P22. Procedimientos de Aislamiento en Enfermería

Históricamente, las enfermeras han utilizado los términos «aislamiento» y «barrera de protección» para describir la separación física de personas en las que se sospecha o se ha diagnosticado una enfermedad transmisible. En la actualidad, la mayoría de los pacientes con enfermedades infecciosas pueden ser atendidos en un hospital general con pabellones modernos y salas individuales en las que se aplican «precauciones estándar». Sin embargo, en algunas infecciones es necesario un mayor nivel de contención, es decir, las infecciones nuevas o «novedosas» o las que son resistentes en extremo; por ejemplo, la tuberculosis resistente a múltiples fármacos.

En general, estos pacientes se trasladarían a una unidad de enfermedades infecciosas, donde se proporciona alojamiento y equipo especializado según la categoría de la infección.

«Aislamiento protector» es el término que se utiliza para describir las precauciones de enfermería que se ponen en práctica para mantener a un paciente vulnerable (ej. un individuo con alteraciones en la inmunidad), libre de los riesgos de infección que pudieran encontrarse en el entorno hospitalario habitual.

También se pueden aplicar precauciones diferentes para «aislar» a los pacientes no infecciosos, como los que están recibiendo radioterapia, que representan un riesgo radiactivo para otros enfermos hospitalizados.

Indicaciones y fundamentos de la atención de enfermería a pacientes en una zona de aislamiento

El objetivo de este procedimiento de enfermería es crear una barrera efectiva entre una zona infectada y una zona no infectada para evitar que se produzcan infecciones cruzadas o utilizar medidas apropiadas para evitar la contaminación por sustancias radiactivas.

Las precauciones de aislamiento suelen representar una combinación de directrices nacionales y experiencia local: siempre se deberá comprobar la normativa local. En general, se recomienda que todos los médicos apliquen siempre las mismas estrategias de intervención general a todos los pacientes. La aplicación de las precauciones estándar para el control de las infecciones es fundamental, e incluye:

  • Una técnica apropiada para la higiene de las manos.
  • Uso de guantes para realizar los procedimientos clínicos.
  • Protección de la piel que tiene solución de continuidad.
  • Prevención y tratamiento de las lesiones por punción.
  • Empleo de vestimenta o equipo protector (delantales, guantes, gafas) cuando sea necesario.
  • Uso y eliminación de «instrumentos punzocortantes».
  • Control de los derrames.
  • Recolección y eliminación de los productos de desecho.

Aislamiento de la fuente de infección

En este caso, la zona «infectada» es la zona de aislamiento donde se está atendiendo al paciente infectado, en tanto que la zona «no infectada» queda fuera de la zona de aislamiento.

Indicaciones y fundamentos del aislamiento de la fuente de infección

Se lleva a cabo para prevenir la diseminación de las infecciones de pacientes con una infección transmisible específica sospechada, por ejemplo:

  • Una infección producida por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA). Esta infección, sobre todo si ocurre en la circulación sanguínea, plantea el máximo problema en pacientes que ya tienen un riesgo elevado; por ejemplo, los que tienen dispositivos invasivos o que están recibiendo ventilación con un respirador. Las directrices para la atención a las personas con MRSA varían en los ámbitos de asistencia aguda, comunitaria y doméstica. Las precauciones se basan en la valoración del riesgo individual y el tipo de contexto sanitario.
  • Una infección respiratoria causada por Mycobacterium tuberculosis no tratada.
  • Una infección intestinal activa por Salmonella o verocitotoxina de E. coli 0157 (VTEC).

Equipo y material

El entorno y el equipo necesario dependerán de la infección, del estado del paciente y de la normativa sanitaria local. Por lo general incluirá lo siguiente:

