Demografía Estática. Demografía y Salud Pública

Conceptos generales

Poblaciones humanas

Puesto que las poblaciones humanas son, como se verá a continuación, el objeto de estudio de la demografía, parece conveniente que, a modo de introducción, comencemos por definirlas.

En nuestro campo de estudio se entiende por población el conjunto de personas que habitualmente residen en un territorio geográfico determinado; así, puede hablarse de la población de España o bien de la de Castilla y León, de la de Canarias, de la de Valladolid, de la de Lanzarote, etc.

Toda población está caracterizada por el número de personas que la integran (tamaño o volumen), por su composición según las variables biológicas o sociales (estructura de la población por edad, sexo, estado civil, nivel de instrucción, etc) y por el asentamiento geográfico. El conocimiento, en un momento determinado, de todas estas características nos proporciona la imagen estática de la población.

El conjunto de personas que constituyen la población está sometido permanentemente a una serie de cambios, de tal manera que los individuos al nacer pasan a formar parte de la población, dejan de formar parte de ella al morir y también pueden producirse variaciones en el volumen y en las características de la población cuando las personas cambian de lugar de residencia. Estas tres variables —natalidad, mortalidad y migraciones— son las que determinan la evolución de las poblaciones en el tiempo.

Concepto de demografía

La demografía, más allá de su significado etimológico, ha sido definida por la Organización de Naciones Unidas (ONU) como:

«la ciencia cuyo objeto es el estudio de las poblaciones humanas y que trata de su dimensión, estructura, evolución y caracteres generales, considerados principalmente desde un punto de vista cuantitativo».

Como ha señalado Louis Henry, el punto de vista cuantitativo es tan determinante que, para este autor, es:

«la ciencia que estudia estadísticamente la estructura y dinámica de las poblaciones humanas y las leyes que rigen estos fenómenos».

Demografía estática y demografía dinámica

Desde el punto de vista conceptual, las definiciones precedentes nos permiten afirmar que la demografía estudia las poblaciones humanas en una doble dimensión.

La primera hace referencia al conocimiento de la población en un momento determinado: cuántos individuos o efectivos la componen y cómo se diferencian según las características diversas de persona y lugar, como edad, sexo, estado civil, nivel de instrucción y lugar de residencia, entre otras. Estos estudios pertenecen al campo de la denominada demografía estática y constituyen una instantánea de la población en un momento concreto del tiempo.

La segunda dimensión investiga la evolución de la población a lo largo del tiempo y los mecanismos por los que los individuos entran (nacen o inmigran) y salen (mueren o emigran) de la población. De estos estudios se encarga la demografía dinámica.

Del mismo modo que la diferencia entre nacimientos y defunciones y las características de los movimientos migratorios de una población influyen en el predominio de unos grupos sobre otros (por edad, por nivel de instrucción, etc), también es cierto que de esa estructura dependerá en buena medida su evolución futura. Por lo tanto, por encima de una división artificial de interés académico, habrá que considerar que la demografía estática y la dinámica son dimensiones interrelacionadas de un mismo objeto de estudio: las poblaciones humanas.

Interés y aplicaciones de la demografía en salud pública

La salud pública, como teoría y práctica, tiene como objetivo la comunidad o, lo que es lo mismo, las poblaciones humanas, que son precisamente el objeto de estudio de la demografía. De aquí surgen las profundas interrelaciones entre ambas ciencias, que son evidentes por la necesidad que la salud pública tiene de conocer el volumen y la estructura, y prever la dinámica de la población a la que sirve.

De un modo esquemático, puede afirmarse que la demografía suministra los datos de población necesarios para las tareas siguientes:

  1. Elaboración de tasas y otros indicadores sanitarios. Los números absolutos no miden la intensidad de los fenómenos de salud (morbilidad, mortalidad, estado inmunitario de la población, etc), por lo que necesariamente deben utilizarse valores (tasas, proporciones, etc) que relacionen a la población afectada con la expuesta. Del mismo modo, indicadores de recursos sanitarios, como el número de camas hospitalarias, de personal sanitario y otros, se expresan como valores relativos referidos a la población atendida.
  2. Estudios epidemiológicos. La epidemiología, uno de los pilares de la salud pública, necesita para sus estudios datos de la población y de su distribución según las características de persona, lugar y tiempo.
  3. Planificación y programación en salud pública. Para planificar y programar las actividades de salud pública también se requiere, obviamente, el conocimiento preciso del volumen y la estructura de la población cuya cobertura se pretende e, incluso, se hace necesario estimar o prever su evolución en un tiempo determinado.

