomba periódicamente.

Dispositivos para la administración de analgésicos controlados por el paciente

Cada vez se utilizan más los dispositivos que permiten al paciente autoadministrarse analgésicos. Éstos funcionan a través de un sistema de bomba, por el cual el individuo se administra pequeñas dosis del analgésico recetado, con un mecanismo de seguridad integrado que evita la sobredosis del fármaco. Las principales vías de administración son intravenosa, subcutánea y epidural. Algunos de los beneficios del sistema son que el paciente está más facultado y se siente menos ansioso sobre el control efectivo del dolor.

Chumbley señala qué información necesita un paciente sobre la analgesia controlada por el paciente (ACP). Se pueden utilizar los dispositivos tanto en el ámbito institucional como en el extrahospitalario. Reiff y Niziolek ofrecen consejos de uso del método de ACP.

La analgesia controlada por el paciente puede prescribirse en los siguientes casos:

  • Después de procedimientos quirúrgicos como histerectomía y recambio de cadera. Permite a los pacientes administrarse pequeños bolos frecuentes de analgésico para aliviar el dolor sin que queden demasiado sedados. Un control satisfactorio del dolor permite al paciente movilizarse en una etapa más temprana y favorece la recuperación postoperatoria.
  • Para el alivio del dolor como parte de los cuidados paliativos en las enfermedades terminales. Esto puede llevarse a cabo en el hogar o a nivel institucional o en un hospicio, y permite al paciente estar alerta y percatarse de su entorno con un control adecuado del dolor.

Equipo y material

  1. Acceso venoso o subcutáneo.
  2. Equipo especializado de infusión de analgesia controlada por el paciente (consúltense las instrucciones del fabricante).

El equipo de infusión consiste en un globo de reservorio o una jeringa de reservorio que el personal de enfermería prepara con el medicamento analgésico recetado. El líquido del reservorio fluye a través de un filtro y una boquilla de control en el botón a demanda por medio de los tubos conectados (fig. 2-6). Se dispone de muchos dispositivos y siempre hay que seguir las instrucciones de cada fabricante.

Los pacientes autoadministran la dosis de analgesia oprimiendo el botón a demanda, mediante un botón de muñeca o un equipo a demanda manual de pequeño tamaño.

Cuando se requiere más analgésico, se presiona de nuevo el botón a demanda y se descarga una pequeña cantidad del medicamento, por lo general de 0,5 a 1 ml. El equipo está provisto de un mecanismo de seguridad integrado que permite la infusión de sólo una determinada cantidad de líquido durante 1 h, de manera que no cabe la posibilidad de una sobredosis del medicamento. La concentración del bolo individual será prescrita por el médico después de valorar al paciente con dolor. Se registra, se vigila y se documenta la cantidad que se aplica por transfusión cada hora, para evaluar el control del dolor del paciente.

Fig. 2-6

Fig. 2-6. Equipo de infusión de analgesia controlado por el paciente.

Dispositivos para el cumplimiento del paciente

Hay muchos tipos de dispositivos comerciales que ayudan al paciente a administrarse sus medicamentos. A todos los pacientes se les evaluará por completo antes de prescribirles un dispositivo para medicamentos y se revisará que éstos se puedan almacenar en el mismo.

Asimismo, se verificarán las interacciones medicamentosas, por lo que es indispensable que un farmacéutico intervenga en todas las etapas. El dispositivo para la administración de medicamentos comprende bandejas individuales para cada día de la semana, cada una con diferentes compartimentos para los diferentes horarios en los que el paciente debe tomar el medicamento. Las bandejas suelen llenarse (por el paciente o el cuidador) con todos los medicamentos que recibirá éste hasta por una semana por adelantado. Si el paciente o el cuidador no pueden llevar a cabo esta tarea, el farmacéutico será el responsable de dispensar, etiquetar y sellar estos dispositivos para el cumplimiento. Sólo en circunstancias excepcionales, cuando no se disponga de un farmacéutico en la comunidad, se pedirá a una enfermera que llene estos dispositivos, en cuyo caso se seguirán las Directrices para la Administración de Medicamentos (Nursing and Midwifery Council) al igual que la normativa establecida por las autoridades sanitarias.

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