  1. Habitación individual con instalaciones sanitarias y, en ocasiones, una antesala con almacenamiento de ropa protectora y una palangana para lavarse las manos.
  2. Instalaciones para que el personal que opera dentro y fuera de la zona de aislamiento pueda lavarse las manos.
  3. Gel de manos de base alcohólica (Ritchie et al., 2005).
  4. Ropa protectora personal, que puede incluir:
    • Gorro.
    • Mascarilla tipo filtro o mascarilla antigás.
    • Bata o ropa repelente de líquido.
    • Delantal de plástico.
    • Guantes.
    • Calzado protector lavable.
    • Protección de la cara/gafas.
      [Muchos de estos materiales son desechables y deberá mantenerse un surtido de ellos en una zona adyacente fuera de la zona de aislamiento]
  5. Ropa de cama y toallas personales para el paciente.
  6. Utilizar de forma sistemática vajilla y cubiertos individuales, que puedan lavarse en un lavavajillas. Sin embargo, en algunas circunstancias, puede necesitarse materiales desechables (consultar la normativa local para el control de las infecciones o al equipo de control de infecciones).
  7. Instalaciones para el tratamiento o eliminación de ropa y basura infectadas.
  8. El equipo necesario para los cuidados personales y de enfermería apropiados deberá permanecer en la zona de aislamiento mientras duren las precauciones de aislamiento para prevenir la transmisión de infecciones. Todos los materiales deberán descontaminarse y desinfectarse antes de volverse a utilizar de acuerdo con la normativa local para el control de infecciones.
  9. Termómetro, esfigmomanómetro, estetoscopio y reloj de pulsera o de pared con minutero, si es necesario, para registrar los signos vitales.
  10. Recipientes especiales para recoger las muestras de laboratorio necesarias.
  11. La documentación del paciente deberá permanecer fuera de la zona de aislamiento y un miembro de la plantilla «no contaminado» cumplimentará los registros y cuidados para mantener un entorno seguro.

Directrices y propósito de este procedimiento de enfermería

  • Consultar con el personal apropiado para obtener asesoría y guía. Todas las autoridades sanitarias y hospitales disponen de un miembro del personal responsable del control de las infecciones en esa zona; por ejemplo, una enfermera para el control de las infecciones.
  • Valorar el riesgo de la infección.
  • Planificar la atención de enfermería de manera que todo lo que sea necesario se lleve a cabo en un determinado período en la zona de aislamiento; la entrada y salida continua de personal de la zona aumenta considerablemente el riesgo de infecciones cruzadas.
  • De ser posible, seleccionar al personal con inmunidad documentada para que atienda a los pacientes con infecciones específicas por cuanto serán resistentes a la infección; por ejemplo, personas que han tenido varicela o que están vacunadas contra la varicela pueden atender a pacientes con varicela o herpes.
  • Explicar al paciente la importancia de seguir las precauciones para obtener su consentimiento y cooperación y fomentar su participación en los cuidados.
  • Lavarse las manos y aplicar gel de base alcohólica antes de entrar en la zona de aislamiento para mantener un entorno seguro.
  • Utilizar ropa protectora personal cuando sea necesario para crear una barrera eficaz contra la infección.
  • Entrar en la zona de aislamiento.
  • Llevar a cabo toda la atención de enfermería que sea necesaria. Pueden necesitarse dos enfermeras para determinados procedimientos de enfermería; por ejemplo, llevar el equipo, las comidas o los medicamentos que se recetaron al paciente dentro y fuera de la zona de aislamiento. Una enfermera deberá permanecer con ropa protectora dentro de la zona. La segunda enfermera se mantendrá en la entrada de la zona y pasará los artículos a la enfermera que se encuentra dentro de la zona sin permitir que ocurra alguna contaminación. Esto impide la transmisión de infecciones.
  • Observar al paciente durante toda esta actividad para vigilar cualquier cambio en su estado.
  • Asegurarse de que el paciente se sienta lo más cómodo posible para ayudar a fomentar el proceso de curación.
  • Confirmar que el paciente disponga de los sistemas de comunicación apropiados, como un sistema para llamar a la enfermera, ya que los pacientes y el personal pueden sentirse muy aislados en esta situación. Si se van a mantener las precauciones de aislamiento durante un período prolongado y lo permite el estado general del paciente, se puede facilitar un teléfono cerca de la cama o un sistema de comunicaciones.
  • Desechar con seguridad todo material infectado de acuerdo con la normativa local para prevenir las infecciones cruzadas.
  • Lavarse las manos en la zona de aislamiento para evitar que la infección se transmita fuera de la zona.
  • Retirar la ropa protectora sin tocar el exterior de las prendas y desechar con seguridad para evitar cualquier infección cruzada y mantener un entorno seguro.
  • Abandonar la zona de aislamiento una vez se haya terminado la atención de enfermería.
  • Repetir el lavado de manos fuera de la zona de aislamiento y aplicar gel de base alcohólica en las manos para asegurar una vez más que no se produzca contaminación.
  • Documentar de forma apropiada los procedimientos de enfermería, vigilar cualquier efecto secundario y comunicar de inmediato datos anormales de manera que se pueda evaluar la atención y se modifique cualquier intervención de enfermería o médica que sea necesario.
  • Explicar las precauciones a los visitantes, a quienes se les restringirá el contacto con familiares y amigos, para obtener su cooperación y mantener el aislamiento del paciente mediante el uso de alguna vestimenta protectora recomendada y llevando a cabo la higiene de las manos.