Demografía estática

Concepto y contenido

Definida la demografía estática como el estudio en un momento determinado de la dimensión, la estructura y las características generales de la población de una circunscripción territorial, nos ocuparemos a continuación de analizar sus aspectos básicos.

La dimensión es el número de personas que residen normalmente en un territorio geográficamente bien delimitado. La estructura de una población es la clasificación de sus habitantes según variables de persona. Las características de persona con interés demográfico son limitadas. La ONU considera necesario conocer las siguientes: sexo, edad, estado civil, lugar de nacimiento, nacionalidad, lengua hablada, nivel de instrucción, características económicas y datos sobre la fecundidad de la mujer.

Fuentes

Padrón continuo

El padrón municipal es el registro administrativo en el que constan los vecinos del municipio. Sus datos constituyen una prueba de residencia en el municipio y del domicilio habitual. Su formación, mantenimiento, revisión y custodia corresponde al ayuntamiento, de acuerdo con las normas aprobadas conjuntamente por el Ministerio de Economía y Hacienda y el Ministerio para las Administraciones Públicas a propuesta del Consejo de Empadronamiento, con lo que se obtiene la revisión del padrón municipal, con referencia al 1 de enero de cada año.

El padrón municipal está regulado por la Ley 4/1996, de 10 de enero, por la que se modifica la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local en lo relativo al Padrón Municipal, por el Real Decreto 2612/1996, de 20 de diciembre, por el que se modifica el Reglamento de Población y Demarcación Territorial de las Entidades Locales, y por las Resoluciones Conjuntas de la Presidencia del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Director General de Cooperación Territorial, por las que se dictan instrucciones técnicas a los ayuntamientos sobre la gestión y revisión del padrón municipal.

Así, en 1996 quedó establecido un nuevo sistema de gestión continua e informatizada de los padrones municipales, basado en la coordinación de todos ellos por parte del INE. En virtud de la mencionada normativa, en el año 1996 se llevó a cabo la última renovación padronal con referencia al 1 de mayo, punto de arranque del nuevo sistema de gestión padronal. La revisión a 1 de enero de 1998, publicada en mayo de 2000, es la primera actualización que se realiza de acuerdo con el nuevo sistema. A partir de ese momento se obtienen cifras oficiales de población con carácter anual, a diferencia de lo que hasta ahora sucedía. En el pasado se publicaban cifras oficiales con ocasión de los censos de población, realizados cada diez años, o los antiguos padrones, ahora suprimidos, que se realizaban cada cinco.

Toda persona que resida en España está obligada a inscribirse en el padrón del municipio en el que resida habitualmente. Quien viva en varios municipios deberá inscribirse únicamente en el que habite durante más tiempo al año.

La inscripción en el padrón municipal contendrá como obligatorios sólo los siguientes datos de cada vecino: nombre y apellidos, sexo, domicilio habitual, nacionalidad, lugar y fecha de nacimiento y número de Documento Nacional de Identidad o, tratándose de extranjeros, del documento que lo sustituya.

Censos

La fuente fundamental de datos de la demografía estática es el censo de población. Es el conjunto de operaciones de recopilación, resumen, valoración, análisis y publicación de los datos de carácter demográfico, cultural, económico y social de todos los habitantes del país (residentes tanto en viviendas como en establecimientos colectivos), y de sus divisiones político-administrativas, referidos a un momento o período determinados.

En España, tanto los aspectos estadísticos de la recogida de datos, referidos al diseño y a la organización administrativa, como el análisis y la publicación de la información son procesos de los que se encarga el INE. La obligatoriedad de facilitar los datos requeridos por el INE que tiene toda persona o colectivo, española o extranjera, que resida en España se basa en el artículo 7.0 de la Ley de la Función Estadística Pública (Ley 12/1989, de 9 de mayo) y se refiere no sólo al censo de población y viviendas, sino también a todas las estadísticas declaradas como de cumplimentación obligatoria en la Ley 4/1990, de 29 de junio, de Presupuestos Generales del Estado. La garantía del secreto estadístico para los datos personales está recogida en el artículo 13.1 de la Ley de la Función Estadística Pública, sin que de ellos pueda hacerse referencia individualizada alguna.

