La Muerte Y El Duelo
Los muchos y cambiantes significados de la muerte y del proceso de morir
La muerte tiene aspectos biológicos, sociales, culturales, históricos, religiosos, legales, psicológicos, del desarrollo, médicos y éticos.
Las costumbres que rodean a la muerte y el duelo varían de manera considerable de una cultura a otra, según la perspectiva que tenga la sociedad de la naturaleza y las consecuencias de la muerte. Algunas costumbres modernas evolucionaron de creencias y prácticas antiguas.
Las tasas de mortalidad disminuyeron de manera drástica durante el siglo xx, en especial en los países desarrollados.
En Estados Unidos, casi tres cuartas partes de las muertes ocurren entre los ancianos, y las causas principales son las enfermedades que afectan sobre todo a los adultos mayores.
A medida que la muerte se convirtió en un fenómeno sobre todo de la adultez tardía, se tornó en gran medida “invisible” y el cuidado de los moribundos tiene lugar en aislamiento por parte de profesionales.
Ahora existe un renovado interés por entender y lidiar de manera realista y compasiva con la muerte. Los ejemplos de esta tendencia son un interés cada vez mayor por la tanatología y la creciente importancia del cuidado de hospicio y el cuidado paliativo o reconfortante.
Enfrentar la muerte y la pérdida
Con frecuencia, las personas sufren deterioros cognoscitivos y funcionales poco antes de la muerte.
Algunas personas que están próximas a morir tienen experiencias “cercanas a la muerte” que pueden ser resultado de cambios fisiológicos.
Elisabeth Kübler-Ross propuso cinco etapas para afrontar la muerte: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Esas etapas y su secuencia no son universales.
No existe un patrón universal del proceso de aflicción. El patrón más estudiado pasa del choque y la incredulidad a la preocupación por el recuerdo de la persona fallecida y por último a la resolución. Sin embargo, la investigación ha encontrado amplias variaciones y la prevalencia de la resiliencia.
Los niños desarrollan de manera gradual su comprensión de la muerte. Los niños pequeños pueden entender mejor la muerte si ésta es parte de su propia experiencia.
Muestran aflicción de acuerdo con su edad, y encuentran sustento en el desarrollo cognoscitivo y emocional.
Aunque los adolescentes por lo general no piensan mucho en la muerte, la violencia y la amenaza de muerte forman parte de la vida cotidiana de algunos de ellos, que suelen correr riesgos innecesarios.
La comprensión y aceptación de la inminencia de la muerte aumentan durante la adultez.
Pérdidas significativas
Las mujeres tienen mayor probabilidad de enviudar más jóvenes que los hombres; además, pueden experimentar la viudez de manera diferente. La salud física y mental tiende a disminuir después de la viudez, pero para algunas personas ésta puede convertirse en una experiencia positiva de desarrollo.
La muerte de un padre puede precipitar cambios en el yo y en las relaciones con los otros.
La pérdida de un hijo puede ser muy difícil porque ya no es lo que normalmente sucede.
Dado que la sociedad estadounidense por lo general no considera el aborto espontáneo y el nacimiento de un niño muerto como pérdidas significativas, quienes las experimentan muchas veces deben lidiar con ellas con poco apoyo social.
Aspectos médicos, legales y éticos: el “derecho a morir”
Si bien el suicidio ya no es ilegal en las sociedades modernas, todavía hay un estigma en torno a él. Algunas personas defienden el “derecho a morir”, en especial en el caso de individuos con enfermedades degenerativas crónicas.
Es probable que se subestime el número de suicidios. A menudo se relaciona con depresión, aislamiento, conflicto familiar, problemas financieros y dolencias incapacitantes. Los intentos suicidas son más numerosos que las muertes reales.
La eutanasia y el suicidio asistido se vinculan con polémicos temas éticos, médicos y legales.
Para evitar el sufrimiento innecesario por medio de la prolongación artificial de la vida, por lo general se permite la eutanasia pasiva con el consentimiento del paciente o con instrucciones anticipadas. Sin embargo, esas instrucciones no se siguen de manera consistente. En la actualidad, la mayoría de los hospitales cuentan con comités de ética para abordar las decisiones relativas al cuidado en el final de la vida.
La eutanasia activa y el suicidio asistido por lo regular son ilegales, pero se ha incrementado el apoyo público para que los médicos ayuden en el proceso de morir. El estado de Oregon tiene una ley que permite el suicidio asistido por el médico de enfermos terminales. Los Países Bajos y Bélgica legalizaron la eutanasia y el suicidio asistido.
Omitir o suspender el tratamiento de recién nacidos que no pueden sobrevivir o que solo pueden hacerlo con una calidad de vida extremadamente mala se ha convertido en una práctica con mayor aceptación que en el pasado, en especial en algunos países europeos.
La controversia sobre la ayuda para morir ha dirigido la atención a la necesidad de un mejor cuidado paliativo y de entender el estado mental del paciente. Es necesario considerar los temas de la diversidad social y cultural.
Encontrar significado y propósito en la vida y en la muerte
Cuanto más significado y propósito encuentre la gente en su vida, menos suele temerle a la muerte.
La recapitulación de la vida ayuda a la gente a prepararse para la muerte y le da una última oportunidad de completar tareas inconclusas.
Incluso el proceso de morir puede ser una experiencia de desarrollo.