P5. Transfusión Sanguínea

Indicaciones y fundamentos de una transfusión sanguínea

El término «transfusión sanguínea» se utiliza para describir la transfusión de eritrocitos.

En la actualidad, raras veces se aplican transfusiones de sangre con todos sus componentes. Los eritrocitos se complementan con otros hemoderivados, como plasma congelado en fresco o concentrados de plaquetas si es necesario, ya que se considera un tratamiento más eficaz.

Este procedimiento se referirá a la transfusión de eritrocitos; sin embargo, los mismos aspectos de seguridad se relacionan con la administración de todos los hemoderivados.

Una «transfusión sanguínea» es la introducción de eritrocitos donados compatibles en la circulación de un receptor y está indicada por las siguientes razones:

  • Apoyar al paciente que ha perdido un gran volumen de sangre.
  • Permitir a un paciente someterse a una intervención quirúrgica que puede implicar la pérdida de un gran volumen de sangre.
  • Brindar apoyo a una persona que recibe tratamiento por leucemia o cáncer.
  • Mantener o mejorar la vida de los pacientes con algunas enfermedades crónicas.

En diversos países se ha instaurado un programa de hemovigilancia para recoger datos sobre los efectos adversos importantes de la transfusión. El esquema de Riesgos importantes de la transfusión (SHOT, por sus siglas en inglés) del Reino Unido fue iniciado en 1996. Es un programa voluntario que abarca a los hospitales del NHS independientes y tiene como propósito utilizar la información recabada para mejorar las normas de seguridad aplicables a las transfusiones sanguíneas. El programa una y otra vez ha comunicado que el error humano contribuye en grado importante a la morbimortalidad de los pacientes que reciben transfusión sanguínea. La mayoría de éstas ocurren a causa de un error en la identificación de los pacientes, ya sea en el momento de recoger un hemoderivado del lugar de almacenamiento o en la cabecera del paciente.

Por consiguiente, la identificación correcta del enfermo sigue siendo el principal centro de atención de la seguridad en las transfusiones.

Descripción del procedimiento

Un médico es quien decide la transfusión a un paciente. Siempre que sea posible, el médico deberá comentar los riesgos y beneficios del tratamiento propuesto con el paciente. En Estados Unidos y Canadá se han introducido los formularios de consentimiento por escrito del paciente para la transfusión sanguínea; sin embargo, en el Reino Unido no es un requisito legal obtener un consentimiento específico del paciente para la transfusión de hemoderivados. No obstante, todos los individuos tienen un derecho legal y ético básico para decidir respecto a su tratamiento, y el paciente deberá recibir la información suficiente que le ayude a tomar una decisión informada. Si el paciente no se puede comunicar debido, por ejemplo, a que está inconsciente, es indispensable explicar la transfusión propuesta al familiar del paciente o a su cuidador.

Una vez que se toma la decisión de aplicar una transfusión, se obtiene una muestra de sangre venosa y se envía al laboratorio de hematología del hospital junto con una solicitud del hemoderivado requerido. Se llevarán a cabo análisis en la muestra para identificar grupo ABO del paciente, grupo RhD y si hay anticuerpos específicos, antes de seleccionar una unidad donante compatible para su administración.

Cada uno de los hemoderivados tiene necesidades específicas de almacenamiento (tabla 5-1) y es responsabilidad del laboratorio de hematología del hospital garantizar el almacenamiento apropiado de los hemoderivados.

La verificación final de la identificación del paciente la suelen llevar a cabo dos personas, una de las cuales debe ser un médico o una enfermera cualificada de primero o de segundo nivel. Sin embargo, este procedimiento se ha cuestionado por cuanto puede hacer que se difumine la responsabilidad y se ha sugerido que es más apropiado que un médico asuma la responsabilidad íntegra. Por consiguiente, es importante comprobar la normativa actual en torno a la verificación de la identificación del paciente.

Tabla 5-1. Condiciones de almacenamiento de hemoderivados.
HemoderivadoDuración del hemoderivadoCondiciones de almacenamiento
Eritrocitos; sangre entera35 días4 °C (±2 °C) en una nevera autorizada para hemoderivados
Plaquetas5 días+22 °C (±2 °C) en una rejilla de agitación en el laboratorio de hematología del hospital
Plasma fresco congelado2 años−30 °C en el laboratorio de hematología del hospital
Crioprecipitado2 años−30 °C en el laboratorio de hematología del hospital

Reacciones a la transfusión

Se puede presentar una reacción con la administración de cualquier hemoderivado y, por tanto, garantizar la seguridad del paciente es el aspecto más importante de la atención durante la transfusión (tabla 5-2). Cualquier efecto adverso que experimente un paciente habrá de considerarse como una posible reacción a la transfusión. Es necesario el reconocimiento inmediato y la acción médica y de enfermería rápida para evitar más complicaciones e incluso la muerte. Esto es muy importante cuando el paciente está inconsciente o no puede comunicar sus síntomas.

Si se sospecha alguna reacción a la transfusión es necesario suspender la transfusión y procurar atención médica de urgencia. Las reacciones agudas pueden presentarse durante la transfusión o en las primeras 24 h después de ésta. Las reacciones tardías a la transfusión pueden ocurrir días, semanas, meses o incluso años después si consisten en reacción hemolítica tardía y signos y síntomas de enfermedades infecciosas, como hepatitis C o infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

El tratamiento dependerá de la causa y la gravedad de la reacción y estará determinado por el estado clínico del paciente. Se le mantendrá en observación y estrecha vigilancia, lo cual deberá incluir la determinación de la temperatura, el pulso, la frecuencia respiratoria y la presión arterial, así como la presencia de hemorragia y diuresis. Todas las reacciones importantes a las transfusiones se deben comunicar al laboratorio de hematología del hospital y al hematólogo responsable, para garantizar que se lleve a cabo el estudio apropiado, el tratamiento adicional y la notificación de la reacción. Habrá una normativa local para el método de notificación. El efecto adverso también deberá documentarse en las notas médicas y de enfermería del paciente.

Tabla 5-2. Reacciones agudas a la transfusión.
TipoCausaSíntomas
Sobrecarga de volumenSe administró demasiado líquido o el hemoderivado se administró con demasiada rapidezDisnea, hipertensión y taquicardia
FebrilUna respuesta inmunitaria del receptor a los antígenos leucocíticos o fragmentos leucocíticos en el hemoderivadoCefalea, febrícula (elevación de la temperatura de hasta 1,5 oC) y una taquicardia moderada sin hipotensión
Alérgica, urticarial o anafilácticaUna respuesta inmunitaria del receptor a las proteínas plasmáticas en el hemoderivadoUrticariales: cefalea, exantema y prurito sin hipotensión
  Anafilaxia: náuseas, vómito, edema facial, sibilancias y edema laríngeo
HemolíticaLa mayoría se deben a la transfusión de un hemoderivado ABO incompatibleEscalofríos, dolor lumbar, mialgias, taquicardia, hipotensión y hemoglobinuria
Shock sépticoUn hemoderivado contaminado con bacteriasEscalofríos, fiebre elevada, vómitos, cólicos abdominales, diarrea y signos de shock

Equipo y material

Se utiliza el mismo que para la infusión intravenosa.

Equipo adicional

  1. Equipo estéril para la administración de sangre.
  2. Dispositivo de infusión.
  3. Guantes no estériles y delantal.

En situaciones de urgencia

  1. Bolsa de infusión a presión para el líquido intravenoso (bolsa Fenwal).
  2. Equipo para calentar la sangre.

Directrices y propósito de este procedimiento de enfermería

Al llevar a cabo este procedimiento, las enfermeras son responsables de sus acciones, de la calidad de la asistencia que brindan y del mantenimiento de registros de acuerdo con el Código de conducta profesional: normas de conducta, desempeño y ética, las Directrices para la administración de medicamentos y las Directrices para registros y mantenimiento de registros. Es necesario consultar la normativa local relacionada con las transfusiones sanguíneas, ya que puede haber algunas variaciones en el procedimiento.

