Cómo combatir la ansiedad?
¡Conózcase y plántele cara a la ansiedad!
Cada persona es diferente y como tal tiene distintas respuestas de estrés. El conocerse a uno mismo, va a permitir modificar aquello que afecta emocionalmente. Como las respuestas de estrés son diferentes en cada persona, lo primero que debe hacer para poder modificarlas es saber cuáles son. Para ello es necesario practicar la auto-observación.
Esta tarea puede parecerle una tontería; todo el mundo “cree” conocerse muy bien pero lo cierto es que aunque tenga una idea general de cómo es, es muy probable que (a no ser que se examine de manera consciente y premeditada) no sepa concretar exactamente sus reacciones. ¡Muchas personas llegan a sorprenderse, cuando se observan detenidamente!
Ejemplo de auto-observación
Pararse a escribir cómo piensa, siente y actúa frente a una situación, es una buena técnica para empezar a auto-observarse. A continuación se le presenta un buen ejercicio para empezar a conocer sus respuestas ante situaciones de ansiedad. Intente responder, frente a estas situaciones: ha perdido el tren o el autobús, habla con una persona que le atrae sexualmente, está en un atasco, ha olvidado una tarea importante; qué piensa, qué siente, qué hace.
Trucos para salir airoso en los momentos difíciles
Una persona socialmente hábil sabe adaptar su comportamiento a las exigencias del contexto y reacciona adecuadamente en cada situación. El control de estas aptitudes ayuda a reducir la ansiedad. Hay algunas habilidades sociales que son básicas. Por ejemplo: saber comunicarse verbalmente (saber usar un lenguaje sencillo y adaptado a la persona con la que habla); dominar la comunicación no verbal (postura, mirada, gestos); saber escuchar y dar feedback (devolver información a la persona que le ha hablado) y ser empático, es decir, capaz de ponerse en el lugar del otro.
Habilidades sociales efectivas:
- Mantener el contacto visual.
- Mostrar un afecto adecuado: usar un tono de voz animado, una expresión facial que denote interés, sonreír en los momentos oportunos…
- Cuidar el volumen y la claridad de la voz y evitar frecuentes interrupciones como “eh”, “mmm”, “bueno". Conseguir que el habla sea fluida.
- Hacer comentarios positivos sobre sus experiencias anteriores o su educación, incluyendo información pertinente para el puesto y susceptible de ser percibida favorablemente por el entrevistador.
- Hacer comentarios positivos acerca de sus aficiones, los intereses y las metas; para el entrevistador es un área de gran interés. Se suelen valorar aquellos aspectos que denotan motivación, ambición, actividad y personalidad “formada”.
- Hacer preguntas al entrevistador; es una forma de demostrar su interés y de obtener información relevante de cara a decidir si ése es el puesto de trabajo que le interesa.
- Hacer comentarios que denoten interés y entusiasmo por el trabajo. Por ejemplo: “Parece un trabajo muy interesante”, “Por lo que usted ha dicho, creo que me sentiría muy bien trabajando en esta empresa”, “Quedarán satisfechos si deciden contratarme”.
Situaciones de interacción social con personas que atraen:
- Establecer continuamente contacto visual.
- Mostrar un afecto adecuado. A esto contribuyen: las sonrisas, los movimientos de cabeza, la calidad de la voz (tono, volumen y fluidez adecuados) y la expresión facial, según la situación y la expresión del interlocutor.
- Hacer preguntas coloquiales acerca de sus intereses, comportamientos, actividades o sentimientos. Algunos autores aconsejan usar bastante la palabra “tú” (ej. “a qué te dedicas tú”, “cuéntame algo más sobre eso”, etc)
- Hacer comentarios autorreveladores, que den información sobre intereses, actividades, sentimientos…
- Hacer cumplidos.
- Hacer señales que indican que se ha enterado de lo que la otra persona acaba de decirle. Pueden consistir en comentarios breves: “ya”, “sí”, “eso es importante”,… o expresiones algo más largas repitiendo el último párrafo del interlocutor.
- Pedir una cita. Incluya expresiones que indiquen que le gustaría volver a ver a esa persona; averigue si el otro también quiere quedar y ofrezca algún indicio de la actividad a realizar (ir a cenar, al cine,…). Por último, proponga un día, hora y lugar concretos para la cita.
¡Aprenda a controlarse!
Algunos hábitos de conducta como morderse las uñas, fumar, comer o beber más de lo habitual, rascarse la cabeza, golpear objetos o tartamudear, no ayudan a afrontar las situaciones de ansiedad; es más, a menudo, lo que hacen es empeorarla.
Para eliminar o cambiar estas conductas, le será de gran utilidad conocer y practicar algunas técnicas de autocontrol. Ser dueño de su propia conducta le hará sentirse mejor, conózcase y aprenderá a autocontrolarse. Para ello:
- Aprenda a analizar su conducta, pregúntese: ¿qué sucede antes de que me comporte así? ¿qué me lleva a actuar de esta manera?.
- Una vez descubierto ese “Qué”, aprenda a controlarlo. Puede hacerlo modificándolo o eliminándolo:
- Ejemplo de modificación: si acercar las manos a la boca le lleva a morderse las uñas, colóquelas sobre sus rodillas.
- Ejemplo de eliminación: si tener dulces en el armario le empuja a comer más, no compre productos con alto contenido de calorías y sustitúyalos por fruta.
- Determine de antemano las consecuencias de su conducta. Por ejemplo, si su objetivo es no rascarse la cabeza durante una entrevista de trabajo, otórguese con antelación un premio por lograr el objetivo (decirse que es genial, comprarse algo que desea, etc) y una sanción por no hacerlo (prívese de algo que le guste, no vea la tele, etc)