Al realizar este procedimiento, las enfermeras son responsables de sus acciones, de la calidad de la atención que brindan y del mantenimiento de registros de acuerdo con el Código de conducta profesional: normas de conducta, desempeño y ética, conforme a las Directrices para registros y mantenimiento de registros y el Código de procedimientos del grupo de trabajo en infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria.

Eliminación del material infectado

Deberán seguirse las directrices locales respecto a la eliminación de los desechos contaminados. En un ámbito institucional son necesarias dos enfermeras: una entra con ropa protectora en la zona de aislamiento y la otra permanece fuera.

Eliminación de desechos

Colocarlos en una bolsa para eliminación de desechos clínicos y cerrarla si es apropiado dentro de la zona de aislamiento por la enfermera en aislamiento antes de pasarla a la enfermera que está fuera. Todas las bolsas de desechos deben cerrarse con seguridad mediante un cierre permanente utilizando cinta y un cierre «en cuello de cisne» (fig. 22-1) o un dispositivo de cierre automático. Rotular la zona con el nombre de la sala o la unidad y la fecha para asegurarse de que cumple con las leyes de eliminación de desechos y de salud y seguridad. Las bolsas suelen almacenarse en depósitos seguros cerrados o en zonas específicas antes de recogerlas y enviarlas para su procesamiento mediante desinfección por calor o incineración.

Fig. 22-1

Fig. 22-1. Método «en cuello de cisne» para el cierre de bolsas de desechos.

Eliminación de la ropa

La ropa infectada deberá colocarse en una bolsa de membrana hidrosoluble o una bolsa totalmente hidrosoluble y luego en la bolsa apropiada con código de color destinada para la ropa infectada antes de enviarse a la lavandería. La ropa desechable puede utilizarse en una situación de urgencia.

Eliminación de instrumentos «punzocortantes»

La enfermera en aislamiento cerrará el depósito de «instrumentos punzocortantes» infectados y lo colocará en un depósito externo o bolsa designados por la segunda enfermera, manteniendo el exterior sin contaminar. Después, cerrar el depósito externo, adherir un rótulo de «peligro de infección» y desechar todo el paquete de acuerdo con la normativa sanitaria local para evitar cualquier transmisión de infección.

Limpieza

Informar al encargado de limpieza siempre que sean necesarios procedimientos de aislamiento. Los arreglos para la limpieza habitual y final de la zona de aislamiento se realizarán en colaboración con el personal hospitalario encargado del control de infecciones, para proteger al paciente y al personal.

Descontaminación de la zona de aislamiento

Cuando un paciente sale de una zona de aislamiento, el personal de enfermería deberá revisar y valorar el riesgo de todo el equipo que se utilizó para atender a la persona infectada. La habitación y su mobiliario, instalaciones y accesorios deberán descontaminarse mediante limpieza y desinfección según se especifica en la normativa local para el control de las infecciones antes de volver a utilizarse.

Precauciones específicas

Pueden necesitarse diferentes precauciones para infecciones específicas.

Infecciones respiratorias

Atender al paciente en una sola habitación manteniendo la puerta cerrada para reducir la infección transmitida a través del aire o de las secreciones respiratorias. Esta habitación, en condiciones ideales, contará con un sistema de circulación de aire integral con filtro HEPA y alarma para alertar al personal cuando haya un mal funcionamiento.

  • Utilizar guantes durante todos los procedimientos de asistencia para evitar la contaminación con líquidos corporales. Una buena técnica de lavado de manos aunada al uso de guantes brindará una protección adecuada, previniendo así la contaminación con líquidos corporales.
  • La orina y las heces no requieren tratamiento especial, pero deberán eliminarse de inmediato; el empleo de otro retrete u orinal ayuda a reducir el riesgo de infecciones cruzadas.

Infecciones de heridas

El paciente puede necesitar asistencia en una habitación individual.

  • Utilizar guantes, sobre todo al realizar curaciones o manipular ropa de cama o prendas de vestir potencialmente infectadas, para prevenir la contaminación con líquidos corporales y la transmisión de infecciones.
  • Un delantal de plástico es una prenda protectora adecuada dependiendo del microorganismo que haya producido la infección. Una técnica de lavado de manos satisfactoria es indispensable para asegurar que no se transmita la infección.

