Los fármacos son un elemento básico en los planes de preparación para las emergencias. Este capítulo discute el papel de la farmacología en la prevención y el tratamiento de las enfermedades o los trastornos que se pueden desarrollar en el contexto de un ataque biológico, químico o nuclear.
La administración de los fármacos constituye una parte importante de una atención de enfermería integral que incorpore todos los aspectos del proceso de enfermería. Para la administración de los fármacos, los enfermeros colaborarán estrechamente con médicos, farmacéuticos y, por supuesto, con sus pacientes. El objetivo de este capítulo es presentar el papel y las responsabilidades del profesional de enfermería en una administración de la medicación segura y eficaz.
La medicación se administra para conseguir un efecto terapéutico; para lograrlo, el fármaco debe llegar a las células diana. Esto no resulta difícil para algunos fármacos, como los fármacos tópicos empleados para tratar trastornos cutáneos superficiales. Sin embargo, en otros el proceso de alcanzar las células diana en cantidad suficiente para lograr un cambio fisiológico puede resultar todo un reto, ya que los fármacos se ven expuestos a multitud de barreras y procesos destructivos tras entrar en el organismo. El propósito de este capítulo es analizar los factores que actúan sobre un fármaco durante su intento de alcanzar las células diana.
Los medicamentos no afectan a todos los pacientes de la misma forma: una dosis que produce una marcada respuesta en un paciente puede no tener ningún efecto en otro. En algunos casos, las diferencias entre los pacientes están relacionadas con los principios farmacocinéticos y se pueden prever. En otros casos, estas diferencias no tienen una explicación fácil. No obstante, la función de los profesionales sanitarios es administrar las dosis óptimas al tiempo que evitar reacciones adversas innecesarias, aunque esto no sea una tarea fácil dada la amplia variedad de respuestas entre la población. Este capítulo examina los mecanismos por los que los fármacos producen un efecto en los pacientes y el modo en que el profesional de enfermería puede aplicar estos principios a la práctica clínica.
El proceso de atención de enfermería (PAE) es un método sistematizado de resolución de problemas que constituye la base de la práctica enfermera y cuyo uso es especialmente importante durante la administración de la medicación. La aplicación de las fases del PAE permitirá al profesional de enfermería garantizar que un proceso interdisciplinario como el tratamiento farmacológico conduce a una administración de la medicación personalizada, segura y eficaz, con resultados para todos los pacientes a su cuidado.
Desde que tiene lugar la concepción y durante toda la vida, los órganos y sistemas del cuerpo humano experimentan cambios fisiológicos determinados que influyen en la absorción, el metabolismo, la distribución y la eliminación de los medicamentos.
Los profesionales de enfermería son conscientes de la complejidad que implica la reducción de los riesgos y los errores de medicación en la práctica clínica. Aún así, tratan de garantizar la seguridad del paciente esforzándose por lograr un 100% de precisión en la administración de la medicación.
El abuso de sustancias es el consumo de una sustancia en una forma que se desvía de las normas aceptadas por una determinada cultura o sociedad; esta conducta tiene un tremendo impacto económico, social y sanitario.
Este capítulo sirve en primer lugar, como una revisión sintética de la fisiología del sistema nervioso autónomo, materia que a menudo se trata de forma superficial en las clases de anatomofisiología; y en segundo lugar, como una introducción a las cuatro clases básicas de fármacos que actúan sobre el sistema nervioso autónomo: adrenérgicos, colinérgicos, antiadrenérgicos y anticolinérgicos.
El nerviosismo y la tensión se presentan con más frecuencia que cualquier otro síntoma; en un intento por aliviarlos, los pacientes suelen acudir a diversos tratamientos farmacológicos y terapias alternativas.
La epilepsia puede definirse como cualquier trastorno caracterizado por crisis comiciales recurrentes. Los síntomas de la epilepsia dependen del tipo de crisis comiciales y pueden incluir desmayo, síncope, trastornos sensitivos, movimientos corporales reflejos y pérdida temporal de memoria.
Las emociones intensas inapropiadas o inusuales se encuentran entre las causas principales de los trastornos de la salud mental. Aunque los cambios anímicos constituyen una parte normal de la vida, cuando esos cambios se convierten en graves y tienen como resultado la alteración del funcionamiento dentro de la familia, en el ámbito laboral o de las relaciones interpersonales, puede diagnosticarse que el individuo tiene un trastorno anímico. Las dos categorías principales de trastornos anímicos son la depresión y el trastorno bipolar. En este capítulo también se incluye un tercer trastorno emocional, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad.