Las enfermedades mentales graves pueden ser incapacitantes para el paciente y tremendamente frustrantes para sus familiares y las personas que se relacionan con él de forma habitual. Antes de los años cincuenta, los pacientes con una disfunción mental grave eran ingresados en un centro psiquiátrico, a menudo de por vida. La introducción de clorpromacina en los años cincuenta y el desarrollo de fármacos más novedosos revolucionaron el tratamiento de las enfermedades mentales.
El dolor es una experiencia psicológica y emocional caracterizada por sensaciones desagradables, normalmente asociadas con traumatismo o enfermedad. A un nivel sencillo, el dolor puede observarse como un mecanismo de defensa que ayuda a la persona a evitar situaciones potencialmente dañinas y le anima a pedir ayuda médica.
La anestesia es un procedimiento médico realizado mediante la administración de fármacos que causan una pérdida de sensibilidad. La anestesia local consiste en la pérdida de sensibilidad en una parte limitada del cuerpo sin pérdida de la consciencia. La anestesia general requiere diferentes clases de fármacos que causan pérdida de la sensibilidad en todo el cuerpo, teniendo como consecuencia normalmente la pérdida de la consciencia. En este capítulo se estudian los fármacos usados tanto para la anestesia local como general.
A menudo las enfermedades degenerativas del SNC son difíciles de tratar farmacológicamente. La medicación es incapaz de detener o revertir la naturaleza progresiva de estas enfermedades y a menudo sólo pueden ofrecer alivio sintomático. La enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer, las dos afecciones debilitantes y progresivas más frecuentes, son el centro de atención de este capítulo.
Los trastornos asociados al movimiento se encuentran entre los más difíciles de tratar, ya que sus mecanismos subyacentes afectan a otros sistemas importantes del organismo: los sistemas nervioso, muscular, endocrino y esquelético. Este capítulo se centra en la farmacoterapia de los trastornos musculares asociados a espasmos musculares y espasticidad. Muchos de los fármacos utilizados para tratar los espasmos musculares son diferentes a los utilizados para la espasticidad.
Los avances en el diagnóstico de los trastornos lipídicos han permitido identificar a aquellos pacientes con el riesgo más elevado de enfermedad cardiovascular y a aquellos que más probablemente se beneficiarían de un tratamiento farmacológico. La investigación farmacológica ha dado lugar a medicamentos seguros y eficaces para reducir las concentraciones de lípidos y con ello disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Como los profesionales de enfermería van a atender a muchos pacientes con esta enfermedad, es esencial entender los principios básicos subyacentes del tratamiento antihipertensivo. El profesional de enfermería puede contribuir significativamente a reducir la mortalidad cardiovascular a través de la mejora del conocimiento público sobre la hipertensión y enseñando lo importante que es la intervención temprana.
La insuficiencia cardíaca es una de las enfermedades más frecuentes y mortales del aparato cardiovascular y se espera que su incidencia aumente a medida que la población envejece. A pesar del notable descenso de la mortalidad de la mayoría de las enfermedades cardiovasculares (ECV) durante las últimas dos décadas, la mortalidad de la insuficiencia cardíaca ha empezado a descender hace muy poco.
Los tejidos y órganos del cuerpo necesitan el aporte arterial continuo de oxígeno y otros nutrientes vitales para mantener la vida y la salud. Debido a sus elevadas necesidades metabólicas, el corazón en particular requiere un aporte continuo de oxígeno.
Las arritmias cardíacas son anomalías de la conducción eléctrica que pueden ocasionar alteraciones de la frecuencia y el ritmo cardíaco. Engloban una serie de alteraciones diferentes que pueden ser inocuas o potencialmente mortales.
La hemostasia, o control del sangrado, es un mecanismo esencial que protege al organismo tanto de lesiones externas como internas. Sin una hemostasia eficiente, el sangrado a través de heridas o de lesiones internas podría producir un shock y quizá la muerte. Sin embargo, un exceso de coagulación puede resultar casi igual de peligroso.
La sangre presta un servicio al resto de las células del organismo y es el único tejido líquido. Las enfermedades que afectan a los componentes de la sangre tienen efectos muy amplios en el cuerpo porque cumplen múltiples funciones. Consecuentemente, los medicamentos que se utilizan para tratar los trastornos sanguíneos afectarán a células de muy diferentes tejidos. La farmacología del sistema hematopoyético es una rama de la medicina pequeña, aunque en crecimiento.
El shock es un proceso durante el cual los tejidos y órganos no reciben suficiente sangre para funcionar adecuadamente. Sin el aporte suficiente de oxígeno ni de otros nutrientes, las células no pueden llevar a cabo los procesos metabólicos normales. El shock se considera una emergencia médica; el fallo en la eliminación de las causas y los síntomas del shock puede ocasionar un daño orgánico irreversible y la muerte. Este capítulo analiza cómo se utilizan medicamentos para tratar diferentes tipos de shock, incluida la anafilaxia.
Los riñones ejercen un papel asombroso en el mantenimiento de la homeostasis. Filtrando un volumen equivalente a todo el líquido extracelular corporal cada 100 minutos, los riñones son capaces de realizar ajustes inmediatos del volumen de líquido, de la composición electrolítica y del equilibrio acidobásico. Este capítulo examina los diuréticos, agentes que aumentan la diuresis, y otros fármacos usados para tratar la insuficiencia renal.