Aspectos prácticos de la transfusión

La transfusión de los hemoderivados deberá realizarse a través de una vía intravenosa distinta de la de otras infusiones, para evitar que se coagule el hemoderivado en los tubos de la infusión.

Los hemoderivados deben administrarse a través de un equipo de administración de sangre con un filtro integrado, para filtrar microagregados (leucocitos, plaquetas y coágulos), los cuales se acumulan en la sangre almacenada.

No debe añadirse ningún medicamento a un hemoderivado, ya que puede contener aditivos como calcio que puede coagular la sangre con citrato.

Se pueden utilizar dispositivos de infusión apropiados que estén certificados para utilizarse con hemoderivados, como una ayuda para regular la velocidad de infusión.

Preparación del paciente para la transfusión

Utilizar guantes y delantal para evitar la contaminación con líquidos corporales.

  • Verificar que se ha recetado el hemoderivado y revisar en la receta la siguiente información:
    • El nombre y la fecha de nacimiento del paciente.
    • El número de identificación del paciente.
    • La fecha y la hora de la transfusión.
    • El tipo de hemoderivado recetado; por ejemplo, eritrocitos o plaquetas.
    • El número de unidades prescritas.
    • La velocidad de transfusión indicada.
    • La firma del médico.
  • Explicar el procedimiento de enfermería al paciente, para obtener su consentimiento y cooperación y fomentar su participación en el cuidado.
  • Reunir y preparar el equipo, haciendo un uso eficiente del tiempo y de los recursos.
  • Garantizar que el paciente se encuentra en un lugar en el que pueda ser observado directamente, para asegurar la vigilancia visual de éste.
  • Ayudar al paciente a adoptar una posición cómoda y garantizar su privacidad, para respetar y mantener su autoestima y fomentar la aceptación de la transfusión.
  • Preparar el equipo de administración con solución salina normal; NO DEBE UTILIZARSE solución de dextrosa al 5% o de lactato de Ringer, ya que éstos pueden coagular el hemoderivado.
  • Si es necesario, ayudar al médico a la inserción de una cánula intravenosa.

Recogida de los hemoderivados del laboratorio de hematología del hospital o de una nevera

  • Recoger el hemoderivado inmediatamente antes de que se necesite, y mantener a la temperatura correcta hasta su administración.
  • En una situación no urgente, recoger un hemoderivado cada vez, para reducir el riesgo de error en la identificación del paciente.
  • Obtener la identificación del paciente por escrito al recoger los hemoderivados, ya que no identificar correctamente al paciente es una causa importante de incidentes con hemoderivados incorrectos.
  • Cotejar los datos de la identificación del paciente con la información de la etiqueta del hemoderivado, para garantizar que coincidan los detalles de la identificación del paciente.
  • Registrar la recogida del hemoderivado en el registro de hemoderivados de la nevera, para asegurarse de la trazabilidad del hemoderivado.
  • Trasladar rápidamente el hemoderivado al área clínica, para asegurarse de que se inicie la transfusión sin demora.

Procedimiento de verificación previa a la administración

  • Verificar la receta del hemoderivado para identificar si el paciente tiene necesidades especiales, como sangre radiada, o un fármaco concomitante, por ejemplo, un diurético.
  • Determinar la temperatura, el pulso, la frecuencia respiratoria y la presión arterial del paciente para contar con una serie de datos de referencia antes de iniciar la transfusión sanguínea.
  • Comprobar la fecha de caducidad del componente y llevar a cabo la inspección visual para garantizar que el componente sea seguro (fig. 5-1).
  • Si existe alguna discrepancia, no se procederá, se pedirá asesoría al laboratorio de hematología del hospital y se informará a la enfermera responsable y al personal médico.

Fig. 5-1

Fig. 5-1. Etiqueta del hemoderivado y etiqueta de compatibilidad/trazabilidad.

Procedimiento de verificación final de la identificación del paciente

  • Determinar la identidad del paciente; siempre que sea posible se preguntará al paciente su nombre, apellidos y fecha de nacimiento.
    • Verificar la precisión de esta información en la pulsera de identificación del paciente.
    • Ratificar que los detalles de la identificación del paciente en la pulsera coincidan con los datos del paciente en la etiqueta de compatibilidad/trazabilidad adherida al hemoderivado.
    • Verificar que el grupo sanguíneo y el número de donación en la etiqueta de compatibilidad/trazabilidad sean idénticos a los datos que aparecen en la etiqueta del hemoderivado (fig. 5-2).
  • Si hay alguna discrepancia, no se procederá, se pedirá asesoría al laboratorio de hematología del hospital y se informará a la enfermera responsable y al personal médico.
  • Transferir el número de donación al historial/tabla de transfusión del paciente y completar toda la documentación, para asegurarse de que hay una trazabilidad del hemoderivado administrativo y un registro de la responsabilidad profesional.
  • Conectar el hemoderivado al equipo de administración e iniciar la transfusión a la velocidad indicada.
  • De acuerdo con las recomendaciones actuales, cada unidad de eritrocitos debe administrarse en las primeras 4 h después de retirarlos del lugar de almacenamiento controlado.

Fig. 5-2

Fig. 5-2. Se verifica la información en la pulsera del paciente y la etiqueta de compatibilidad/trazabilidad adherida al hemoderivado.

Vigilancia del paciente durante la transfusión sanguínea

  • Confirmar que el paciente tenga acceso al sistema de llamada a la enfermera, para que pueda obtener ayuda de inmediato.
  • Observar al paciente durante la transfusión, prestando especial atención a los primeros 15 min, ya que la mayoría de las reacciones importantes a la transfusión ocurren en este período.
  • Controlar la temperatura y el pulso del paciente cada 15 min durante la primera hora de la transfusión. A partir de entonces, se seguirán evaluando la temperatura, el pulso, la frecuencia respiratoria y la presión arterial cada hora, para garantizar la detección oportuna en caso de reacción adversa.
  • Si se sospecha una reacción a la transfusión, suspenderla de inmediato y solicitar asesoría médica urgente para garantizar una acción rápida en caso de reacción adversa.

Al concluir la transfusión

  • Registrar el volumen del hemoderivado que se administró, para asegurarse de la vigilancia precisa del estado de equilibrio hídrico del paciente. Una unidad de concentrado de eritrocitos contiene aproximadamente 250-300 ml.
  • Si se van a administrar otros líquidos por vía intravenosa, cambiar el equipo de administración de sangre al terminar la transfusión, ya que puede haber residuos del hemoderivado en los tubos de la infusión.
  • Desechar el equipo de manera segura, para evitar el riesgo de lesiones por punción y la transmisión de infecciones.
  • Cumplimentar toda la documentación de la transfusión en las notas del expediente del paciente, para asegurarse de cumplir con las leyes relacionadas con la trazabilidad.

Educación del paciente/cuidador

En colaboración con el paciente y/o su cuidador, se confirma que pueden llevar a cabo algún procedimiento que sea necesario. Se facilitará información sobre el personal apropiado con el cual establecer contacto en caso de que surja alguna duda o inquietud.

  • Explicar la razón de la transfusión y mencionar el período en el que se espera que se terminará de administrar cada unidad. Esto facilitará al paciente la tolerancia del procedimiento.
  • Aconsejar al paciente que le comunique de inmediato si presenta algún síntoma, como escalofríos, rubefacción, dolor o disnea o si comienza a sentirse ansioso. Esto le permitirá identificar oportunamente cualquier efecto adverso de la transfusión.
  • Explicar la importancia de mantener la cánula, manteniendo lo más inmóvil posible la extremidad donde está insertada. Exponer los riesgos que implica desconectar los tubos de la infusión.
  • Explicar la importancia de informar de inmediato sobre cualquier molestia o enrojecimiento en la zona de la transfusión, porque puede ser un signo de infección local, incluso después de terminada la transfusión.
  • Si al paciente se le identificó un anticuerpo específico en los análisis previos a la transfusión, esto lo documentará el laboratorio de hematología del hospital para referencia futura. El paciente también recibirá información por escrito sobre los detalles del anticuerpo específico. Se le recomendará que proporcione esta información al médico o a la enfermera la próxima vez que necesite una transfusión.
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