A lo largo de nuestra historia se han realizado un total de quince censos de población oficiales, con una periodicidad generalmente decenal, la mayor parte de ellos en los años acabados en cero, y los dos últimos en 1981 y 1991 (éste con fecha de referencia 1 de marzo de ese año).

El procedimiento censal sólo adquiere categoría de verdadero censo cuando cumple varias condiciones. En primer lugar, debe ser universal, es decir, tiene que incluir a todos los habitantes del país, sin excluir ni repetir los datos de ninguno. En segundo lugar, debe recoger la información de manera individualizada. Aunque, por razones tanto operativas como de interés demográfico, los datos de cada familia se recogen en una misma hoja censal y existen cuestionarios especiales para colectivos, como hoteles, asilos o centros sanitarios, es preciso que en unos y en otros se consigne para cada persona sus datos de manera diferenciada.

La cumplimentación del censo es obligatoria y su contenido es secreto, de manera que la explotación y publicación de sus resultados se ha de hacer agrupando numéricamente la información, sin menciones individualizadas. No hay que olvidar que el censo es un documento estadístico y no un documento de interés administrativo.

Por último, el censo tiene que realizarse simultáneamente en todo el país. Como cuesta un cierto tiempo lograr que todas las familias y colectividades del país cumplimenten las hojas censales, la simultaneidad se asegura haciendo que todos respondan tomando como referencia un día y una hora determinados, el llamado momento censal.

La anteriormente citada Ley 4/1996, de 10 de enero, determina un nuevo marco de relación entre padrón y censo de población.

A estos efectos, hay que empezar por dejar clara la facultad —incluso obligación— del INE de usar los datos padronales con efectos administrativos, y no sólo con fines estadísticos, como es más afín a su naturaleza.

La única solución que satisface todos los requisitos técnicos y legales consiste en hacer llegar a cada vivienda, junto con el cuestionario censal, los datos padronales vigentes en ese momento, con objeto de que las personas empadronadas en ella tengan ocasión de comprobar su exactitud y de introducir, en su caso, las variaciones pertinentes.

Las consiguientes propuestas de modificación de datos padronales que efectúan algunos ciudadanos son informatizadas con la máxima prioridad y, a continuación, enviadas a cada ayuntamiento involucrado. A su vez, y una vez realizadas las comprobaciones adicionales que considere oportunas, el ayuntamiento envía al INE las variaciones que finalmente haya aceptado, e introducido, en su padrón.

Por último, y sólo entonces, el INE procede a consolidar las variaciones efectivas, propuestas por los ciudadanos y aceptadas por los ayuntamientos, en sus copias de los ficheros padronales, con lo que la autonomía municipal en materia padronal se respeta escrupulosamente.

La esencia del procedimiento se puede sintetizar de la siguiente manera:

  1. El censo de población se basa en la información padronal para mejorar su precisión y reducir costes y molestias a los ciudadanos, aprovechando que los datos padronales pueden utilizarse legalmente con fines estadísticos.
  2. Los datos recogidos en los cuestionarios censales no se trasladan al padrón (lo que sí violaría claramente el secreto estadístico).
  3. Las modificaciones introducidas por los habitantes en sus datos padronales se recogen en hojas específicas y se ponen en conocimiento del ayuntamiento para que, realizadas las comprobaciones que procedan, actualice el padrón.
Objetivos del censo de población y vivienda
  1. Recuento de la población.
  2. Conocimiento de la estructura de la población.
  3. Impulsar la implantación del nuevo modelo de gestión padronal.
  4. Servir de base para estudios demográficos.
  5. Servir de base para la elaboración de estadísticas por muestreo.
  6. Atender a las necesidades de información para áreas geográficas pequeñas.
  7. Recuento de las viviendas, de los edificios y de los locales.
  8. Conocimiento de las características de las viviendas y edificios.
  9. Actualización y normalización de los instrumentos de infraestructura estadística.
  10. Atender las necesidades estadísticas de carácter internacional.
Ámbito poblacional

En el censo de población se incluyen únicamente las personas, de cualquier nacionalidad, que tienen fijada su residencia habitual en el territorio nacional.

Con el fin de hacer comparables las cifras españolas de población con las de otros países, y de acuerdo con las recomendaciones internacionales, se incluyen: el personal diplomático y otros funcionarios españoles y sus familiares, con destino oficial en el extranjero, el personal español de la marina mercante, de los barcos de pesca y de la navegación aérea que se encuentren fuera del territorio español en la fecha censal, los españoles residentes que estén trabajando temporalmente en el extranjero y los extranjeros residentes, aunque estén temporalmente en el extranjero.

Por lo que se refiere al censo de viviendas, su ámbito poblacional abarca las viviendas y los establecimientos colectivos. Se consideran viviendas todos los recintos destinados a habitación humana, que son las viviendas familiares, y aquellos otros que sin tener esa finalidad están efectivamente habitados en la fecha del censo, denominados alojamientos.

Ámbito geográfico

Con relación al ámbito geográfico, la investigación se extiende a todo el territorio español.

Ámbito temporal

Los recuentos de las distintas unidades censales se refieren, todos ellos, a una única fecha censal.

Recogida de la información

Se reparten cuestionarios conjuntos de vivienda (con las preguntas de respuesta única para cada hogar) y de hogar (con las relaciones de parentesco, que se contestan mejor en un cuestionario en el que estén todos los miembros a la vista, y el resto de datos personales de cumplimentación universal, exceptuando las cuatro variables comunes a censos y padrón, que irán sólo en las hojas padronales), y tantos cuestionarios individuales como personas entre 16 y 64 años residan en cada vivienda.

Los restantes datos censales (datos de los edificios, direcciones postales, etc) se recogerán en cuadernos de recorrido (también conocidos como cuadernos del agente) preimpresos, en lugar de los tradicionales en blanco, lo que permitirá un procesamiento mucho más eficiente, rápido y económico.

En cuanto a la recogida, el método principal es el agente censal; se permite la cumplimentación por internet de los cuestionarios censales.

Los requisitos que debe satisfacer una variable para ser incluida en unos censos son los siguientes:

  • debe ser fácil de contestar;
  • no debe herir la sensibilidad de la gente;
  • todas las preguntas censales deben satisfacer necesidades de información estadística claras, relevantes y no cubiertas adecuadamente, y
  • debe haber una necesidad clara de exhaustividad en la investigación de la variable en cuestión.
Variables incluidas en el censo

Las variables censales se agrupan en los siguientes aspectos que se presentan en cuatro cuestionarios que el INE recomienda cumplimentar en el orden que se citan: cuestionario de vivienda, datos padronales, cuestionario de hogar y cuestionario individual.

  1. Características relativas a las personas:
  • Variables demográficas básicas:
    • Sexo y fecha de nacimiento (preimpresas en las hojas padronales).
    • Lugar de nacimiento (preimpresa en las hojas • padronales).
    • Nacionalidad (preimpresa en las hojas padronales).
    • Estado civil en su versión de derecho.
  • Variables sobre la estructura del hogar:
    • Relación con la persona principal (se refiere directamente a la persona enumerada en primer lugar en la hoja padronal): necesaria para establecer la composición de las familias y los hogares, información útil para la formulación o seguimiento de un gran número de políticas sociales, así como para la gran variedad de investigaciones sociodemográficas.
  • Variables relativas a las migraciones:
    • Lugar de residencia hace diez años.
    • Lugar de residencia hace un año.
    • Año de llegada y lugar de procedencia.
  • Características relativas a la educación:
    • Nivel de estudios.
    • Sector de estudios.
    • Estudios en curso.
    • Lugar de estudio.
    • Número de viajes diarios al lugar de estudio.
    • Medio de desplazamiento al lugar de estudio.
    • Tiempo de desplazamiento al lugar de estudio.
  • Características relativas a la actividad económica:
    • Relación con la actividad.
    • Ocupación.
    • Actividad del establecimiento.
    • Situación profesional.
    • Tiempo usualmente trabajado.
    • Lugar de trabajo.
    • Número de viajes diarios al lugar de trabajo.
    • Medio de desplazamiento al lugar de trabajo.
    • Tiempo de desplazamiento al lugar de trabajo.
    • Conocimiento de lenguas propias.
  1. Características relativas a los hogares:
  • Régimen de tenencia de la vivienda.
  • Disponibilidad de vehículos a motor.
  • Año de ocupación de la vivienda.
  • Disponibilidad de una segunda vivienda.
  1. Características relativas a las viviendas y los locales:
  • Clase de vivienda.
  • Número de habitaciones.
  • Superficie de la vivienda.
  • Instalaciones de la vivienda.
  • Problemas de la vivienda y de su entorno.
  1. Características relativas a los edificios:
  • Año de construcción.
  • Número de plantas, de viviendas y de locales.
  • Tipo de edificio.
  • Clase de propietario.
  • Estado del edificio.
  • Instalaciones y servicios del edificio.

Otras fuentes

Teniendo en cuenta el largo período que transcurre entre censos, habitualmente un mínimo de diez años, la información demográfica puede actualizarse por medio de un censo parcial o de un censo por muestreo, en el que, con independencia del número de variables consideradas, la encuesta se realiza sólo a parte de la población, seleccionada de manera que sea representativa de toda la colectividad, mediante un muestreo.

Los censos parciales conservan como características la inclusión de registros individualizados, el carácter secreto de los datos en el ámbito individual y la simultaneidad de realización en todo el territorio; sólo se distinguen entre sí, en algunos casos, en el número de variables y en la universalidad o no de la población encuestada, si bien hay que recordar que un censo parcial adecuadamente diseñado permite extrapolar, con un error de muestreo conocido, sus resultados a la población general. Obviamente, el coste de estos censos es más reducido que el de los censos de población.

En países de bajo nivel de desarrollo se han utilizado censos parciales, o por muestreo, para conocer de manera aproximada datos demográficos de la población ante la carencia de verdaderos censos, aunque en estos casos el diseño se hace muy difícil y el error de muestreo puede ser elevado.

La encuesta de población activa (EPA) es una investigación continua y de periodicidad trimestral dirigida a las familias, realizada por el INE desde 1964. Su finalidad principal es obtener datos de la fuerza de trabajo y de sus diversas categorías (ocupados, parados), así como de la población ajena al mercado laboral (inactivos). La muestra inicial es de 65.000 familias al trimestre, quedando reducida en la práctica a aproximadamente 60.000 familias entrevistadas de manera efectiva que equivalen a unas 180.000 personas.

La metodología de la encuesta se modificó en el primer trimestre de 2005 por varias causas: a) la necesidad de adecuarse a la nueva realidad demográfica y laboral de nuestro país, debida especialmente al aumento del número de extranjeros residentes; b) la incorporación de la nueva normativa europea siguiendo las normas de la Oficina Estadística de la Unión Europea (EUROSTAT), y c) la introducción de mejoras en el método de recogida.

Finalmente, la base poblacional utilizada a partir del primer trimestre de 2005 (base poblacional censo 2001) es la misma con la que se ha calculado la serie 1996-2004 (revisada el 30 de marzo de 2005), y, por lo tanto, existe continuidad en la serie.

Además, hasta el momento se han realizado en España tres encuestas de fecundidad, en 1975, 1985 y 1999, en las que se analizan los datos referidos a esta variable en una muestra de la población femenina en edad fértil (15-50 años).

Publicaciones

Hoy en día, la forma más cómoda, rápida y actualizada de acceder a la información del INE es por medio de su dirección en internet (http://www.ine.es). En ella puede consultarse la disponibilidad de las diferentes publicaciones en los distintos formatos (papel, microficha, CD-ROM, etc) y las últimas novedades aparecidas. También puede consultarse la base de datos INEbase, que contiene una gran cantidad de información sobre características de la población permanentemente actualizada, bien en forma de resúmenes de resultados, banco de datos Tempus y tablas INEbase. También resultan de enorme utilidad los enlaces que a partir de esta página pueden establecerse con la mayor parte de los organismos internacionales con competencias en materia de demografía (ONU, OCDE, EUROSTAT, etc). Existen muchas otras bases de datos disponibles y direcciones de organizaciones profesionales.

Con mayor o menor infraestructura, en los últimos años las comunidades autónomas han creado centros o institutos de estadística en los que desarrollan diversas competencias estadísticas transferidas desde el Estado, tanto en el campo social como en el campo económico y de trabajo y consumo.

Por medio de estas instituciones se dan a conocer valiosos análisis demográficos, gran parte de ellos igualmente accesibles en internet, y, en particular, se explotan con detalle el padrón municipal, desagregando muchas variables hasta, a veces, el nivel de las pequeñas entidades de población.

Expresión y análisis de datos

La explotación de los datos contenidos en los censos y padrones nos proporciona una gran cantidad de información de complejidad diversa, desde la más simple (la dimensión total en ese momento, o número de habitantes, de todo un país, de una provincia o municipio o de un colectivo que viva en un territorio aún menor, y que suele presentarse de forma diferenciada mencionando la población que vive agrupada y la que vive dispersa o diseminada en cada lugar) hasta información derivada de clasificar la población considerando dos o más variables a un tiempo. Así, por ejemplo, podrá conocerse la distribución de la población por edad y sexo, la distribución por edades de la población laboralmente activa en cada sector de producción económico o el nivel de instrucción de los distintos grupos de edad de una comunidad. La población española, según cifras oficiales de 1 de enero de 2007, es de 45.116.894 habitantes distribuidos en un territorio de 505.990 km2.

Las variables más comúnmente utilizadas en la demografía son las de edad y sexo, que además pueden cruzarse con otras variables, lo que dependerá de la complejidad de la información que se requiera.

La información se expresa en forma de tablas, en números absolutos o en porcentajes, y puede representarse en forma gráfica. Las diversas gráficas utilizadas permiten no sólo interpretar directamente los datos, sino también realizar comparaciones con épocas distintas de esa misma comunidad o con diferentes comunidades. La gráfica más empleada es la pirámide de población, o representación de la estructura de población por edad y sexo, mediante la cual no sólo puede realizarse una interpretación directa de esa estructura desde el punto de vista demográfico, sino también una lectura de carácter sanitario.

La elaboración de una pirámide de población, que recibe esa denominación porque ésta era la forma más habitual que dibujaba cuando comenzaron a utilizarse, es una distribución de frecuencias. El lado izquierdo del eje de ordenadas se destina convencionalmente a los efectivos masculinos y el derecho, a los femeninos; las poblaciones se representan mediante superficies. Para ello, a cada segmento de edad en cada sexo se le asigna un rectángulo que tiene por lados: en el eje de ordenadas, la extensión de edad del segmento considerado; en el eje de abscisas, el efectivo censado o el efectivo medio para una extensión de edad fija, que, seleccionada previamente (1, 5, 10 años), determina la escala que hay que marcar en las abscisas. Para una mejor legibilidad y para homogeneizar las proporciones de las pirámides, Pressat aconseja que la pirámide sea algo más ancha que alta, para lo que usa la regla de los 2/3, lo que significa que la altura debe ser dos tercios de la anchura total. En la página web del INE está disponible un programa específico, el PC-AXIS, que permite elaborar fácilmente tablas y gráficos a partir de sus bases de datos. Asimismo, pueden obtenerse datos en diferentes formatos para ser manejados con otros programas.

Las pirámides habitualmente se realizan con grupos quinquenales; casi nunca se emplean grupos decenales por su escasa representatividad. Una alternativa es dibujar generación tras generación las edades jóvenes y quinquenios para las restantes. En este caso es necesario tener la precaución de no cometer el error de olvidar dividir por 5 el efectivo total de los grupos quinquenales a la hora de establecer la longitud en el eje de abscisas.

El mismo principio hay que observar para rematar las pirámides, lo que suele hacerse con grupos abiertos del estilo de 85 y más años. Se fija entonces una extensión en el eje de ordenadas que sólo deje fuera a los grupos de más edad, cuyos efectivos son incorporados sobre la extensión que, respetando el intervalo quinquenal, se ha añadido como remate de nuestra pirámide.

Las pirámides de población responden a una de tres morfologías básicas o patrones, que corresponden a tres grandes tipos estructurales por edad y sexo, si bien existen formas intermedias o de transición. El tipo pagoda, que es realmente el que tiene forma de pirámide, es de base ancha y presenta una disminución rápida hacia el vértice. Corresponde a poblaciones jóvenes, con una alta natalidad y es el que presentan actualmente las comunidades subdesarrolladas o en vías de desarrollo. El tipo campana es de base intermedia, con disminución lenta hacia el vértice. Se trata de poblaciones estacionarias y que comienzan a envejecer. El tipo bulbo o hucha es de base estrecha y se ensancha progresivamente hacia el centro, para disminuir luego lentamente hasta el vértice. Se trata de poblaciones regresivas, con un marcado proceso de envejecimiento, y de las que un ejemplo es España, en la actualidad.