Infecciones intestinales

Hay que atender al paciente en una sala individual con instalaciones sanitarias separadas, ya que las infecciones intestinales se transmiten con facilidad.

  • Utilizar batas, delantales de plástico y guantes, pero no es necesaria una mascarilla. La vajilla y los cubiertos se lavarán en el ciclo de mayor temperatura del lavavajillas y no se procesan manualmente sino de una manera estandarizada a una temperatura establecida.
  • Los vómitos y las heces suelen ser infecciosos y deben desecharse de acuerdo con la normativa local. En casos infrecuentes, esto incluye cubrir la materia infectada con desinfectante durante un cierto tiempo para destruir los microorganismos causales. Las cuñas y orinales desechables se tratan como desechos infectados para mantener un ambiente seguro. Las cuñas reutilizables, las bases de cuñas para sistemas desechables y los orinales reutilizables deben procesarse en el ciclo de lavado y desinfección de la máquina de lavado automático de cuñas entre cada uso y cuando se da de alta al paciente.
  • Antes de retirar las prendas protectoras, lavarse las manos con los guantes puestos para reducir la contaminación y realizar el lavado de manos adicional de acuerdo con las directrices antes mencionadas.

Infecciones víricas sanguíneas

Se necesitan precauciones especiales cuando un paciente tiene una infección vírica causada por:

  • El virus de la hepatitis B o C.
  • El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que puede desarrollarse y producir síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).

Estos pacientes pueden presentar la enfermedad o transportar el virus en su sangre; sus líquidos corporales y su sangre deberán tratarse como si estuviesen infectados. El personal que los atiende corre más riesgo de infección en esta situación. Mantener las precauciones para todos los pacientes sospechosos de ser «portadores» hasta que los estudios demuestren que son negativos. La epidemiología y la investigación en las dos últimas décadas han demostrado que determinadas personas tienen mayor riesgo de adquirir infecciones víricas transmitidas por la sangre que otras:

  • Los usuarios de drogas intravenosas (a través de agujas contaminadas, jeringas y equipo) mediante la infección directa de la sangre.
  • Los hombres homosexuales, los bisexuales y las parejas heterosexuales, sobre todo quienes tienen múltiples parejas o practican relaciones sexuales sin protección, a través de la sangre y los líquidos corporales infectados durante el coito.
  • Los lactantes nacidos de madres que se infectan debido a que el virus atraviesa la barrera placentaria. Las personas que han recibido transfusión con sangre o hemoderivados contaminados a través de la infección directa de la sangre.
  • Los pacientes o viajeros recientes procedentes de países donde la frecuencia de la enfermedad es relativamente mayor y las precauciones para el control de las infecciones pueden no ser adecuadas.

Poner en práctica las precauciones de forma sistemática para evitar que el personal sanitario que entra en contacto con los pacientes esté en situación de riesgo. Es importante recordar que los virus tienen que entrar en la circulación sanguínea a través de una solución de continuidad en la piel o a través de la mucosa del individuo no infectado. En condiciones ideales, el profesional sanitario será quien evaluará el grado de riesgo y las precauciones se planificarán en colaboración con el equipo local para el control de las infecciones. Todos los planes de atención propuestos deben explicarse y comentarse al paciente y sus cuidadores.

Situaciones de bajo riesgo

Tomar precauciones al manipular sangre y secreciones corporales y utilizar guantes en todo momento. Hay que tener especial cuidado cuando se manipulen y eliminen jeringas y agujas. Los depósitos de materiales punzocortantes deberán tratarse como infectados y rotularse con letreros de «peligro biológico». La sangre y otras muestras para estudio deberán señalarse con etiquetas especiales («con riesgo de infección»).

Situaciones de riesgo elevado

Se aplican precauciones adicionales; por ejemplo, al llevar a cabo un procedimiento invasivo en pacientes infectados por el VIH o con virus de la hepatitis B activo. Se mantendrán las precauciones estándar para el control de las infecciones. Las prendas protectoras, incluidas las del rostro, habrán de usarse discretamente por todo el personal que atiende al paciente para prevenir que alguna secreción o sangre infectada salpique los ojos o la boca del cuidador. En algunas zonas donde tales pacientes son ingresados con regularidad suele mantenerse disponible para uso inmediato el equipo de protección individual (EPI) adicional. Los asesores en el control de la infección local y de los servicios de salud laboral proporcionarán asesoría más detallada.

El personal sanitario debe vacunarse contra la hepatitis B (consúltese la normativa para el control local de las infecciones y la normativa relacionada con el personal).

Aislamiento protector

En esta situación, la zona infectada es el entorno de la sala de hospitalización y la zona no infectada es la zona del aislamiento. Se impide que los microorganismos patógenos entren en la zona de aislamiento mediante el aislamiento protector del paciente. Los principios y las directrices son los ya mencionados, pero se invierte el procedimiento para proteger al paciente del personal y de otras personas.

Indicaciones y fundamentos del aislamiento protector

Éste se lleva a cabo para evitar la diseminación de la infección a pacientes que tienen menos resistencia a las infecciones a consecuencia de un estado patológico o de un tratamiento prescrito, por ejemplo:

  • Pacientes con leucemia, la cual origina leucocitos inmaduros y defectuosos y disminuye la resistencia a las infecciones.
  • Pacientes que tienen una reducción en la autoinmunidad como resultado de medicamentos citotóxicos utilizados en el tratamiento de las neoplasias y que tienen una cifra de leucocitos reducida.
  • Pacientes que reciben fármacos inmunodepresores después de un trasplante y que también reducen el número de leucocitos.

Se resalta la importancia de las siguientes precauciones. Se puede utilizar una mascarilla de tipo filtro por el personal para proteger al paciente con neutrocitopenia prolongada de la infección por las gotitas de secreciones respiratorias.

El tipo de ropa protectora depende del estado del paciente. Se utilizarán batas cuando se atienda a niños, pero en la mayoría de los casos bastará con un delantal de plástico para prevenir las infecciones cruzadas por el uniforme de la enfermera.

Todo el personal debe ser minucioso en su técnica de lavado de manos para mantener un entorno seguro. La enfermera deberá limpiarse frecuentemente las manos con alcohol para minimizar el riesgo de infecciones cruzadas.

Se pueden utilizar instalaciones de flujo de aire especiales, como un sistema de flujo laminar, para evitar que el aire de la zona de hospitalización fluya hacia la zona de aislamiento. Esto disminuye el riesgo de que la infección se transfiera desde el entorno de la sala de hospitalización.

Los pacientes en aislamiento protector corren el riesgo de adquirir infecciones por bacterias y virus presentes en la superficie de alimentos no cocinados, como ensaladas y fruta no procesada. Pueden recetarse alimentos estériles que suministrará el servicio de dietética. Hay que seguir minuciosamente los consejos para la preparación de los alimentos. Debe recordarse que los alimentos estériles se tienen que calentar en un horno microondas, pero que éste no destruye las toxinas en los alimentos no estériles debido a los «puntos fríos».

Explicar las precauciones a los visitantes, quienes se limitarán a familiares cercanos y amigos, reduciendo con ello el riesgo de infección. Se utilizarán prendas protectoras apropiadas para mantener un entorno seguro para el paciente.

Los visitantes y el resto del personal no deben estar en contacto con el paciente cuando tengan algún resfriado común, una faringitis u otra infección, sin importar la gravedad, ya que podrían infectar al paciente inmunodeprimido. Explicar la razón de esta precaución. Planificar la atención de enfermería de manera que sólo uno o dos miembros del personal atiendan al paciente durante un turno de trabajo, para reducir el riesgo de infección transmitida por el personal de la unidad de hospitalización.

Aislamiento de riesgos radiactivos

Los pacientes que reciben dosis elevadas de isótopos radiactivos, sean de acción general o mediante implantación, suelen ser atendidos por enfermeras en unidades especialmente equipadas con barreras integradas contra la radiactividad y provistas de pantallas especiales. Sin embargo, los isótopos radiactivos cada vez se utilizan más para fines diagnósticos y las enfermeras deben atender a pacientes sometidos a tales estudios en las salas generales. Hay que seguir siempre la normativa local.

Indicaciones y fundamentos del aislamiento de riesgos radiactivos

Éste se lleva a cabo para prevenir la contaminación radiactiva de cuidadores y a otras personas cuando se utilizan sustancias radiactivas:

  • Para tratar a pacientes con tumores malignos mediante implantes radiactivos o isótopos radiactivos.
  • Para estudios diagnósticos con isótopos radiactivos.

