Desarrollo psicosocial en la niñez media
El yo en desarrollo
El autoconcepto adquiere mayor realismo durante la niñez media, cuando, según el modelo neopiagetiano, los niños forman sistemas representacionales.
De acuerdo con Erikson, la fuente principal de autoestima es la opinión que tienen los niños de su competencia productiva. Esta virtud se desarrolla por medio de la solución del cuarto conflicto psicosocial: laboriosidad versus inferioridad.
Los niños de edad escolar ya internalizaron la vergüenza y el orgullo, y pueden entender y regular mejor las emociones negativas.
Aumentan la empatía y la conducta prosocial.
El crecimiento emocional es afectado por las reacciones de los padres a la exhibición de emociones negativas.
La regulación emocional implica control voluntario.
El niño en la familia
Los niños de edad escolar pasan menos tiempo con sus padres y pierden algo de la cercanía que tenían con ellos, pero las relaciones con los padres siguen siendo importantes. La cultura influye en las relaciones y los roles familiares.
El ambiente familiar tiene dos componentes importantes: la estructura y la atmósfera familiar.
El tono emocional del hogar, la manera en que los padres manejan el conflicto y las cuestiones de disciplina, los efectos del trabajo de los padres y lo adecuado de los recursos financieros son aspectos que contribuyen a determinar la atmósfera familiar.
El desarrollo de la corregulación puede influir en la manera en que una familia lidia con los conflictos y la disciplina.
El efecto del empleo materno depende de muchos factores que conciernen al niño, al trabajo de la madre y a sus sentimientos al respecto, si tiene una pareja que la apoya, la posición socioeconómica de la familia y el tipo de cuidado y grado de supervisión que recibe el niño.
La pobreza puede dañar indirectamente el desarrollo de los niños a través de sus efectos en el bienestar de los padres y las prácticas de crianza.
En la actualidad, muchos niños crecen en estructuras familiares no tradicionales. En igualdad de circunstancias, a los niños suele irles mejor en las familias tradicionales de dos padres que en familias que cohabitan, divorciadas, monoparentales o reconstituidas. Sin embargo, la estructura de la familia es menos importante que sus efectos sobre la atmósfera familiar.
El ajuste de los niños al divorcio depende de factores que conciernen a él, de la forma en que los padres manejen la situación, de los acuerdos de custodia y visitas, de las circunstancias financieras, del contacto con el progenitor que no tiene la custodia (por lo general, el padre) y de las nuevas nupcias de los padres.
El nivel del conflicto en un matrimonio y la probabilidad de que continúe después del divorcio influyen en la posibilidad de que los niños estén mejor si los padres permanecen juntos.
En la mayoría de los divorcios, la madre obtiene la custodia, aunque la custodia paterna es una tendencia creciente. La calidad del contacto con el padre que no tiene la custodia es más importante que su frecuencia.
La custodia conjunta puede ser beneficiosa para los niños cuando los padres pueden cooperar. La custodia conjunta legal es más común que la custodia conjunta física.
Aunque el divorcio de los padres incrementa el riesgo de que los niños tengan problemas a largo plazo, la mayoría se ajusta de manera razonablemente buena.
Los niños que viven con un solo padre corren un riesgo mayor de presentar problemas conductuales y académicos que, en buena medida, se relacionan con la posición socioeconómica.
Algunos estudios han encontrado resultados positivos para el desarrollo de los niños que viven con padres gays o lesbianas.
En general, los niños adoptados tienen buen ajuste, aunque enfrentan retos especiales.
las sociedades no industrializadas los papeles y responsabilidades de los hermanos están más estructurados que en las sociedades industrializadas.
Los hermanos aprenden a resolver los conflictos a partir de sus relaciones mutuas. Las relaciones con los padres influyen en las relaciones entre hermanos.
El niño en el grupo de pares
El grupo de pares adquiere mayor importancia en la niñez media. Por lo general, estos grupos están formados por niños de edad, sexo, origen étnico y posición socioeconómica similares, que viven cerca o que van juntos a la escuela.
El grupo de pares ayuda a los niños a desarrollar habilidades sociales, les permite probar y adoptar valores de manera independiente a los padres, les da un sentido de pertenencia y los ayuda a desarrollar su autoconcepto e identidad de género. También puede fomentar la conformidad y el prejuicio.
La popularidad en la niñez media tiende a influir en el ajuste futuro. Puede medirse de manera sociométrica o por la posición social percibida, y los resultados pueden diferir. Los niños populares suelen tener buenas habilidades cognoscitivas y sociales. Las conductas que influyen en la popularidad pueden derivarse de las relaciones familiares y los valores culturales.
La intimidad y la estabilidad de las amistades aumentan en la niñez media. Los niños suelen tener más amigos, mientras que las niñas, por lo general, tienen amigas más cercanas.
Durante la niñez media suele disminuir la agresión. La agresión instrumental cede el paso a la agresión hostil, a menudo, con un sesgo hostil. Los niños sumamente agresivos tienden a ser impopulares, aunque su posición puede mejorar a medida que se acercan a la adolescencia.
La agresividad es fomentada por la exposición a la violencia en los medios y puede extenderse a la vida adulta.
La niñez media es el tiempo primordial para el acoso escolar (bullying), pero los patrones de acoso y victimización pueden establecerse mucho antes. Las víctimas suelen ser débiles y sumisas, o pendencieras y provocadoras, y tienen baja autoestima.
Salud mental
Entre los trastornos emocionales y conductuales comunes entre los niños de edad escolar se pueden mencionar los trastornos de conducta perturbadora, los trastornos de ansiedad y la depresión infantil.
Las técnicas de tratamiento incluyen la psicoterapia individual, la terapia familiar, la terapia conductual, la terapia artística, la terapia de juego y la terapia farmacológica. A menudo se aplica una combinación de terapias.
Muchos niños experimentan estrés como resultado de las presiones de la vida moderna. Suelen preocuparse por la escuela, la salud y la seguridad personal y pueden ser traumatizados por la exposición al terrorismo o la guerra.
Los niños resilientes son más capaces que otros de resistir el estrés. Los factores protectores involucran las relaciones familiares, la habilidad cognoscitiva, la personalidad, el grado de riesgo y las experiencias compensatorias.