La parafilia se define como un trastorno que no afecta a la respuesta sexual, y que consiste en una desviación de la elección y la relación con la pareja, del escenario, de las circunstancias, o del modo de hacer el amor. Para que una actividad sexual se considere parafilia debe producir angustia y daño al otro individuo.
La gran mayoría de las parafilias las sufren más los hombres que las mujeres es debido a la teoría del predominio de la erotización visual en el hombre a diferencia de la erotización táctil en la mujer, atribuible a la posición prenatal en el período de determinación del dimorfismo sexual cerebral.
Una de las principales características psicológicas de estas desviaciones es que la persona no puede funcionar apropiadamente en relaciones sexuales normales y comienza a sustituir su fuente de placer por una persona, objeto o cosa que no puede criticarle o hacerle sentir inseguro en su identidad sexual o en su ejecución sexual.
Las parafilias pueden evitarse permitiendo que los niños realicen sus juegos sexuales sin reprimendas, acosos, abusos sexuales y evitando los castigos corporales. Puede ser una tesis muy razonable pero supone un problema para los padres del mundo actual.
En el artículo se incluye un apartado de diagnósticos de las parafilias además de una amplia clasificación de las mismas, de esta clasificación se han escogido 4 desviaciones que se han considerado más cotidianas en nuestro ámbito sociocultural las cuales hemos desarrollado más ampliamente y estas son: