P32. Cuidados de Enfermería en el Preoperatorio

Indicaciones y fundamentos para la asistencia preoperatoria

Los cuidados de enfermería en el preoperatorio son necesarios para fomentar el estado físico y psicológico óptimo de los pacientes que se someten a procedimientos quirúrgicos.

Directrices y propósito de este procedimiento de enfermería

  • Explicar al paciente las prácticas preoperatorias y postoperatorias y dar respuesta apropiada a las preguntas que pueda plantear, animándole a que exprese sus temores o ansiedades. Los estudios han demostrado que el grado de ansiedad de los pacientes disminuye cuando reciben información y explicaciones. La reducción preoperatoria de la ansiedad puede afectar al uso de analgésicos postoperatorios, la cicatrización de las heridas y la duración de la hospitalización.
  • Registrar la temperatura, el pulso, la frecuencia respiratoria, la presión arterial y los resultados del examen de orina, si es necesario, para disponer de datos de referencia con los cuales comparar las observaciones postoperatorias y detectar alteraciones. Cualquier anomalía deberá comentarse con la enfermera responsable y con el personal médico.
  • Ayudar al paciente a que defeque utilizando supositorios o el preparado intestinal específico que indique el cirujano. Esto suele indicarse cuando el procedimiento quirúrgico se va a realizar en el intestino, ya que la evacuación ayuda a reducir el riesgo de contaminación de la herida por los microorganismos intestinales. Durante este período pueden necesitarse líquidos intravenosos para garantizar el estado de hidratación del paciente antes de la intervención.
  • Ofrecer sedantes que haya indicado el personal médico la noche previa a la operación con el fin de que el paciente duerma bien.
  • A los pacientes adultos sanos se les suspenden los líquidos claros por vía oral 2 h antes de la inducción de la anestesia para reducir el riesgo de neumonitis por aspiración. Los adultos sanos se definen como los pacientes sanos que no tienen enfermedades o trastornos gastrointestinales. Los líquidos claros incluyen té y café (sin leche).
  • Los alimentos sólidos, incluida la leche, se suspenderán 6 h antes de la inducción de la anestesia para evitar el riesgo de reflujo y la inhalación del contenido gástrico mientras el paciente está anestesiado.
  • Preparar la piel de acuerdo con la normativa establecida por la autoridad sanitaria. Esto puede implicar eliminar el vello del cuerpo de alguna zona mediante afeitado o crema depilatoria, la ducha o el baño utilizando un jabón antiséptico y la colocación de una bata quirúrgica, y tal vez medias y pantalones desechables. Estas acciones reducen el riesgo de una infección postoperatoria. Sin embargo, las investigaciones sobre la eliminación del vello y el empleo de preparados antisépticos en baños y bañeras han obtenido resultados contradictorios.
  • Cerciorarse de que se haya retirado toda la ropa interior, aunque pueden utilizarse los pantalones desechables en algunas ocasiones. Retirar el esmalte de uñas de los dedos de los manos y de los pies, así como el maquillaje con el fin de que el anestesiólogo pueda observar estos sitios para valorar los signos de hipoxia. Es preciso retirar prótesis dentales por el peligro de aspiración y ocasionar asfixia. Es variable la normativa establecida por la autoridad sanitaria con respecto a gafas, horquillas del pelo, lentes de contacto, dispositivos acústicos y otras prótesis; por ejemplo, pelucas y ojos o extremidades artificiales.
  • Aplicar una cinta sobre la alianza del paciente, si la hay. Registrar todas las demás joyas y pertenencias que el paciente haya llevado consigo al hospital, colocarlas en un sobre, rotularlo y colocarlo en la caja de pertenencias o de seguridad. Prestar especial atención a cualquier piercing que el paciente pueda llevar. No siempre es posible retirar algunos piercings, de manera que se aplicará una cinta sobre ellos. Si se encuentran en la zona de la boca, se comenta con el anestesiólogo. Las sortijas de metal pueden perderse accidentalmente o lesionar al paciente; por ejemplo, una quemadura de diatermia.
  • Anotar en el formulario de valoración preoperatoria cualquier piercing, cubierto con cinta o no, para resaltarlo a todo el personal que intervendrá en la asistencia al paciente.
  • Verificar verbalmente la identificación del paciente y también en la banda de identificación y confirmar que se haya firmado el formulario de consentimiento para la operación. Confirmar que el lado de la operación sea apropiado. Esto se realiza para cumplir con los reglamentos legales y la normativa del hospital.
  • Después de que el paciente haya orinado, administrar la medicación preanestésica prescrita por el anestesiólogo, lo cual ayudará a relajar al paciente y puede secar cualquier secreción. Administrar o suspender todos los medicamentos según las instrucciones del anestesiólogo.
  • Ayudar al paciente a colocarse las medias antiembólicas si se han recomendado, para reducir el riesgo de trombosis venosa profunda.
  • Dejar que el paciente descanse tranquilamente cuando se haya administrado la medicación preanestésica, pero observarlo por si presenta alguna reacción a los fármacos. Pedir al paciente que no se levante de la cama sin supervisión después de la administración del medicamento, para reducir el riesgo de caídas cuando se ha administrado un sedante. El reposo también fomenta la relajación y maximiza el efecto de la preanestesia. En las unidades de cirugía ambulatoria, la preanestesia suele ofrecerse únicamente a los pacientes que parecen tener un alto grado de ansiedad.
  • Cuando el celador de quirófano llega a recoger al paciente, deberá acompañarlo a la zona de recepción del quirófano y transferir el cuidado a una enfermera de quirófano. Hay una lista de comprobación que la enfermera de la unidad y la enfermera de quirófano deben cumplimentar, cuyo contenido estará determinado por la normativa establecida por la autoridad sanitaria. El paciente puede ser trasladado al quirófano en una cama de hospital o en una camilla de quirófano, según la normativa establecida por la autoridad sanitaria. Comprobar que toda la documentación pertinente, como notas de casos, recetas, radiografías, trazados electrocardiográficos e informes, acompañen al paciente al quirófano. Las investigaciones han demostrado que una persona conocida que acompañe al paciente ayuda a reducir la ansiedad.
  • Proporcionar de antemano la información pertinente que sea apropiada a los familiares con el fin de que puedan, con el consentimiento del paciente, telefonear para verificar los avances y para reducir la ansiedad de los familiares.
  • Al llevar a cabo este procedimiento, las enfermeras son responsables de sus acciones, de la calidad de la asistencia que brindan y del mantenimiento de los registros de acuerdo con el Código de conducta profesional: normas de conducta, desempeño y ética y las Directrices para registros y mantenimiento de registros.

Educación del paciente/cuidador

En colaboración con el paciente y/o cuidador, confirmar que puedan llevar a cabo el procedimiento que sea necesario. Proporcionar información sobre el personal al cual dirigirse en caso de que surja alguna inquietud.

Es importante que los pacientes que se someten a operaciones ambulatorias hayan obtenido de antemano toda la información y el conocimiento necesarios para someterse satisfactoriamente a su intervención quirúrgica. Esto probablemente involucrará a las enfermeras en la clínica de pacientes externos, en atención primaria y en la unidad de cirugía ambulatoria. Proporcionar material escrito para reforzar la información verbal. Los pacientes necesitarán seguir en su casa muchas de las preparaciones preoperatorias, como preparación intestinal, preparación de la piel y ayuno.

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