Entre las formas patrón existen formas intermedias características de la transición que a lo largo del tiempo van sufriendo las comunidades. Incluso pueden verse pirámides con perfiles que no responden a los descritos como consecuencia de circunstancias accidentales, como catástrofes o guerras, que pueden provocar grandes estrechamientos debido a las pérdidas de efectivos de ciertas edades singularmente.

Sin entrar en detalles, y aparte de lo expuesto, la lectura del perfil de la pirámide nos permite evidenciar otros hechos. Así, por ejemplo, en el caso de la pirámide de población de España de 2007 puede observarse que la natalidad ha disminuido sensiblemente en los últimos años, de tal forma que los segmentos de edad desde los 15 hasta los 20 años son claramente inferiores a los inmediatamente superiores; sin embargo, el último segmento (0-5 años) es ligeramente más amplio que los anteriores, lo cual refleja una moderada recuperación de la natalidad en los últimos años debida, como se verá más adelante, al fenómeno inmigratorio. El efectivo de hombres en cada grupo de edad hasta aproximadamente los 50 años es superior al de las mujeres, en consonancia con la conocida y universal sobrenatalidad masculina, en tanto que a partir de esa edad es el efectivo de mujeres en todos los grupos el que supera al de hombres, debido a la conocida sobremortalidad masculina. Existe un neto estrangulamiento en el grupo de edad de 65 a 70 años, como consecuencia de la baja natalidad entre los años 1936 a 1940, resultado de la Guerra Civil. La sobremortalidad masculina debida a la Guerra Civil se marca en una acentuación de los menores efectivos de hombres en relación con las mujeres en edades superiores a los 80 años; la dismetría propia de toda pirámide aumenta en favor de estas últimas en sus vértices.

Por último, la expresión gráfica mediante pirámides, que se aplica a las poblaciones entendidas como comunidad con base territorial, puede utilizarse para conocer la estructura por grupos de edad y sexo de poblaciones que, aunque pertenecen a una misma comunidad, difieren en alguna variable que es objeto de estudio. Por ejemplo, podría construirse y comparar las pirámides de la población de nacionalidad española con los extranjeros residentes en nuestro país para comprobar las diferencias en la estructura de edad en el total nacional y en las diferentes comunidades autónomas según los países de origen.

Para el análisis de la distribución de la población en función del sexo se utiliza el coeficiente de masculinidad, que refleja el número de hombres por cada 100 mujeres en una determinada zona geográfica. En la población española de 2007 este coeficiente era del 97,7%. Sin embargo, como ya se ha comentado al describir la pirámide de población, este coeficiente es superior a 1 en las edades jóvenes, tiene un valor muy próximo a 1 en el grupo de edad de 45-49 años y desciende a partir de ese grupo de edad hasta el 44,0% en el de 85 y más años.

Otro método de expresión gráfica muy utilizado es el índice de Sundbarg, que divide la población en tres grupos de edades: de 0 a 15 años, de 15 a 50 años y mayores de 50 años. En un eje de coordenadas, tomando como base 100 la población de 15 a 50 años, representa los porcentajes que significan los otros dos grupos en relación con este grupo. Cuando el porcentaje de los menores de 15 años supera el de los mayores de 50 años, la población es de carácter progresivo. Si se igualan, la población es estacionaria. Cuando el grupo de 50 y más años supera en porcentaje al de los más jóvenes, la población es regresiva.

En economía se utiliza la razón entre la población de 65 años y más y la de 15-64 años como un índice de dependencia. Con el envejecimiento se acentúa el número de personas que dependen de una proporción menor de personas activas y son importantes las consecuencias que tiene este proceso sobre el crecimiento de las poblaciones y la estructura por edades del futuro, pues ya se ha comentado la interrelación entre demografía estática y dinámica. Además de tener en cuenta el impacto de estas estructuras demográficas sobre el crecimiento económico y el mercado de trabajo, hay que destacar su influencia sobre el consumo, las pensiones y otros gastos sociales —y, en particular, sobre los gastos sanitarios— del sector público.

En nuestro país hemos pasado de 2 millones de personas mayores de 65 años en 1950 a 4 millones en 1980, y a 7,5 millones en 2007, lo que supone el 16,7% de la población. Más llamativo aún es el crecimiento de la proporción de personas muy ancianas, esto es, de 80 años y más. En 2007 tenían ya 80 años y más 1.521.230 españoles.

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