La técnica de aislamiento tiene como objetivo reducir el riesgo de la radiación para otros pacientes y personal asistencial al limitar el tiempo que se pasa cerca del paciente que recibe tratamiento radiactivo y obligando a mantener una distancia segura en otras ocasiones. Hay que atender al paciente en una habitación individual o confinarse a una zona determinada de la sala. Se utilizarán protectores de plomo, como un escudo contra la radiación, cuando se insertan implantes radiactivos, de acuerdo con las necesidades individuales. El material radiactivo debe transportarse en depósitos de plomo para evitar cualquier escape de radiactividad.

Directrices y propósito de este procedimiento de enfermería

  • Consultar al jefe de protección contra radiación así como la normativa del servicio de asistencia sanitaria para verificar las precauciones apropiadas que se deben tomar respecto a sustancias radiactivas determinadas que se utilizan para tratamiento o estudio.
  • Explicar las precauciones y sus implicaciones al paciente, y obtener su consentimiento y cooperación.
  • Asegurarse de que todo el personal utilice distintivos para la detección de radiación. Esto permitirá vigilar las dosis individuales de radiación y garantizar que nadie quede expuesto a un nivel peligroso.
  • Planificar la atención de enfermería de manera que ninguna enfermera permanezca en la zona de radiación durante más tiempo del necesario y compartir la asistencia, de manera que cada enfermera permanezca expuesta poco tiempo.
  • Ponerse delantales de plomo protectores o utilizar una placa de plomo si es apropiado para bloquear el paso de la radiación.
  • Utilizar guantes y delantal para todos los procedimientos de enfermería y para manipular ropa de cama o ropa en general que pueda contaminarse con excretas radiactivas o fluidos corporales para evitar la contaminación.
  • Eliminar las telas y los desechos de acuerdo con la normativa de la autoridad sanitaria, marcando los materiales con rótulos adheribles especiales de advertencias sobre radiactividad, con el fin de mantener un entorno seguro.
  • Seguir la normativa local al controlar cualquier derrame de material radiactivo sospechado.
  • Desplegar un rótulo de peligro de radiación cerca del paciente para alertar a otros respecto al riesgo radiactivo.

Al llevar a cabo este procedimiento, las enfermeras son responsables de sus acciones, de la calidad de la asistencia que brindan y del mantenimiento de registros de acuerdo con el Código de conducta profesional: normas de conducta, desempeño y ética.

Los materiales radiactivos tienen una «semivida» decreciente, de manera que las precauciones sólo deben llevarse a cabo durante el período específico prescrito. Una vez se considera insignificante el peligro de radiactividad, se suspenden las precauciones.

Es recomendable que el personal que ha tenido contacto estrecho con materiales radiactivos se duche y se cambie de ropa cuando salga de trabajar, como una precaución adicional.

En las unidades de radioterapia se aplican directrices especiales (ej. para trabajadoras embarazadas) y se puede utilizar un contador Geiger para evaluar el nivel de radiactividad antes de eliminar el material radiactivo.

Educación del paciente/cuidador

En colaboración con el paciente y su familiar o cuidador, confirmar que puedan realizar cualquier procedimiento que sea necesario. Brindar información respecto al personal a quien dirigirse en caso de que surgiese alguna duda o inquietud.

Explicar al paciente y a sus familiares las razones de las precauciones específicas.

Durante todo este procedimiento de enfermería es necesario proporcionar información detallada al paciente sobre las precauciones específicas para cada infección individual.

En los pacientes inmunodeprimidos es necesaria la enseñanza específica de habilidades de cuidado personal, como los cuidados de la cavidad oral, y se reforzará su importancia.

Los pacientes con una infección por MRSA o Clostridium difficile diagnosticada deben comprender la importancia de comunicar que han tenido estas infecciones al visitar el servicio de pacientes ambulatorios o al ingresar de nuevo, ya que es común la recidiva y algunos antibióticos pueden estar contraindicados.

Los pacientes con infecciones víricas transmitidas a través de la sangre deben tener un conocimiento satisfactorio de cualquier precaución continua para la prevención de infecciones cruzadas en las unidades de hospitalización, en casa, en el trabajo y en la comunidad. Son necesarias habilidades de comunicación satisfactorias, tanto verbales como no verbales, para reforzar la actitud no crítica de la enfermera y reducir cualquier sentimiento de estigma por parte del paciente y su familia.

A los pacientes que reciben el alta después de un estudio reciente en el que se utilizaron isótopos radiactivos se les dará una hoja de información relacionada con precauciones específicas. El enlace con el equipo de atención primaria ayudará a reforzar las precauciones necesarias.

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